La Justicia considera improcedente el despido de una mujer en Vitoria después de conocer su jefe que era transexual
La Justicia ha dado la razón a María Jesús Lastra, la mujer que fue despedida dos horas después de comenzar a trabajar en una bocatería de Vitoria por ser transexual, cuya historia contábamos ayer con motivo de la celebración del juicio. El propietario del local ha reconocido los hechos, por lo que el juez dictaminó ayer mismo que se trataba de un despido improcedente, condenándole a abonar a la mujer una indemnización de 1.000 euros.
Lastra ha expresado su satisfacción con la sentencia. Lastra, que ahora vive en Gijón y no tenía intención de recuperar el empleo en la bocatería, había decidido llevar el caso ante la Justicia para reivindicar la vulneración sistemática de los derechos de las personas transexuales en el ámbito laboral. «No tienen en cuenta las dificultades que tenemos para acceder a un puesto de trabajo. Se hacen muchas promesas, pero luego nada (…) por eso, nosotras y nosotros nos vemos obligados a ir a la Justicia para defender nuestros empleos».
Lastra recibió ayer además el apoyo de un grupo de personas que respondieron al llamamiento a concentrarse delante del Palacio de Justicia de Vitoria lanzado por el colectivo vasco EHGAM, que ya desde que se conoció el caso se ha mantenido movilizado en su apoyo.
No es la primera vez que María Jesús Lastra gana una batalla larga en la lucha por la dignidad de las personas transexuales. Ya en 1997 hizo historia cuando, encontrándose en prisión en un módulo masculino, se ganó el derecho a vestir ropa de mujer. Y en 2006 se convirtió en la primera reclusa transexual de España en conseguir ser trasladada a un módulo para mujeres sin haberse sometido a cirugía de reasignación genital. Este mismo año fue la pregonera del Orgullo LGTB de Vitoria.