La derecha de Berlusconi solicita retirar la financiación al Festival Internacional “Gender Bender” de Bolonia
Consejeros regionales del PdL (el partido de Berlusconi) y la extremista Lega Nord han presentado una moción ante la Junta de Bolonia, solicitando el bloqueo de la financiación regional al Festival Internacional “Gender Bender”, organizado por el centro gay-lésbico “Il Cassero” y que se celebra esta semana en la capital de la Emilia-Romaña.
“Gender Bender”, que este año cuenta con su 7ª edición, es un festival internacional destinado a presentar ante el público un imaginario de la cultura contemporánea, ligado a las nuevas representaciones del cuerpo, de la identidad de género y de la orientación sexual; todo ello a través de un amplio programa de coloquios y eventos relacionados con las artes visuales, la danza, el teatro, el cine y la música.
En el interesante repertorio de actividades de la presente edición, se encuentra la sección “Corpus Domina”, definida por sus promotores como “un grito (…) contra la deriva de la cultura italiana que ha reducido el cuerpo de las mujeres a mercancía económica y política”. Contra esta sección se han levantado las críticas de los consejeros, quienes ven en su título un juego con la expresión católica “Corpus Domini” y, por tanto, una provocación a la esfera religiosa y a la sensibilidad de los ciudadanos: si el objetivo era la lucha contra la “mujer-imagen” —han señalado—“se podría haber elegido un título igualmente fuerte, pero sin reclamo religioso alguno”.
¡Qué asco de Berlusconi, de su partido PDL, de la Liga Norte y del Vaticano! son todos una caterva de fascistas.
Esta gente tan «sensible» se quedó muy calladita cuando el cardenal ministro de salud de El Vaticano comparó a las familias homosexuales con familias de cucarachas.
El caso es que me he acordado de las palabras de un eurodiputado italiano responsable del diseño de la bandera de la Unión Europea. No he encontrado la entrevista ni su nombre, pero decía que las doce estrellas las puso por ser el emblema de la Inmaculada Concepción (un símbolo más pagano que otra cosa que viene en una alucinación de San Juan en el Apocalipsis) y que había colado un símbolo católico a la mayoría laica del europarlamento. Es decir tenemos que tragarnos su simbología por cojones y no podemos darle la vuelta, ni transformarla ni hacer una versión.