La diversidad afectivo sexual es cosa de niños, niñas y adolescentes
Desde el Área de Educación de Ben Amics recibimos con agrado y entusiasmo una nueva confirmación de que la elección del 2009 como el “Año de la Diversidad Afectivo Sexual en la Educación” ha sido más que acertada. Nos referimos a una denuncia presentada por el Instituto de Política Familiar de Baleares a la Oficina de Derechos del Menor del Govern Balear contra la participación de menores en el acto de lectura del Manifiesto del Orgullo, que nos muestra que aunque hoy en día las personas del mismo sexo nos podamos casar y las personas transexuales finalmente tengamos el derecho a acceder al cambio registral de nombre, estamos lejos de alcanzar la igualdad social. Desafortunadamente, se continúa hablando de la diversidad afectivo sexual desde el prejuicio, el mito y, en definitiva, la ignorancia que alimenta los miedos causantes de la homofobia y la discriminación.
La diversidad afectivo sexual es cosa de niños, niñas y adolescentes. Y por eso mismo Ben Amics ha escogido la denominación de Orgullo Infantil, término que en ningún momento ha querido enmascarar las celebraciones del Orgullo LGTB, que no es solamente gay, como se menciona en la denuncia, también es lésbico, transexual y bisexual. Muy al contrario, hemos decidido resaltar el aspecto infantil, porque la sexualidad no llega con la adultez. La discriminación tampoco. En el mismo lapso que el IPFB ha redactado la denuncia, algún niño en España ha recibido una paliza o ha corrido el riesgo de ser violado por su orientación sexual, una niña ha sido insultada y motivo de risa entre sus compañeros y compañeras, un adolescente transexual, que no encuentra su sitio en esta sociedad, ha considerado el suicidio, un educador o educadora se lo ha pensado dos veces antes de hablar abiertamente de la persona con la que comparte su vida – porque corre el riesgo de perder su trabajo-, una niña ha recibido una lección muy clara de cómo la violencia es el camino para triunfar en un mundo violento, un niño ha aprendido que si llora será menos hombre, y que no sólo deberá reprimir sus emociones sino que también deberá aplicar algún golpe de vez en cuando. En el tiempo que el IPFB ha tardado en escribir su texto en contra del Orgullo Infantil, alguna mujer adulta ha muerto a causa de violencia machista y algún hombre ha sido llevado a la cárcel por asesinato. Y más de un niño, niña o adolescente ha sido testigo de cualquiera de estos hechos.
Ignorar una realidad no la quita del medio. La diversidad sexual siempre ha estado aquí. Ha venido acompañando desde generaciones a las familias de los denunciantes, así como ha venido acompañando a mi familia y a las familias de quienes nos rodean. Hablar de diversidad afectivo-sexual en el sistema educativo, y desarrollar actividades educativas fuera del aula – ya que dentro del aula en la mayor parte de los casos no se realizan, aunque así lo establezca la LOE – no equivale a adoctrinamiento. Por otra parte, se equivoca el IPFB al dudar de la capacidad pedagógica de los monitores y monitoras, y de la idoneidad de las actividades. Los y las monitoras que trabajan en Ben Amics tienen un complemento que prácticamente ninguno de los educadores y educadoras del sistema educativo español han recibido jamás: formación en diversidad afectivo-sexual. Lo hemos comprobado en las charlas que realizamos en los institutos: la mayor parte de los y las docentes no sabe distinguir entre homosexualidad y transexualidad. Pero no por ello hay menos homosexuales o transexuales. Sí los hay… sólo que más infelices y en mayor riesgo, porque su ambiente educativo no es seguro.
Participar en un partido de fútbol mixto no transforma a nadie en homosexual. Si acaso, puede tirar abajo barreras de género. Que una niña escuche un cuento titulado “Mercedes quiere ser bombera” no la hará lesbiana, si no lo es. Pero en cualquier caso, le enseñará que no hay trabajos y áreas de estudio reservadas para varones. Un niño o una niña que coman exquisiteces hechas en un concurso de bollería fina aprende a degustar un plato sin importar la orientación o identidad sexual de quien lo haya preparado. El plato sabe igual. Por último, leer parte de un manifiesto que reivindica derechos para niños, niñas y adolescentes, no transforma a nadie en homosexual, pero definitivamente contribuye a que quien participa en esa actividad sea más sensible a las demandas de un grupo de seres humanos que como él o ella comparten esta sociedad, aunque injustamente gocen de menos derechos.
Desde ya ponemos nuestras charlas a disposición del IPFB. Después de leer el texto de la denuncia, entendemos que realmente las necesita. Asimismo, mantenemos públicamente nuestro compromiso por abordar la diversidad afectivo sexual en el sistema educativo y recordamos que el 2009 está marcando el comienzo de un programa de actividades que continuaremos desarrollando dentro y fuera de las aulas por muchos años más. Nuestro trabajo terminará el día en que sea un o una adolescente, o incluso un niño o una niña, sin importar su orientación o identidad sexual, quien identifique y responda ante acciones impregnadas de homofobia como la denuncia presentada por el IPFB.
Alejandro Chiesa Riverón
Co-coordinador del Área de Educación de Ben Amics
Muy importante vuestra labor al respecto, sobre todo en esta época en que se utiliza a l@s niñ@s como arma contra nosotr@s. Ánimo y gracias.