Una aventura llamada bisexualidad
Nunca habías tenido una relación con una chica que no pasara de un par de besos, y tampoco estabas muy interesado en ello, ya que tenías la cabeza en otros asuntos. El caso es que nunca te habías cerrado del todo a una relación con un hombre, aunque fuese de manera subconsciente. Entraste en plena Edad del Pavo, y uno en esa etapa se empieza a plantear muchas cosas. Para un adolescente en plena efervescencia hormonal y sin una definida identidad sexual, esa etapa puede ser decisiva, y en tu caso, lo fue. Te entra la curiosidad sexual, y a veces te da vergüenza pensar en cómo sería besar a un chico. Nunca sentiste que estuvieras haciendo mal o algo prohibido por pensarlo, ya que tu madre te educó en libertad sexual en todo momento, pero sí que sentías algo de pudor. Esa idea poco a poco, día tras día, va ahondando en tu interior, hasta tal punto que comienzas a tener ganas de probarlo, sin malicia y con mucha ingenuidad, e incluso llegando a pensar que a todo el mundo alguna vez se le habrá ocurrido.
Y sin darte cuenta un día te sorprendes a tí mismo mirando a chicos con total impunidad, pero no de manera amistosa, no. Te los imaginas como amantes, besándote. Y te asustas. Muchísimo. Sabes que algo en tu interior no va bien. De un día para otro no sabes quién eres. Pero te lo callas. Tampoco quieres que los de tu alrededor te vean como un bicho raro, o peor, como un salido. Las ideas siguen rondando por tu mente, e incluso ves a los miembros de tu mismo sexo de otra forma, y comienzas a percatarte (y a interesarte) por los tipos que hay. Altos, bajos, rubios, morenos, delgados, gruesos. Y comienzas a configurar de manera inconsciente a un hombre ideal, como juego. O como lo que tú creías que era un juego.
Hasta que llega un día, una fiesta. La fiesta de cumpleaños de una amiga. Vas, y como toda fiesta de cumpleaños de adolescente, degenera en algún juego pícaro-sexual. Te toca. Juegas. Y no te acuerdas cómo, ves como el novio de tu mejor amiga se te acerca peligrosamente a la cara, y te da un pico. Sólo eso. Un pico, por el juego. Pero tú no lo ves así. En tu pantalón se forja una erección. La disimulas, pero lo has sentido. Ese hormigueo por todo el cuerpo porque te ha besado un hombre. Y por fin te das cuenta de que no es un juego. Te das cuenta de que te pasa algo.
Al llegar a tu casa comienzas a plantearte si eres gay, pero no, porque te sigues masturbando pensando en mujeres. Aquí ocurre algo. Te gustan los hombres y las mujeres. Es confuso, nunca habías oído hablar de alguien al que le gustaran los dos sexos. A nadie excepto los dioses griegos. Fantaseas un poco en ser como Apolo, o como Zeus. En recibir el amor de un hombre y de una mujer. El amor de ambos. Y te reconforta, te gusta. Crees que eso es lo que te pasa.
Pasas algunas semanas meditándolo, y lo comentas, a tu otra mejor amiga. Qué cara se te queda cuando ella te confiesa que siente lo mismo hacia las mujeres. Te sientes arropado. ¡Tu mejor amiga es como tú! Juntos encontráis un término a lo que os pasa. Se llaman bisexuales, y son personas a las que le gustan ambos sexos. Te gusta, tiene sonoridad. Bi-se-xual.
Y vas creciendo, y los de tu alrededor lo van sabiendo, y reaccionan de manera correcta. Tu madre te dice que no le importa tu sexualidad, que siempre serás su hijo, y tu vida sigue rodando, y conoces a más bisexuales, y un mundo gay, antes oculto, se abre de repente a tu alrededor.
Y aún hoy, después de dos o tres años sabiendo quién eres y lo que quieres, aún fantaseas en ser como Apolo, y tirar cada mañana del carro solar.
David Martín
Hoy volvemos a abrir el cajón de las cartas para recuperar esta, publicada en dosmanzanas el 26 de abril de 2007. Ahí podréis leer los comentarios que dejaron entonces los lectores.
Hostias, yo conozco a este tío xDDDD
Pero si soy yo… :P. Gracias por este revival ;).
La bisexualidad sigue siendo un tema muy, muy complejo, tanto para algunos gays como para algunos heteros.
Todavía hay quién piensa que es cuestión de «indecisión», o una especie de «medio-clóset», u otros más radicales que simplemente no existe. No me enorgullece reconocer que aún soy algo bifóbico, y todavía existen un par de prejuicios bifóbos por ahí que necesito aclarar y vencer, ya sea con el tiempo o la orientación adecuada. Pero lo que sí me queda bastante claro es que cada quién sabe perfectamente lo que es: bi, hetero o gay, y cada quién tiene todo el derecho de practicar su sexualidad como guste y mande. No somos quién para prohibirle nada a nadie, o enjuiciar a nadie.
Seamos tal cual somos; soy gay y me parecería fracamente grosero que alguién venga y me diga que mi orientación no existe, o es una «confusión» o incluso me diga como vivir mi vida sexual; lo mismo ocurre con los bi, sería grosero espetarles que su orientación es inexistente o incluso tratar de regular su vida sexual a nuestro gusto. Que cada quién sea tal cual es. Por el momento tengo poco que agregar al tema.
El problema de los bisexuales es que sufren mucho intrusismo: ¿acaso muchos gays no hemos utilizado la bisexualidad como escalón para asumir nuestra homosexualidad? El problema de fondo es la heterofilia impuesta por la sociedad y la cultura, que como un glaciar nos arrastra lenta, poderosa y silenciosamente hacia los brazos de alguien del sexo opuesto sin que nuestro cuerpo haya sentido en realidad el más mínimo interés por ello.
Por eso es lógico que muchos desconfiemos de esta tendencia. Como decía Harvey Fierstein en Trilogía de Nueva York, «todavía no he conocido ningún bisexual que se escape de casa de su novio para ver a una chica».
Dicho esto, me parece muy improbable que haya una persona a la que «le dé igual» un sexo que otro, habrá tendencias más o menos marcadas, habrá una escala de grises, como la de Kinsey. Al hilo de esto pienso lo siguiente: a mi torpe cerebro le costó más de cinco años luchar contra mi educación y mi entorno para procesar mi homosexualidad, manteniéndomela oculta hasta que fue tan insistente que tuvo que rendirse. Si yo hubiese sido bisexual, ¿me habría enterado alguna vez de esa pulsión homosexual? Lo digo porque imagino que muchos heteros que conocemos podrían ser bisexuales y ni siquiera ellos llegarán a ser nunca conscientes de ello.
Añado una pregunta que siempre me he hecho: ¿qué hombre bisexual que quiera tener hijos escogería mantener una relación duradera con otro hombre, sabiendo además los problemas que va a tener en todos los entornos? ¿No se convertiría ese enorme sacrificio en una losa para la relación?
Le has dado al clavo Al; incluso yo antes de aceptarme como gay decía que era bisexual, cuando en realidad sabía muy bien que el sexo opuesto no me llama la atención ni poquito. Creo que como dices algunos gays en un principio nos decimos «bisexuales» por la cuestión de «suavizar» las críticas heterosexistas, para no obtener una desaprobación total de su parte, e incluso por librarnos del marcadísimo estereotipo misógino y machista que la sociedad ha hecho del gay: para no perder algo de supuesta «masculinidad».
La pregunta que planteas es precisamente mi inquietud con respecto a los bisexuales y es la razón por la que, de cierto modo, preferiría un romance con un chico gay que con uno bi. Y es que las personas al ser bisexuales tienen el dilema que bien planteas: que a fin de cuentas terminen abandandonos debido a que terminen prefiriendo la «tentación pseudoparadisíaca heterofílica» que les podría ofrecer una chica al hecho de la pesada condena social por una «relación homosexual» + el hecho de no tener hijos como dices, y más si estos lo desean.
Probablemente sea un prejuicio tonto el que planteo, y no digo que todos los bisexuales sean así; pero particularmente es una situación que hace desconfiar, por lo menos a mí.
Me parece una carta muy interesante, desde luego. Pero también comparto con Al la reflexión de si gran parte de la desconfianza/prejuicios que desde la parte L/G se tiene hacia la parte B no se debe al hecho de que la bisexualidad se ha vivido durante mucho tiempo como una experiencia «doble» en la misma persona: la homosexual, que se vivía estrictamente en privado; y la heterosexual, que se vivía en público porque era/es lo socialmente aceptado. Pero que esto pueda haber sido (o siga siendo cierto) en algunos casos no me parece que justifique los comentarios despreciativos sobre la bisexualidad que se leen prejuzgando a la gente, sus sentimientos o experiencias. Que pueda ser/haber sido una forma de vida más «cómoda» que la homosexual (????, con muchos interrogantes) en según qué casos no me parece motivo para mostrar ese desprecio hacia las experiencias y personas bisexuales. Cada uno es como es y punto, y no es justo que a los bisexuales les lluevan palos de todas partes.
La carta es muy interesante, y pone muchos dedos en muchas llagas, aunque creo que más que una Carta para Dos Manzanas debería ser un Cuento para Dos Manzanas… es una pena, pero dudo que haya -hoy por hoy- muchos padres y madres que se lo tomen tan bien como la madre de esta carta.
Eso sí, la carta me gusta mucho, pero si los G y L tienen mucho que hacer (y los T… ¿qué os voy a contar) los B ni te cuento…
Bueno, a mí también me ha gustado mucho la carta, que no leí en su día. He echado un vistazo a los comentarios que se hicieron en la primera publicación de la carta (algunas aportaciones fueron, por cierto, muy interesantes, en todos los sentidos) y es curioso, pero ya entonces surgió el debate sobre la propia existencia de la bisexualidad y de los bisexuales (parece que ese ser continuamente puestos en tela de juicio es una especie de lastre que va a acompañar a la B durante mucho tiempo).
Creo que tenéis razón los que habláis del “intrusismo” (el término usado por Al me ha encantado) en el mundo bisexual de gente que no es verdaderamente bisexual. Creo que todos conocemos casos, y las razones son obvias: para muchas personas la bisexualidad es una salida del armario diluida, difuminada, por la puerta de atrás.
Pero que esto sea así no es motivo para rechazar, menospreciar o discriminar a nadie: no a las `personas verdaderamente bisexuales, eso por descontado; pero tampoco, quizás, a las que utilizan la bisexualidad como excusa, porque sería tanto como rechazar a una persona que tiene problemas de autoaceptación en lugar de ayudarla a que se acepte a sí misma y que supere su homofobia interiorizada (pero ese sería otro tema digno de un largo debate).
En cualquier caso, es tremendo que a estas alturas de la película, cada vez que se habla de bisexualidad salgan a la luz prejuicios que deberían estar superados ya desde el famoso informe Kinsey. La sexualidad humana es muy compleja y variada, y desde luego no tiene ningún sentido que andemos cuestionando, cincuenta años después de aquel informe, los grados intermedios entre la heterosexualidad pura y la homosexualidad pura.
Me ha hecho mucha gracia la cita que Al hace de “Trilogía de Nueva York”, pero cuando la he leído yo me he acordado de la película “Go fish”, en la que el grupo de amigas lesbianas critican a muerte a una de ellas que se haya enrollado con un chico.
¿Debemos, por tanto, hablar de doble discriminación de las personas bisexuales?
Por fin un texto en esta web en el que me siento plenamente reconocido. Gracias por dejar claro que no somos el medio camino hacia nada ni una frustración mal digerida. Somos bisexuales y punto, tan completos como el que más.
Por cierto, aunque no me enorgullezca de ello, yo sí me he escapado de casa de mi novio para quedar con una chica… y viceversa.
Nunca es tarde si la dicha es buena.
Tal y como yo lo veo, pienso que a la hora de votar solo se permite meter una papeleta en la urna.
Si eres bisexual, en teoría no hay ningún problema, pero en la practica si te gustan los dos sexos una sola persona no puede dejarte totalmente satisfecho. Porque esto de las escapadas, lo de te quiero mucho pero hoy me voy con otra persona, pues como que no lo veo.
Encontré esto por la red Un estudio realizado por la Universidad del Noroeste (USA) y el Centro para la Adicción y la Salud Mental (Canadá), reunió a 98 personas (30 heterosexuales, 30 bisexuales y 38 gays) y luego de colocarles unos sensores especiales para medir su grado de excitación sexual, les proyectaron películas eróticas de diferente orientación (gays, lésbicas, hetero, etc.)
Los resultados obtenidos son los esperados en los grupos hetero y gay, sin embargo en el grupo de los bisexuales, los patrones de excitación son idénticos al del grupo homosexual, es decir, los bisexuales se excitaron más con hombres que con mujeres.»
«y luego de colocarles unos sensores especiales para medir su grado de excitación sexual, les proyectaron películas eróticas de diferente orientación (gays, lésbicas, hetero, etc.)»
Pues yo tengo un problema muy grande con estos «estudios», y es el hecho de que lo reducen TODO, absolutamente todo, a la cuestión sexual, dejando de lado toda una serie de factores que también forman parte de la sexualidad humana (factores afectivos, sociales, psicológicos, etc.). Yo conozco gente bisexual que sexualmente se siente más atraída por un sexo que por otro y que, sin embargo, afirman que para establecer una relación afectiva sólo son capaces de hacerlo con gente de uno de los dos sexos, por ejemplo (por ejemplo mujeres que para el sexo prefieren a los chicos pero que para mantener relaciones de pareja prefieren a las chicas, y a la inversa).
Me parece ultrareduccionista reducir la homo/bisexualidad a una cuestión de genitales/cerebro. Y de todos modos lo que tú comentas no tiene tanto que ver con la homosexualidad o bisexualidad como con cuestiones sociales como la fidelidad de pareja, etc.
Ave, tú lo has dicho «afirman», pero a parte de «afirmar» que sienten, en que consiste la bisexualidad, puede alguien decir si existe entre dos personas un «amor bisexual», «un matrimonio bisexual», «sexo bisexual». Es que todavía nadie ha podido explicar en que consiste tener una vida bisexual. La gente puede llevar una vida hetero u homo, pero nadie se presenta en casa de los padres con el novio y la novia. Si conoces a alguien que se enamora de mujeres y prefiere practicar sexo con hombres, no te parece que como dice el refrán QUIÉN MUCHO ABARCA POCO APRIETA.
«Si conoces a alguien que se enamora de mujeres y prefiere practicar sexo con hombres, no te parece que como dice el refrán QUIÉN MUCHO ABARCA POCO APRIETA.»
Es que la cosa no es lo que me parezca a mí o me deje de parecer, sino que no entiendo qué necesidad hay de etiquetar, limitar o juzgar a las personas por su forma de sentir. Que cada uno sienta y organice su vida como mejor le parezca. Yo no sé «en qué consiste tener una vida bisexual» porque no soy bisexual, pero me cabrea que se prejuzgue las vidas de los demás y haya que medirlo todo con el rasero de la experiencia propia. Igual tú no puedes concebirlo, lo mismo que hay millones de personas que no pueden concebir «en qué consiste tener una vida homosexual» y no por eso les hacemos caso.
Amos, digo yo.
Yo en ningún momento he dicho «NO PUEDO CONCEBIR», ESO LO DICES TÚ.
Se trata de que alguien me explique en que consite y entonces sabré de que se trata y como se organizan. SÓLO SE PUEDE ENTENDER LO QUE SE EXPLICA. Y yo te aseguro que le puedo explicar a cualquiera en que consite tener una vida homosexual.
Es como la poligamia yo sé en que consiste (lo he visto por la tele, jeje), y no emito ningún juicio de valor sobre ella. Pero aún no he visto (ni siquiera por la tele), una familia bisexual. Solo pretendo que alguien me explique en que consiste, punto, porque soy un Ignorante, no es para enjuiciar a nadie.
Punto 1: no me grites, por favor.
Punto 2: ¿qué obligación tiene nadie de «explicarte» algo? David ha escrito su carta; es una carta en la que expresa sus sentimientos y explica su forma de sentir y el proceso por el que se dio cuenta. No hay más. O lo tomas o lo dejas. Sólo por eso ya le llovieron miles de palos con actitudes completamente prejuiciosas. Que tú lo que concibes es una sexualidad fija y monógama, pues bueno. No todo el mundo tiene la misma visión de la vida y tienen derecho a vivir su vida como quieran.
A mi me encantó la carta. Creo que trata un tema espinoso dentro del mundo LGTB y planta delante de nuestros ojos el problema de la bifobia entre nosotros mismos.
Creo que esta bifobia se fundamenta en concepciones erróneas. Si una persona bisexual busca sexo fuera de la pareja, le juzgamos (ya de por sí no deberíamos juzgarle porque no sabemos qué tipo de acuerdo tiene con su pareja, pero bueno) como bisexual, ¿por qué? Lo más que se podrá decir de él/ella es que es incapaz de ser monógam@, pero ya está, igual que haríamos con un heterosexual, homosexual, lesbiana o persona transexual.
La verdad es que yo muchas veces hice bromas (supongo que como todo el mundo) sobre la existencia de la bisexualidad. Sobre todo mis ‘dudas’ iban en el sentido de la duda que plantea Al en su comentario #5, pero poco me di cuenta de que la bisexualidad, al igual que la homosexualidad, no es una opción. Un muy buen amigo de mi marido, por ejemplo, es bisexual. Sus relaciones más largas han sido con mujeres, pero no porque no se plantee un proyecto de vida en común con un chico, sino más bien porque el tipo de chico que le gusta no suele estar preparado para una relación.
Creo que las personas bisexuales tienen una gran presión cuando mantienen una relación con alguien de su mismo sexo. Saben que, si la pareja se rompe y él/ella empieza una relacion con alguien del sexo opuesto, muchos amigos homosexuales que tuvieran en común lo considerarán una ‘traición’ (bueno, generalizando mucho, ok?)Esta misma ‘desconfianza’ puede acabar minando la relación. Obviamente, no es que no tengan esta presión cuando están con alguien del sexo opuesto, pero eso se llama homofobia y aquí estamos hartos de denunciarla. Lo menos que podemos hacer es no caer en lo mismo y dejar a los bisexuales que se relajen.
Pues estoy completamente de acuerdo contigo, Raúl.
Reflexiones en voz alta…
A mi entender los problemas que tendría una «relación bisexual» (como esa por la que pregunta Luysom (es decir… bisexual (Hombre o Mujer) + Hombre + Mujer) serían similares a los que afectan a cualquier relación de tres personas… complicados por la percepción social de la bisexualidad.
Los trios tienden a ser inestables; imaginemos un chico (Bi) con otro chico (Homo o Bi) y una chica (Hetero o Bi). Si los tres son Bi… podría establecerse un trío y una pareja (lo que a la larga, seguramente, desestabilizaría el trio). Pero si solo es Bi uno de los tres… pienso que el trio estaría polarizado desde el principio.
No dudo de que haya personas capacitadas para tener relaciones afectivo-sexuales en grupos de tres, pero… ¿está la sociedad preparada para aceptarlo?
¿Está el mundo LG dispuesto a aceptarlo? ¿O es que la Bisexualidad le huele a ‘promiscuidad’, ‘inmadurez’, etc… a mucha gente?
Ibn Sina, has entendido perfectamente a lo que me hacía referencia. Una cosa es el mundo de las ideas que decía Platón, y donde seguramente la bisexualidad es lo «ideal» y otro el mundo real donde esas ideas se materializan. Mi pregunta era cómo llevarla a cabo, si alguien me lo explica hasta puede que me apunte.
La verdad es que alguno de los argumentos que leo me recuerdan a la actitud de muchas mujeres heterosexuales cuando se enteran de que eres lesbiana (y viuceversa, de muchos hombres heterosexuales cuanod se enteran de que su interlocutor es gay): empiezan a ponerse nerviosos y se creen que ya quieres llevártelos a la cama. Pues no, soy lesbiana pero NO quiero acostarme con todas las mujeres del mundo. Creo que Raúl lo ha explicado muy bien: confundís bisexualidad con bigamia, y la verdad es que no sé qué tiene que ver la orientación sexual con ser monógamo o dejar de serlo.
Lo de los tríos es que yo creo que es parte de otro debate, y de verdad que me apuntaría porque es un mundo inexplorado… (no es que yo quiera ‘explorarlo’ personalmente eh?, quiero decir que me apuntaría al debate 🙂 )
A mi no me dejan de gustar otros tíos por estar en pareja. Me sigue gustando un buen chulazo, por supuesto, pero no estoy frustrado por no poder irme con otro tío aunque esté cañón,simplemente estoy en pareja y por ahora mi marido y yo hemos estamos bien así.
De la misma manera ¿Por qué va a estar frustrado un bisexual que tenga una pareja, del sexo que sea, si en ese momento le llena? Eso no quita para que le sigan gustando chulazos y chulazas por igual, la líbido no desaparece así como así por estar ‘pillado’ 🙂
Ave, 😉
… y luego cada hetero que le digas que eres bisexual te dirá que eres un salido, y que nunca estaría con un bisexual.
… y cada gay al que le digas que eres bi, te dirá que estás reprimido, incluso aunque lo sepa toda tu familia, y él sólo conozca tios por internet.
Creo que no me habéis entendido…
Yo ya no estaba hablando de ‘bisexualidad’ en abstracto (es absolutamente compatible ser bisexual, tener como pareja a una sola persona y sentirse satisfecho, sin ninguna necesidad de buscar otra), sino de lo que Luysom parecía entender por ‘pareja bisexual’ (es decir, una persona con dos parejas, o dicho de otra forma, un triángulo… no tanto un trio (tal como lo entiendo, en el trio se supone que las 3 personas están involucradas afectivo-sexualmente unas con otras).
Nunca he igualado bisexualidad = bigamia; estáis juzgando como mis propias ideas reflexiones que he hecho sobre posibilidades propuestas por otros…
Es curioso que mucha gente este preparada para la hetero y la homosexualidad, pero con la bisexualidad, les de panico.
Dices que eres gay y nadie te cuestiona ni juzga.
Dices que eres bi y puedes ver todo tipo de reacciones, lo digo por experiencia.
La teoria de que puedes ligar el doble se ajusta a la realidad: si eres sincero y dices lo que eres, te rechazan ambos sexos.
Los bi estamos a años luz de la aceptacion que tienen los gays. Para mi seria mucho mas sencillo ser gay, si lo fuera, claro 😀
A mí lo que verdaderamente me molesta de algunos bisexuales es cuando dicen «yo me enamoro de las personas», como si los homosexuales sólo nos enamoráramos de un cuerpo.
Pues no, yo soy homosexual y también me enamoro de las personas, de las personas de mi sexo.
bueno, Alucinado, muchas de esas personas no se consideran tampoco bisexuales. Si les preguntas, se salen por la tangente y dicen que no les gustan las etiquetas
Me alegro mucho de haber tropezado con esta página, de haber encontrado esta carta tan bonita y… bueno, quisiera estar igual de contenta por haber leído los todos comentarios pero, siendo sincera, no comulgo con la opinión de algunos.
Sí, soy eso que llaman «bisexual» y, aunque algunas chicas que conozco se han puesto la etiqueta por moda, yo jamás de los jamases me atreviría a proclamarlo a los cuatro vientos.
¿La razón? Me parece que es evidente. Mi círculo de amigos hetero me tacharía de inmoral o peor, harían como la pareja que se enteró y automáticamente me ofreció un trío. Me fastidia que se crean que por ser así me tiene que gustar cualquiera, la verdad.
Tengo una pandilla con la que suelo salir por el ambiente. Mi mejor amiga del grupo sabe que soy bi (el resto no, me lloverían pedradas); pero como nunca lo he dicho con todas las palabras me presiona para que me ponga esa etiqueta (seiscolores tiene toda la razón, al menos a mí no me gustan las etiquetas, no soy un tipo de fruta).
Y sobre todo lo que he leído de la inseguridad respecto a tener una pareja del mismo sexo y escaparse a hetero-picotear… ¿No existe la infidelidad en todos los lados? No sé, creo que se olvida que existen sentimientos en las relaciones, no sólo sexo. Si un bi está realmente enamorado de su pareja del mismo sexo… ¿para qué se irá a buscar complicaciones? ¿No podría ocurrir que fuera el gay o la lesbiana quien pusiera los cuernos en lugar del bi?
Menudo tochaco acabo de escribir, lo siento por si alguien ha tenido la paciencia de digerirlo.
PD: Ave, no te conozo, pero olé tus comentarios ^_^