Un tribunal de Miami desestima la demanda de una mujer lesbiana a la que el hospital no permitió acompañar a su pareja antes de morir
Un tribunal federal de Miami, en Estados Unidos, ha desestimado la demanda interpuesta por Janice Langbehn, una mujer lesbiana a la que el Jackson Memorial Hospital denegó la posibilidad de acompañar a Lisa Pond, la que había sido su pareja durante 17 años, durante sus últimas horas antes de morir. Lisa Pond sufrió la rotura de un aneurisma cerebral durante un crucero junto a su pareja y los tres hijos de ambas. El trabajador social del hospital le denegó la posibilidad de visitarla con el argumento de que Florida era un estado antigay, según la demandante.
Finalmente, a Langbehn se le permitió visitar durante cinco minutos a su pareja al tiempo que un sacerdote le administraba la extremaunción. Ahora el tribunal ha desestimado la demanda al considerar que el hospital no tenía ninguna obligación legal de permitir a Janice acompañar a su pareja. El Jackson Memorial Hospital había negado la versión de Langbehn respecto al motivo por el cual no se le permitió hacerlo, alegando que ellos no discriminan a las personas homosexuales sino que esa era su política general.
Sin conocer los detalles más allá de lo que los medios de comunicación han publicado, a los que hacemos dosmanzanas nos resulta difícil pensar que en el caso de un matrimonio heterosexual el comportamiento del hospital hubiera sido el mismo. Recordemos que en el estado de Florida las parejas del mismo sexo carecen de reconocimiento legal, mientras que a nivel federal Estados Unidos mantiene vigente el DOMA (Defense of Marriage Act), que además de prohibir a la administración federal reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo y otorgarles derechos en su esfera competencial, permite además a los estados legislar de forma independiente en esta materia, de forma que ni siquiera los matrimonios entre personas del mismo sexo que son legales en unos estados tienen porqué ser reconocidos en otros.
Personalmente en este caso es algo complejo emitir una opinión sólida al respecto, algunas políticas hospitalarias son de por sí éticamente complejas como para ser abordadas en este momento…
No obstante, lo cierto es que cada hospital (en teoría) tiene el deber moral y ético de cumplir las peticiones del enfermo cuando este se encuentra en sus últimos momentos de vida, con el objetivo de brindarle una muerte digna, uno de los principios de la bioética tanatológica es el derecho a una muerte digna. Si la persona desahuciada pide una habitación iluminada, debe tenerla. Si la persona desahuciada pide algún tipo de música, debe tenerla. Si en este caso la paciente pidió ver a su pareja antes de morir (voy a asumir que así fue como sucedieron los hechos), el hospital tuvo el deber bioético de haber cumplido su última voluntad (uno de los principios tanatológicos para brindar una muerte digna a la persona desahuciada), independientemente de si el hospital mencionado posee políticas de «solo parientes pueden tener acceso al paciente hospitalizado»… fue la última voluntad de la hoy fallecida que debió haberse respetado tal cual.
Pero el asunto es más complejo y aparentemente el hospital no cumplió dicho principio tanatológico no basándose (por lo menos) en las políticas del hospital, sino en algo todavía más delicado como apelar de modo descarado y cruel al ambiente anti-gay de Florida, el cual fue recrudecido poco a poco por los cristianos fundamentalistas (se dice que Florida es tan religiosa que en casi cada esquina hay una Iglesia). Para que vean el alcance de la crueldad homófoba regada por los seguidores de «diosito».
Repito, el asunto es sumamente complejo y es de un amplísimo debate. Pero no así la cristiana actitud del trabajador social, que apeló a la homofobia cristiana de su estado.
En Argentina, por ejemplo, sólo el matrimonio da el derecho al c´nyuge a visitas cuando su pareja se encuentra en cuidados intensivos, o a decidir por ella en caso de decisiones de salud que no opuedan ser tomadas por el paciene.
Ése es uno de los motivos por los cuales se rechazan las uniones civiles y se exige el derecho al matrimonio. No es lo mismo y nunca lo será.
En Florida no exise, que yo sepa, ni una míser aLey de Parejas, por lo tanto muchos derechos (puede ser el caso de las visigtas conyugales en caso de enfermedad) no sean reconocidas.
Y homofobia también la de los jueces, por desetimar el caso.
Martin,los jueces solo aplicaban la ley. Ellos solo hacian su trabajo, y el problema es la ley.
Este no es un caso aislado. Herrero Brasas recoge en «La Sociedad Gay, una minoria invisible» un caso similar. Por eso el matrimonio es importante. Te da multitud de pequeños derechos importantes. Los horarios de visita en un hospital, herencias, no testificar contra tu conyuge en un juicio etc. Menos mal que EEUU esta avanzando, aunque demasiado despacio, hacia la equparacion de derechos.