Feliz verano

Pues hasta aquí han llegado los Desayunos de este año escolar. A la vuelta del verano, o incluso antes, estaremos aquí de nuevo para hablar de esas cosas que nos gustan: libros, cine, arte. Podría deciros que aprovechéis el verano para leer y ver películas, pero casi prefiero que no hagáis nada de eso y le dediquéis todo el tiempo que haga falta durante el resto del año.

Os dejo una vez más la lista de películas y libros que ya hemos comentado en la sección, y mi correo electrónico para sugerencias que procuraré cumplir lo más rápidamente posible. En mis estanterías se acumulan unas cuantas docenas de libros sin comentar (ya sabéis que jamás reseñaré un libro que no haya leído). Pido paciencia a autores y editores: espero leerlos todos durante el verano e ir poniendo las reseñas de viernes en viernes.

Por otro lado, qué agotamiento. Todos los años lo mismo. Toda la vida oyendo lo mismo. Seguramente yo también, en algún momento de mi vida (que si he de ser sincero no recuerdo), sentí repulsa hacia los mariquitas de pluma y cabaret, hacia lo único que era visible, por risible, en nuestra recién estrenada democracia setentera. Pero ya digo que no recuerdo ese momento y, sin embargo, sí que recuerdo “Ocaña, retrato intermitente”, y la valentía con que hablaba a pesar de los insultos y las agresiones. Y a La Otxoa, que cantaba el “Liberate” con casi tanta gracia como los adolescentes franceses y australianos cantan ahora el “fuck you”. Y es que sólo se me ocurren palabras malsonantes para calificar a los que ahora parecen haber descubierto un espacio de libertad (conquistado por otros), pero tienen miedo a ser “identificados” con las locas en tanga, con las travestis y con los chulazos semidesnudos. En momentos como éste, sólo me apetece decir lo que la extinta Radical Gai reproducía en carteles por las calles de Madrid: “Si no les gusta tu pluma, clavásela”. Yo casi prefiero decir, “Si no les gusta cómo eres, que se jodan”

No habrá nunca nada más valioso para ese chico de doce años de un pueblo perdido que ver cómo desde la portada de la mayoría de los periódicos una masa enfervorecida le grita “no estás solo”. Viva el Orgullo.

Gracias también a los compañeros de la web, a los que sólo son todavía un correo electrónico y a los que se han convertido en personas de carne y hueso. Y a vosotros, los lectores, por vuestro apoyo, vuestros comentarios y vuestras críticas.

Y ahora permitidme que me dirija a alguien que me aguanta a diario: hoy te lo debo, por todas esas tardes que he dedicado a escribir cosas para dosmanzanas. Todo esto es para ti. Por tu piel blanca, por tus ojos de color mar de Bretaña. Por tus manos que todo lo curan. Por estos quince años. Nos espera el mar, los paseos bajo los árboles, alguna tormentilla de verano, los fuegos artificiales, la sandía y el vino blanco con limones. El sabor de la sal en tus brazos. Tus huellas en la arena, la espuma. Nos espera pasar juntos mucho más tiempo, todo el tiempo. Tumbarnos en la arena y leer.

Porque el verano es tenerte cerca y decirte al oído algunas palabras bonitas como naranja o Portugal.

Hasta la vuelta.

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