ENTREVISTA A ÓSCAR OLIVERA (FULGTQ): “Ha quedado en el cajón parlamentario con media sanción la Ley de Identidad de Género que permitiría a las personas transexuales poder cambiar su nombre”

En los últimos días Uruguay ha sido noticia y motivo de celebración para el movimiento LGTB. Este país sudamericano es hoy pionero en la conquista de avances legislativos en favor de las minorías sexuales en toda América Latina. Para conocer la realidad del colectivo LGTB uruguayo he podido charlar con Óscar Olivera, activista gay y queer. Óscar comenzó su activismo por los derechos LGTB en los años finales de la dictadura uruguaya y en 1984 participó en la fundación de la primera organización LGTB de Uruguay. Hoy es miembro de Espacio Encrucijada Queer, grupo integrante de la Federación Uruguaya LGTQ – Mercosur, y destaca como uno de los activistas más veteranos del movimiento de liberación sexual en Uruguay.

A: ¿Qué es la Federación Uruguaya LGTQ? ¿Quiénes integran vuestra organización?

OO: La Federación Uruguaya de Lesbianas, Gays, Trans y Queers – Mercosur es una organización que nace hace ya dos años para nuclear aquellos grupos y personas que trabajan en la promoción de los derechos humanos de la diversidad sexual. Esta federación está actualmente integrada por las siguientes organizaciones: ALU (Asociación de Lesbianas del Uruguay), Centro de Estudios de Género y Diversidad Sexual (CEGEDSEX), Comunidad Homosexual de Cerro Largo, Colectivo Cimarrón (CHDCL), Fénix Diversidad (FD), Hermanas de la Perpetua Indulgencia (HPI), Voces del Arcoiris (VDA) y Espacio Encrucijada Queer, contando con la Representación de la Diversidad Sexual en la Comisión contra el Racismo, la Xenofobia y otras formas de discriminación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). Además en nuestra federación ingresó el primer grupo LGTB argentino-uruguayo Mateando, con sede en New York, también el grupo Modis Bahia Blanca (Argentina) y adhieren “Reflejos” de Venezuela.

También existe otra federación, la FUDIS (Federación Uruguaya de la Diversidad Sexual), integrada por otros grupos, entre ellos el Colectivo Ovejas Negras; y por último, existen grupos que se han escindido de ambas, como La Brújula Queer, Amiseu (Asociación de Minorías Sexuales), CIESU (Centro de Estudios Sexuales de Uruguay) y organizaciones del interior, como Campesinas Rebeldes (integrada por personas trans).

A: Actualmente, ¿cuál es la situación legal de los derechos LGTB en Uruguay?

OO: En el ámbito legal se han producido avances, ya contamos desde el 2003 con la penalización de crímenes de odio hacia nuestra comunidad, al modificarse el artículo 149 de nuestro Código Penal (“Incitación al odio, desprecio o violencia hacia determinadas personas”) para sancionar además de otras discriminaciones, las que son producto de la homofobia (es decir se penaliza la violencia o incitación a la misma, por cuestiones de orientación sexual y/o identidad de género).

Por otra parte, el reconocimiento jurídico de las parejas del mismo sexo, por la promulgación de la Ley de Unión Concubinaria (Ley 18.246) de alcance nacional, así como recientemente la actual aprobación de la reforma del Código de Niñez y Adolescencia, donde se reconoce el derecho de adopción a las parejas que viven en concubinato, y por lo tanto, se reconoce así el derecho de las parejas del mismo sexo a adoptar un niño.

Pero, desde el año pasado ha quedado en el cajón parlamentario con media sanción la Ley de Identidad de Género, que permitiría a las personas trans poder cambiar su nombre, poder asumir el sexo que quieran, es decir darle “identidad legal” a personas que han optado por trascender el binarismo genérico para asumir un estilo de vida propio y, en definitiva, hacer ejercicio de su libertad. Así que al estar en año de elecciones será muy difícil que se apruebe, ha sido la ley más resistida por los políticos (y no solamente de la derecha, también desde la izquierda ha habido voces en contra).

A: ¿Cuáles son los principales retos del movimiento LGTB uruguayo en estos momentos?

OO: Tenemos que trabajar mucho a nivel social, pues por más que hayamos avanzado a nivel legal y jurídico la homo-lesbo-trans-bis fobias están bastante arraigadas en nuestra sociedad. Muchas personas anónimas padecen cotidianamente diferentes formas de violencia, tanto simbólica como física. Y aquí tenemos que intervenir más a nivel de la educación (tanto formal como informal). En este terreno, desde el organismo público de enseñanza se ha implementado un programa de educación sexual, bastante inclusivo, al reconocer entre las variantes de la sexualidad no solamente el comportamiento hetero, sino también el homosexual y la identidad de género. Pero siempre se generan resistencias en diversas instituciones educativas, tanto en primaria como en secundaria. Es decir, que contamos con herramientas, pero hay que trabajar mucho, mucho.

Por otra parte, en cuanto a la responsabilidad de los medios de comunicación masivos allí tenemos otro “terreno” donde quedan luchas por dar, pues muchas veces la presentación de las personas no heterosexuales, por ejemplo en la televisión, se hace desde el morbo, lo ridículo, generando así una imagen distorsionada de nosotros y nosotras. Es decir, que la perspectiva sexista, androcéntrica y heteronormativa es la que predomina.

Y en los barrios, en las pequeñas comunidades, el insulto a quienes somos distintos está tan incorporado a nuestra idiosincracia que términos ofensivos como “puto” o “torta” (a las lesbianas) se han naturalizado, y lo triste que esta violencia simbólica muchas veces genera también otras formas de violencia que atentan contra la integridad física de las personas, sobre todo de las compañeras trans, y en especial de aquellas que tienen como medio de vida la prostitución.

A: ¿Existe aún homofobia en la sociedad y en la política uruguayas?

OO: Por lo expresado anteriormente, esta pregunta sólo puede tener un “sí” por respuesta, lamentablemente, pues nuestra cultura surge bajo la influencia del pensamiento judeocristiano (aunque hoy la Iglesia tenga poco peso, igual siempre “mete la cuchara”, y también agregan lo suyo las sectas fundamentalistas pseudocristianas) y también de la cultura occidental heterocentrada, machista, sexista…

En la política, sobre todo en los partidos de derecha, predomina el desprecio hacia nosotros y nosotras, aunque hay algunos “liberales” que apoyan nuestras causas. Pero, también en los sectores llamados “progresistas”, afines al pensamiento de izquierda, hay voces que nos relegan a un segundo plano, para muchas y muchos somos “ciudadanos y ciudadanas de segunda categoría” todavía. Nuestra lucha, que “es cruel y mucha”, trasciende las ideologías, pues tiene que ver con las personas, con nuestra dignidad como humanas y humanos, que es una cuestión de derechos, y ésto parece que muchos “iluminados” no lo entienden.

A: En octubre se celebran elecciones presidenciales en Uruguay. ¿Son estos comicios decisivos para conseguir avances legislativos en favor del colectivo LGTB?

OO: Digamos, que sería bueno que nuevamente se instalara un gobierno de perfil izquierdista, es decir, el Frente Amplio, que ha hecho oído a nuestros reclamos, y si bien, podemos encontrar algunas resistencias entre sus filas, es mucho mejor estar administrados por este partido, ya que la segunda fuerza en pugna, el Partido Nacional, seguramente postergará nuestras aspiraciones e incluso, puede hacer retroceder las conquistas legales conseguidas actualmente.

A: A vuestro juicio, ¿qué candidaturas presidenciales están más comprometidas con la igualdad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales?

OO: Bueno, como dije antes, la más afín a nuestra comunidad, sería la fuerza mayoritaria de izquierda, que termina este año su administración. Pero, dentro de sus filas hay personas más comprometidas que otras con nuestros reclamos. Y lamentablemente, también hay quienes nos apoyan en cierta manera obligados, para no “quedar mal”. Nuestro país es el país de “la cola de paja”, como escribiera Mario Benedetti, es el país del doble discurso.

A: ¿Pedirá vuestra organización expresamente el voto para alguna de estas candidaturas? De ser así, ¿para cuál de ellas?

OO: No, nuestra federación se define a nivel político partidario como apolítica, por lo tanto las y los integrantes podemos libremente adherir a cualquiera de las candidaturas. En nuestra federación pueden encontrarse personas tanto simpatizantes del Frente Amplio, como también compañeros que adhieren al Partido Nacional, por ejemplo, que pretenden desde dentro de esa organización política marcar presencia y hacerse oír, incluso un compañero nuestro es candidato por este partido. Yo espero que pueda desde dentro de su partido trabajar en pos de nuestros derechos, pero sé que va a encontrar muchas, muchas resistencias.

A: ¿Hoy por hoy la sociedad uruguaya se encuentra preparada para elegir a un presidente gay o a una presidenta lesbiana?

OO: Hemos tenido en el gobierno figuras que, si bien públicamente no se han asumido como gays o lesbianas, se sabe (es un secreto a viva voz) que tal o cual representante del gobierno es gay o lesbiana (no hay personas trans). Pero si nuestra sociedad no está preparada, que se prepare… Ojalá que alguien públicamente gay o lesbiana o trans o bisex desde su postura de vida se postulara, pero como dije este es el país del doble discurso.

A: En 2008 Uruguay reconoció legalmente las parejas de hecho entre personas del mismo sexo con la Ley de Unión Concubinaria. ¿Es el matrimonio el próximo objetivo?

OO: Puede ser un objetivo, pero creo que tenemos que trabajar más a nivel social, porque cambio legal no quiere decir cambio social. Por otra parte, hasta el momento, a un año de entrada en vigencia de la Ley de Unión Concubinaria, han sido pocas las parejas homoparentales las que han accedido al reconocimiento legal de su unión.

Creo que si algunas organizaciones LGTBQ promueven un proyecto de ley de matrimonio civil para nuestra comunidad, seguramente todas nos sumaremos a esta propuesta, pues será un avance en el reconocimiento de nuestros derechos, sin embargo, como he expresado, hay que cargar baterías más profundas, es decir, insistir en acciones que generen cambios a nivel social, que promuevan un imaginario colectivo donde la diversidad sexual sea aceptada al menos por la mayoría y vayamos desterrando prejuicios, odio y violencia, naturalizando estilos de vida y formas de sentir no heterosexuales.

A: ¿Ha cumplido el Presidente Tabaré Vázquez con el colectivo LGTB durante su mandato presidencial?

OO: En su discurso de apertura nombró de paso el tema de la diversidad. En el reconocimiento de nuestros derechos han sido más bien otros actores políticos los que nos han acompañado, quiero mencionar especialmente a la senadora Margarita Percovich, del Frente Amplio. Pero por lo menos Tabaré ha recibido con buen agrado muchas medidas que se han tomado y él les ha estampado su firma, como el hecho de que personas homosexuales puedan ingresar en las Fuerzas Armadas.

A: ¿Es España un ejemplo a seguir en los avances legislativos a conseguir para la igualdad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales?

OO: Creo que sí, lo que admiro de los españoles es como han dado una batalla en la cual los enemigos con los que se ha tenido que enfrentar el movimiento LGTBQ español son muy poderosos: la Iglesia Católica y también sectores de derecha como el Partido Popular. Y sé que todavía sigue habiendo resistencias, prejuicios, violencia contra la gente LGTBQ, pero seguramente seguirán avanzando en la promoción de los derechos humanos de la diversidad sexual.

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