Transexualidad empresarial
Desafortunadamente no conozco a ninguna persona transexual. O quizás sí, pero no soy consciente. En alguna ocasión he asistido a conferencias o paneles en Estados Unidos dónde había transexuales hablando de su experiencia a nivel laboral. Me han dejado siempre boquiabierto. En esas pocas ocasiones me he encontrado personas brillantes, algunas con puestos directivos, que compartían sus trayectorias vitales, mezcla de conflicto, superación y realización personal.
Hace pocas semanas envié un email a una consultora y me llegó de vuelta uno de esos mensajes automáticos. Decía que la persona estaría fuera de la oficina varias semanas por una intervención quirúrgica y que a su vuelta le llamáramos John y no Petra. Tras tanto estereotipo sobre la transexualidad, ya sea en versión prostitución o en versión espectáculo, estos encuentros con profesionales integrados en el mundo empresarial me dejan impresionado y admirado. Hacer un simple ejercicio de visualizarnos haciendo una transición similar servirá para entrever la enorme valentía y esfuerzo que implica.
A nivel laboral hay dos herramientas básicas para asegurar un entorno de trabajo inclusivo con la transexualidad: una política de no discriminación por identidad de género (independientemente de que ya exista legislación al respecto) y una guía y recursos para transicionar en el trabajo, incluyendo necesariamente la formación y sensibilización de la dirección y los compañeros. El documento Transgender Inclusion in the Workplace es una referencia básica para cualquier profesional interesado en el tema, a pesar de su foco americano.
Espero que en el futuro veamos ejemplos positivos y felices de integración laboral de personas transexuales y podamos quitarnos el mal cuerpo que deja la noticia de la discriminación de una mujer transexual en Terrasa aunque haya logrado una indemnización (y no muy alta, por cierto). No se trata de indemnizar sino de liderar desde la empresa los ejemplos de integración social, como muestra de forma magistral el anuncio del Banco Provincia de Argentina: “tu vida cambia cuando hay un banco que se animó a cambiar”.
Para las personas que nos sentimos a gusto con nuestra identidad de género la transexualidad genera una mezcla de sentimientos, desde la fascinación a la incomprensión, como si las personas transexuales tuvieran algo raro y fueran imperfectas. Nos vendría bien, siguiendo a Judith Butler, intentar ver el género como performance, como actuación social, como el anuncio de Campari que juega con los roles de género. En lugar de ver personas imperfectas diremos entonces como en la canción de Carla Antonelli: ”¿imperfecta? ¿a los ojos de quien, cariño?”
Me ha encantado el anuncio.
bien! ojalá me he encontrara con más mensajes como ese.
Seguramente habremos hablado más de una vez con transexuales sin saberlo