La memoria duele
Allí donde la toques, la memoria duele.
Yeoryos Seferis
-Nos iban a matar. Ya nos habían puesto en fila cuando salió un viejo y dijo: “Pero, ¿no veis que son unos niños? ¡Dejadlos en paz!
Mi abuelo tenía diecisiete años cuando estuvieron a punto de matarle. Lo recuerda ahora, sentado en su sillón, cuando la vida es tan diferente a la que él conoció. Mi abuela asiente, deja escapar un triste “¡Qué pesado, las veces que lo ha contado!” y vuelve a cerrar los ojos y dejarse vencer por el sueño. El abuelo está aquí, conmigo, pero también está allí, en la guerra, rodeado de fusiles, de uniformes, de odio. Sobre todo de odio.
-Abuelo, hombre, que aquello ya pasó, no le des más vueltas.
Es lo único que puedo decirle. Ya pasó, y lo pasado, pasado está. Lo mismo han pensado muchos, cientos de miles de personas que han preferido mirar hacia otro lado porque ellos, los que deberían haberse encargado de hacer justicia, los que a lo largo de los años hemos elegido como nuestros representantes, nos lo han mandado. Silencio y olvido. Pero el olvido es un monstruo horrible, tan horrible que nunca desaparece del todo. Por eso, en la memoria de mi abuelo, sobrevive aquella imagen en la que vio la muerte muy de cerca, aquel monstruo de setenta años que sigue atormentándole como el primer día, que ha aparcado en su memoria como lo haría un Jaguar recién estrenado en la puerta de una casa humilde, desvencijada por los años, con los cristales rotos y la pintura carcomida.
Ya lo decía Ismael Serrano en una de sus más famosas canciones: “a veces pienso que al final todo dio igual, las hostias siguen cayendo sobre quién habla de más”. De nada sirven las buenas intenciones, los obstáculos siguen interponiéndose ante aquellos que buscan justicia y, sobre todo, una respuesta entre tantos años de silencio.
La memoria de mi abuelo se adormece. ¿Dónde estará ahora? Mira fijamente el suelo mientras lo golpea con su bastón. Es entonces cuando pienso que, al fin y al cabo, él ha tenido suerte. Porque no sólo sobrevivió a una muerte en su juventud. Su historia también sobrevivirá, y permanecerá en nuestra memoria, en la de sus seres queridos y en la de todos los que sienten el dolor sufrido durante años por millones de personas, cuyos testimonios llevamos muchos años conociendo. Y entonces me da por pensar en todos aquellos que han tardado tanto en compartir su historia. La vergüenza y la represión continuaron después de aquel régimen dictatorial que les robó toda una vida. Han tenido que pasar más de treinta años para que el Estado reconozca la represión que, durante la dictadura franquista, sufrieron los homosexuales en nuestro país. Antoni Ruiz, uno de los valientes que desde la Asociación de ex-presos sociales ha luchado muchos años contra el olvido, ha recibido una indemnización económica por el tiempo pasado en prisión debido a su orientación sexual. Ha sido el primero en hacerlo y, me temo, que no habrá muchos más. Treinta años son muchos años, y más cuando el dolor no se puede compartir, cuando el recuerdo se desvanece en la frágil memoria de sociedad dormida.
Pero el olvido no desaparece, sigue ahí, en forma de monstruo. Y es que, hasta que no se haga justicia, hasta que no se dignifiquen todas las vidas robadas, ese horrible monstruo no dejará paso a la justa Memoria.
Estupenda carta, Mario. Y un auténtico placer leerte por aquí. Un beso.
Esto que voy a comentar no tiene mucho que ver con el tema, pero estaba leyendo una cosa de la famosa (y controvertida, y denunciada por Amnistia Internacional) Ley de Partidos y he encontrado una cosilla:
http://es.wikisource.org/wiki/Ley_Org%C3%A1nica_de_los_Partidos_Pol%C3%ADticos_(Espa%C3%B1a):_03
Artículo 9.Actividad:
2. Un partido político será declarado ilegal cuando su actividad vulnere los principios democráticos, particularmente cuando con la misma persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático, mediante alguna de las siguientes conductas, realizadas de forma reiterada y grave:
a) Vulnerar sistemáticamente las libertades y derechos fundamentales, promoviendo, justificando o exculpando los atentados contra la vida o la integridad de las personas, o la exclusión o persecución de personas por razón de su ideología, religión o creencias, nacionalidad, raza, sexo u orientación sexual.
Seria interesante un artículo sobre el tema, y la posibilidad de que cierto partido lo esté incumpliendo.
Perdón, me ha salido mal el enlace:
http://es.wikisource.org/wiki/Ley_Org%C3%A1nica_de_los_Partidos_Pol%C3%ADticos_(Espa%C3%B1a):_03