Activistas LGTB de Ecuador trabajan para mejorar la situación de los adolescentes LGTB
El diario «El Telégrafo» de Guayaquil (Ecuador) publica un interesante reportaje sobre la realidad que viven los adolescentes LGTB en ese país latinoamericano. El reportaje, además de recoger el valioso testimonio de un joven que sufrió acoso escolar por su orientación sexual, refleja los esfuerzos que la fundación ecuatoriana Equidad lleva a cabo para conseguir que el respeto de la diversidad sexual se promueva como un valor más en las escuelas de Ecuador.
Luis Adrián Celi, ya mayor de edad, agradece no tener que ver ya a los compañeros de colegio “que atormentaban cada uno de mis días”. Afirma que desde niño se sabía diferente a los demás y sentía atracción por chicos de cursos superiores. “Como era un poco afeminado mandaban a llamar a mis papás a cada rato y ellos justificaban mi comportamiento diciendo que se me habían pegado esas mañas por convivir solo con mujeres en mi casa, pero que estaban seguros de que en la adolescencia cambiaría”, recuerda. Sus compañeros lo tachaban de “mariquita, delicadita, dama, invertido y cambiado”. El propio Luis creía «que tenía una enfermedad y debía buscar la forma de enderezarme”.
Efraín Soria, director de proyectos de Equidad, comenta al respecto que «las personas deben saber que no hay nada malo en él o ella”. Soria sugiere que se debe informar a los menores cuyas familias no los apoyan de la existencia de organizaciones que los pueden ayudar. El activista Daniel Moreno recomienda trabajar mucho con las familias, que con frecuencia «obligan a sus hijos a permanecer en el ‘clóset’. Tienen padres machistas, homofóbicos o con represiones sexuales fuertes, quienes pretenden que sus hijos sean ‘machos’ y sus hijas bien ‘mujercitas’”. Muchos de estos chicos deciden asumir su realidad cuando ya tienen familia o después de haber vivido experiencias insatisfactorias. “Otros nunca salen a la luz y se convierten en los primeros opresores de hijos que presentan una orientación sexual diferente a la llamada ‘normal’”, afirma.
Susana Tamayo, responsable de prevención de VIH del Ministerio de Salud Pública, opina también que es necesario dar información clara a los adolescentes LGTB, como colectivo vulnerable que son. «Es complicado hablar de sexualidad con jóvenes que aún ocultan su orientación, llevan una vida sexual clandestina y sin cuidado, que tienen temor de que sus padres y familiares se enteren”, afirma. Tamayo refiere, al menos como un primer paso en esa dirección, que su ministerio ha desarrollado una Guía de orientaciones básicas para su uso en los servicios de salud.
El activista y pedagogo León Sierra cuenta finalmente que intentarán impulsar a través de la Asamblea Nacional propuestas encaminadas a mejorar las condiciones de vida de los jóvenes LGTB: charlas en colegios, abordaje del tema en los textos de educación sexual, plantear diversos tipos de familias para ilustrar ciertos temas en libros de primaria, etc.