La calurosa acogida al presidente iraní Ahmadineyad por parte de Lula irrita a la comunidad LGTB brasileña
La cariñosa acogida por parte del presidente brasileño Lula da Silva al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en su visita a Brasil, ha producido irritación entre el colectivo LGTB de ese país, que no ha dudado en unirse a las protestas. Ahmadineyad, recordemos, representa al sector más conservador del régimen teocrático iraní y ha destacado por sus declaraciones antisemitas (niega el holocausto judío) y homófobas, llegando incluso a negar la existencia de homosexuales en su país.
Un joven activista gay, Júlio Cardia, llegó a pasar los controles de vigilancia en una rueda de prensa que el presidente iraní mantuvo y desplegar ante su presencia una bandera arco iris, hasta que fue desalojado de la sala. Paradójicamente, Ahmadineyad había sostenido que en Irán las minorías (sin nombrar expresamente a ninguna) tienen la misma libertad para expresarse que pueden tener en Brasil.
Ahmadineyad proseguirá hoy su gira por América Latina, que le llevará también a Venezuela y Bolivia. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con estos dos países, que ya mantenían una relación cordial con el régimen iraní, la calurosa acogida dispensada por Lula ha sorprendido a algunos observadores, que la sitúan en el contexto de la intensa campaña desplegada por Brasil para consolidarse como gran potencia política y conseguir los apoyos necesarios para ganar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Irán es uno de los países que todavía castiga las relaciones homosexuales con pena de muerte. Precisamente estos días estamos asistiendo a movilizaciones en favor de la liberación de Nemat Safavi, joven iraní condenado a muerte tras ser acusado de mantener relaciones homosexuales cuando contaba con 16 años (pese a que Irán ha firmado tratados internacionales que prohíben la aplicación de la pena de muerte a menores), y cuya suerte definitiva todavía no se conoce con certeza. Otros jóvenes podrían encontrarse en la misma situación que Nemat.
¡Qué asco!
Mal, Mal, Mal, muy mal!!! 🙁
cualquier dia nos encontramos a jamamineyá con el premio nobel (de la paz, por supuesto…)
Yo entiendo perfectamente lo que quieren decir los movimientos LGBT brasileños y me parece normal porque en Irán hay un regimen teocratico que para mi es asqueroso y que no permite para nada la democracia, partiendo de la base que las religiones no osn democraticas.
Pero por otro lado tambien entiendo a Lula que está pensando en el beneficio de su pais y en mantener unas buenas relaciones con Irán ya que es un pais importante en materia economica y de cooperacion.
Yo creo que con paises como Irán seria mejor integrarlo y que personas como Lula o Evo o algun otro presidente poco a poco les haga entrar en razón, porque si se les aisla o se les bloquea solo se va a conseguir que se radicalicen más y los que lo van a pagar serán los gays iranies…que de hecho ya lo estan pagando y muy caro.