La iglesia católica de El Salvador insiste en reformar su Constitución para reforzar aún más la prohibición del matrimonio homosexual
Curioso el concepto de «política» que maneja el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar. Tras la rectificación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que finalmente decidía la pasada semana no apoyar una reforma de la Constitución salvadoreña para consagrar al más alto nivel la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo, Escobar ha insistido en que dicha enmienda debe aprobarse y ha pedido que «no se politice el tema».
Escobar, que ya en su momento ejerció fuertes presiones sobre el FMLN para que esta formación de izquierdas, sin cuyos votos es imposible llevar a cabo la reforma, la apoyara, dice ahora que «no se trata de la lucha de un partido contra otro, sino que es un tema que va más allá de la política partidaria y ve el bien común», ha afirmado sin pudor.
Y es que la iglesia católica salvadoreña, entre otros movimientos conservadores, ha hecho de este tema uno de sus caballos de batalla, y eso a pesar de que la legislación civil del país ya prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo. Algo que no les basta ante el temor (hoy por hoy infundado, por desgracia) de que los tratados internacionales pudieran obligar a El Salvador a reconocer matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero. Según el jerarca católico, «todos debemos respetar la ley natural y si una sociedad la contradice se autodestruye, porque establece una forma de vida sin valores éticos».
En cualquier caso, la decisión del FMLN parece firme, después de los vaivenes experimentados al final de la anterior legislatura. Así lo ha manifestado en una entrevista la diputada Margarita Velado, para la cual la aprobación de la enmienda es innecesaria y podría fomentar la homofobia. «Si una persona ve que hay una prohibición expresa en la Constitución, puede decir: ‘Bueno, si les han prohibido el matrimonio es porque es malo y, en realidad, también les están prohibiendo la convivencia de pareja’. Alguien puede creer eso y puede hacer actos para vulnerar o lesionar esos hechos», ha dicho.
A veces me pregunto ¿Hasta cuando se acabará de una buena vez el imperio católico? ¿Hasta cuando se pondrá fin a su manía por controlar a la fuerza la realidad del otro? ¿Hasta cuando las personas de este planeta seguirán acreditando a ese montón de mentirosos, zanganos, parásitos, violadores de infantes y horribles clérigos ensotanados?
Si de mí dependiera el destino de esa gentuza…
Cristofascismo del rancio. Ni caso. Esta gente solo entiende el palo, a base de leyes.
A este señor le mandaba a predicar desde una cueva, con una piel de felino por vestido, iluminado por una antorcha y sin micrófonos ni demás leches. Eso sí, le dejaría que adornara suntuosamente su cueva con escenas de la Biblia a la manera de pinturas rupestres…
Que a estas alturas sigamos escuchando la pretendida bondad de lo natural, tiene co*ones.
Hay que destruir el homofóbico imperio católico-romano vaticanista en todo el mundo. Los hipócritas homofobos deben desaparecer sin más.
MÁS DERECHOS Y MENOS MORALINA VATICANISTA.
La Iglesia Católica no ha cambiado con los siglos. Sigue teniendo el mismo temor: el progreso y el conocimiento porque si la gente deja de ser ignorante y supersticiosa ellos pierden estatus.