Una joven de 21 años, acuchillada hasta la muerte en Washington a plena luz del día, en lo que parece un brutal asesinato tránsfobo
Los delitos tránsfobos no son exclusivos de países en vías de desarrollo. Hace solo unos días, en Washington D.C., la capital de Estados Unidos, el país más desarrollado del mundo, Tyli’a Mack, una joven transexual de 21 años, fue acuchillada hasta la muerte a plena luz del día. Las primeras investigaciones apuntan hacia un crimen de odio. Afortunadamente, otra chica transexual que la acompañaba, también atacada, ha podido salvar la vida. Era poco más de las dos de la tarde y ambas se dirigían a las oficinas de THE (Transgender Health Empowerment) una organización de ayuda a las personas transexuales, con la cual Tyli’a colaboraba.
Al parecer Tyli’a acompañaba a la otra chica con el fin de que ésta conociera la organización y el tipo de ayuda que presta. Caminaban por la calle y en un momento determinado se detuvieron en un supermercado. En ese momento un individuo, al percatarse de la condición de transexual de la chica, la habría insultado, iniciándose una discusión. Mack y su compañera abandonaron la tienda, pero el individuo las habría seguido y en un momento determinado habría culminado la salvaje agresión.
Amigos y familiares de Tyli’a Mack han pedido la colaboración ciudadana para identificar y detener al agresor. Desde la organización THE se señala que esta agresión refleja el clima de transfobia al que se tienen que enfrentar a diario muchas personas transexuales del área metropolitana de Washington, y se insiste en que seguirán trabajando a su favor pese a los drásticos recortes de fondos públicos que ha sufrido la organización.
R.I.P.
gracias por ese titular ejemplar
«una joven»
nada de «una transexual» ni cosas de esas
gracias
¡Terrible! Descanse en paz.
Y mientras aquí, en la España de toros, vino, fútbol y pandereta (con legislación igualitaria, pero sociedad maritranslesbifófica evidente) una tiene que aguantar a las amigas mariacostumbradas, autocomplacientes, mariacomodadas, autosatisfechas que, desde su particular torre de marfil por el hecho de tener pareja (hasta qué punto se relajan en cuanto las enculan bien, por Dios), ser jóven y no saber lo que es un armario (algo más comprensible desde la incultura a la que aludía Luis Antonio) o simplemente por ser (o no tener miedo a parecer) una suerte de neocon afín al PP más hipócrita…, ésas, son las primeras que afirman: «pero si en España estamos genial», «ya no hay homofobia», «tengo amigos heteros súper tolerantes», «hoy ya no tiene sentido estar dentro del armario»… y lindezas similares de mariameba que mira para otro lado mientras se atusa frívolamente el pelo o se preocupa que se le acabó el rímel horas antes de salir a la «disco» y no es consciente de lo que ocurre en otros países ¿democráticos y liberales?
Washington tiene un índice espantoso de crímenes violentos; es la capital del asesinato. Si a eso le unimos la transfobia, nos podemos hacer idea de la situación.