Los extravíos de Tony
A Vicente Ferrer
Los extravíos de Tony
Álvaro Retana
(libro cedido por Odisea Editorial)
Yo soy un hombre a la moderna, he viajado, lo comprendo y lo disculpo todo (…) pero con lo que no transijo es con la ostentación. Y estos niños parecen complacerse con exteriorizar cosas que hoy por hoy la sociedad no acepta. No, no es un comunicado de vuestra asociación lgtb favorita. Se trata de las recomendaciones que un profesor de dibujo totalmente armarizado da a uno de los desinhibidos estudiantes de un colegio madrileño en una novela escrita en 1911.
Las carrozas y los coches se tiñen del color brillante de las bengalas (…) Desfilamos pausadamente entre dos hileras de compacta multitud que ocupa las dos aceras de la calle Alcalá (…) Un coche engalanado a la griega me sorprende por la elegancia de su decorado. Se titula «Romanos caprichosos» y dentro lleva cinco jóvenes alegres sugestivamente vestidos. Tampoco se trata del orgullo gay, sino de los carnavales de Madrid, hace cien años.
Supongo que para muchos de los lectores, Alvaro Retana es un personaje conocido. Hagamos un poco de historia de todas formas. “El novelista más guapo del mundo”, como él mismo se hacía llamar, nació frente a las costas de Ceilán (exótico ¿verdad?, aunque quizá demasiado) en 1890. Frívolo, de clase alta e hijo de político, escribió numerosísimas novelas que a veces han sido consideradas como “ambiguas”. Sin embargo, de ambiguas tienen bien poco. Dibujante, modisto, letrista de cuplés, músico: todo un ángel de frivolidad (como la novela de Luis Antonio de Villena en la que reconstruye su biografía) Durante la dictadura de Primo de Rivera marchó a París, regreso a España en la guerra civil y fue condenado a muerte por “rojo y mariquita” (si bien el papa Juan XXIII medió para que le cambiaran la pena por treinta años de cárcel) Murió cerca de su casa de Lavapiés en 1970 en una confusa historia de esas de chaperos asesinos que siempre aparecen en las biografías de los personajes como Retana.
Las novelas de Retana sorprenden por su frescura, su atrevimiento y su modernidad. Deslenguado, procaz, plumífero, decadente, exótico, frívolo y sobre todo, tremendamente divertido, Retana resulta tan familiar que uno no puede más que reconocerse en sus frases tremebundas, en sus descaradas apreciaciones, en su inteligente libertad creadora.
Debe tener fortuna con las mujeres…menos con la suya, que le ha salido tan frágil que podría escribirse su biografía en cuatro letras.
La Marquesa posee una cerradura completamente descerrajada y Carlos tiene la llave puesta.
Era una muñeca preciosa… pero vacía por dentro. (…) Pues hombre, llénela usted que es lo que le hace falta.
De tramo en tramo había una escupidera para que los clientes escupan alrededor.
El juguete de tía Enriqueta (…) parece de caucho rosa y únicamente resultaría proporcionado en manos del gigante Goliat.
Mery me ha convencido de que al ratón que no tiene más que un agujero lo cazan enseguida y de que el amor se dirige en todas direcciones.
Temo que la Marquesa no haya quedado satisfecha (…) pero es que es más fácil tener la boca abierta que el brazo estirado.
Asustado por la grandiosidad de aquel hueco amoroso me imagino la situación ridícula del inquilino que lo quisiera alquilar.
Las locas de postín, A Sodoma en tren botijo (en esta misma colección), El hombre de las manos bonitas, Historia de una vedette contada por su perro, son sólo algunos de los sugerentes títulos de las novelas de Retana, además de la que ahora edita Odisea Editorial en la estupenda colección Uranistas (no podían faltar los Uranistas a nuestro Desayuno en Urano). Cada libro de Uranistas es un tesoro, no solo por los textos en sí, sino por la cuidada edición, la maquetación, los prólogos…realmente para quitarse el sombrero. Lo único que se echa de menos es que pase tanto tiempo entre libro y libro.
En Los extravíos de Tony, (escrita por Retana con escasos veinte años) el Tony del título ingresa en un colegio y descubre placeres que hasta ahora sólo había imaginado tras leer las novelas eróticas escritas por su tío. Además, y de regalo, una novelita corta acompaña a la edición, Mi novia y mi novio, en la que el propio Retana tiene una “relación especial” con dos hermanos mellizos, chico y chica.
Y en Madrid no hay ni una calle con su nombre.
Totalmente de acuerdo respecto a los libros de Uranistas. ¿Para cuándo un grupo en Facebook, Tuiter o cualquier red de esas pidiendo la calle para Retana?
Eso, eso!
Y una nueva novela de Pablo Castro!
Es curioso lo de este hombre tan desinhibido en una época tan lejana.Los felices años veinte fueron muy modernos.
Me da miedo pensar que después de una época como la actual de apertura y libertades,vuelva una mas oscura y represiva.
Estoy de acuerdo en que habría que dedicarle una calle a un hombre tan polifacético.
¡ay, los círculos del tiempo!
cualquier día nos estrangulamos con uno de los bucles…
«es que es más fácil tener la boca abierta que el brazo estirado»
eso mismito dice my husband
Me acabao de leer el libro entero y lo superrecomiendo. Entre otras virtudes, tiene un eso excelso vocabulario y una riqueza lírica impresionante.
Retana se merece mucho más reconocimiento por parte de la historia de la literatura.