Polémica en Dallas por violenta redada en bar gay el día del Orgullo
Policías y agentes de la Comision de control de las Bebidas Alcohólicas de Dallas decidieron el pasado 28 de junio que precisamente ese día, 40 años después de los acontecimientos de Stonewall, harían un control ‘rutinario’ en los bares gays de Fort Worth. El resultado fue de 7 personas arrestadas y un cliente herido de gravedad en la cabeza en el Rainbow Lounge, donde se produjeron los incidentes más graves. Nueve personas más habrían sido detenidas en otros dos bares gays.
Personas que se encontraban en el Rainbow Lounge han declarado que la policía se empleó a fondo usando una violencia mucho mayor de la necesaria, y que muchas personas fueron sacadas del local esposadas. La policía se ha defendido diciendo que algunos clientes, bajo los efectos del alcohol, les hicieron gestos obscenos, sexualmente explícitos, llegando incluso a tocarles, algo que han negado varios de los testigos.
La policía de Fort Worth podría haber incluído también en irregularidad y acoso legal al elegir premeditadamente un bar gay abierto recientemente.
Joel Burns, primer miembro del City Council de Fort Worth abiertamente gay, se ha entrevistado con el jefe de policía y con el alcalde, habiendo ambos garantizado que se llevará a cabo una investigación rigurosa.
En una concentración ante los juzgados del centro de Fort Worth, Joel Burns se dirigió a las personas que protestaban: ‘A diferencia de hace 40 años, la gente de esta comunidad tienen representantes democráticos que se asegurarán de que nuestro gobierno rinde cuentas y de que se protegen los derechos de todos los ciudadanos’.
¿También alegarán «pánico gay»? Siempre la misma excusa. Todas las veces somos nosotros los que provocamos y ellos quienes tienen que «defenderse». Agggggggggggggco.
No sé si será para evitar el exceso de celo de la policía, pero el otro día estuve en un bar de ambiente en Málaga, que abrieron este invierno, se llama ‘REinas’. Me llamó la atención el control férreo que tienen los porteros de la doble puerta. La primera puerta no se abre jamás mientras la segunda no esté completamente cerrada, y lo mismo con la segunda. ESto tanto para entrar como para salir. Supongo que intentan evitar dar motivos al ayuntamiento para cerrar el local por ruídos. No pude evitar pensar que había estado en locales para heteros unos días antes, y no tenían que ser tan cuidadosos.
Y se repite la historia: homosexuales apaleados, esposados y enchironados que, volteretas del destino, terminan convertidos en los malos de la función por, y siempre según la (cuestionable) versión de los que repartieron las castañas, haberse atrevido a hacer insinuaciones de tipo sexual a una panda de heteromachos con porras, esposas (de las que se ajustan a la muñeca y de las que esperan en casa con la cena en la mesa y el niño y la niña durmiendo en la cama) y muchas ganas de patearle el culo a algún desviado. Hace poco en España, país gayfriendly que te cagas, una excusa similar salvó de un buen porrón de años a la sombra al asesino confeso (y entregado: para asestarle más de cincuenta puñaladas a alguien ya hace falta echarle ganas) de una pareja de homosexuales (esperemos que esta vez Rafael Reig no vuelva a escribir otra carta respuesta de las suyas justificando -y quién sabe si aplaudiendo- las hostias repartidas por el pánico de los agentes a ser violados). La excusa, por repugnante que sea, es más vieja que la lepra, y resulta estremecedor comprobar cómo sigue funcionando (si no no se emplearía) a la hora de explicar el porqué de según qué tipo de agresiones. Manda narices que justo cuando se cumplen 40 años de lo de Stonewall tengamos que leer cosas así.
¿de ese estado es Bush no? el estado más hortera que hay.
Leed esto:
«La nueva matanza de Texas no es otra película de miedo. Es la historia de una matanza real que ha dejado más de 200 muertos en el estado de Texas, en Estados Unidos, en menos de 10 años.
La macabra historia de un gobernador, Rick Perry, que ya es responsable de casi la mitad de las ejecuciones que se han practicado en Texas desde que hace más de 30 años se implantó la pena de muerte. Y eso es una matanza en toda regla. Una matanza a sangre fría, programada y lamentablemente legal.
Entre las ejecuciones que ha firmado Rick Perry, hay personas con enfermedades mentales, personas extranjeras privadas de derechos consulares y personas cuya inocencia ha quedado demostrada después de la ejecución.
Las ejecuciones han sido públicas y con inyección letal: un sistema que a la vez que proporciona una muerte lenta y terrible, paraliza al condenado con drogas e hipócritamente ofrece al espectador una falsa apariencia de muerte indolora.
Es una historia monstruosa que ocurre abiertamente en un estado que se presenta como estado de derecho y resulta que viola el más fundamental de los derechos: el derecho a la vida.
En Amnistía Internacional llevamos más de 50 años luchando por el derecho de las víctimas a obtener justicia y creemos que la pena de muerte no es más que pura venganza. Ni podemos ni queremos quedarnos de brazos cruzados.
¡Ayúdanos a parar esta matanza! Firma nuestra petición al gobernador de Texas y luego reenvía este e-mail a tus contactos. Si puedes, únete a Amnistía Internacional y ayúdanos a seguir trabajando para terminar con la pena de muerte y otras violaciones de derechos humanos en el mundo.
Contigo podemos hacerlo. Muchas gracias por tu tiempo y tu apoyo.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional Sección Española»
Después de leer esto, ¿alguien puede seguir diciendo en serio que ya no queda nada por reivindicar? Abramos los ojos a la realidad LGTB, que sigue siendo la que es.
Justo cuarenta años después…
Porca miseria…