La todavía escasa visibilidad de las lesbianas y sus causas, objeto de estudio en Euskadi
El Correo Digital publicó ayer una interesante entrevista a Inmaculada Mujika, socióloga y psicóloga de Aldarte, un centro de atención para personas gays, lesbianas y transexuales con sede en Bilbao. Mujika es la autora del estudio «Visibilidad y participación social de las mujeres lesbianas en Euskadi», un trabajo de investigación financiado por el Ararteko (defensor del pueblo vasco) y presentado en 2007, en el cual el 52% de las encuestadas reconocía que dar a conocer su orientación sexual más allá de sus circuitos íntimos sigue siendo tabú. Mujika ha participado en la conferencia «Voces de las mujeres en la diversidad sexual», celebrada estos días en Vitoria, en la que entre otros aspectos se han repasado las causas de la todavía insuficiente visibilidad lésbica.
Mujika expresa que todavía existen importantes obstáculos a la salida del armario de las lesbianas, «como la desigual presencia pública de mujeres homosexuales. Es más complejo en los entornos públicos que en los privados. No obstante, ahora es más fácil que hace 30 años, cuando el franquismo no lo permitía, lo que fomentó el secretismo y los sentimientos de culpabilidad». En opinión de Mujika, es un problema para las mujeres mayores, «a las que más les cuesta, por la educación y la época en la que han vivido» pero también para las muy jóvenes: «las chicas de menos de veinte años que aún viven con sus padres temen que éstos se enteren de su condición sexual. Sus familias continúan actuando en clave heterosexual, y evitan que se sepa su tendencia».
Respecto a los pasos que debería seguir una lesbiana a la hora de aceptarse tal y como es. Mujika señala que «primero debe asumir su condición con positivismo, una etapa que, lamentablemente, suele pasarse en solitario. El próximo paso es transmitirlo y gestionarlo con su entorno». Pero lo que sigue siendo un gran problema es hacerlo fuera de los círculos íntimos. «Los personajes lésbicos de las series de televisión han ayudado, pero me encantaría que, por ejemplo, las políticas y las actrices homosexuales lo dijeran. Si lo hicieran crearían un punto de inflexión en favor de las lesbianas. La lesbofobia se alimenta del déficit de visibilidad en el ámbito público». Mujika cree que una posible causa de esta reticencia a la hora de salir del armario es el temor «a sentirse ridiculizadas, y perder la posición conseguida con esfuerzo». La socióloga recuerda el caso, por ejemplo, de la tenista francesa Amelie Mauresmo, «quien recibió tantos ataques tras decir que era lesbiana, que llegó a arrepentirse en público de haberlo revelado».
Mujika tiene claro, de todas formas, que «en un contexto represivo, como en la dictadura, el secretismo favorecía la vivencia. Pero ahora, que existen leyes que favorecen los derechos de los homosexuales, ocultarlo va en contra de las reivindicaciones de las mujeres lesbianas».
la gente no es libre, ni lo hombres homosexuales son todavía libres, hay un gran número que se casan manipulados por la intolerancia normalizadora para dejar escapar de vez su sexualidad en desenfreno rápido y anónimo. Solo los que hacen un tremendo esfuerzo psicológico llevan a buen término una vida plena tanto si deciden vivir en pareja tradicional como compartir su sexualidad con múltiples parejas. Otros sin embargo sufren la mutilación de su espíritu y se convierten en fantasmas bajo kilos de odio y estigma… vivamos con valentía libres y decidiendo por nosotros mismos porque vivir una vida impuesta es morir en vida