La problemática de las personas mayores homosexuales, sobre la mesa
El diario Público edita hoy un artículo que se hace eco de la problemática que supone ser mayor y homosexual en España. Los testimonios coinciden: los problemas de los mayores homosexuales han sido postergados en la agenda reivindicativa. Unos problemas que además parecen no existir para las administraciones públicas, que a la hora de ofertar servicios optan por la transversalidad, un planteamiento que en este caso choca con la realidad social.
José Benito Eres, presidente del Grup d’Amics Gais, Lesbianes, Transsexuals i Bisexuals (que hace unos meses organizó unas jornadas sobre el tema, de cuyas conclusiones se hizo eco dosmanzanas) lo expresa con un ejemplo sencillo: es frecuente que a los gays no les guste el fútbol televisado, actividad que, junto al dominó, es parte sustancial de la rutina de miles de hogares del jubilado.
La falta, en muchos casos, de descendencia y unas relaciones familiares frecuentemente difíciles reducen el abanico de cuidadores cuando la persona es además dependiente. Sin embargo, residencias y centros de día funcionan «bajo la premisa de que todos los viejos son heterosexuales», según Josep Vila, sociólogo de la Fundació Enllaç, que explica un caso: «Una de las ancianas de una pareja de lesbianas que vivía en una residencia sufrió un deterioro cognitivo. La otra mujer se vio en la tesitura de ni siquiera poder entrar a verla». Benito Eres denuncia además que un alto porcentaje de las residencias están gestionadas por la iglesia católica, lo cual no ayuda precisamente.
«¿Quién ha oído hablar de gays viejos?», se lamenta Antonio Ruiz, presidente de la Asociación de Ex-Presos Sociales y representante de una generación que tuvo que vérselas con el franquismo. «La vejez está empujando a muchos a regresar al armario», se lamenta. Ruiz señala que «son pocos los que van a residencias, con lo que están más expuestos a la soledad». «Y los que van, suelen ocultar su sexualidad», añade.
El histórico activista Armand de Fluvià es abiertamente partidario de imitar a países como Estados Unidos, Alemania, Suecia, Dinamarca, Holanda o Canadá, en los cuales existen más proyectos orientados a homosexuales mayores, tanto públicos como privados. «Mientras haya discriminación, deben existir residencias para gays y lesbianas. En teoría no debería ser así, pero la práctica…», refiere. En dosmanzanas hemos recogido, a este respecto, iniciativas recientes que bien pudieran servir de modelo, como la inauguración de un centro para jubilados LGTB en Argentina o la construcción, por iniciativa privada, de un edificio de viviendas sólo para mayores LGTB en Torremolinos, que contaría con un club social.
La realidad de los mayores LGTB hoy en día es muy desfavorable, parece mentira que no nos demos cuenta, y que siempre que se habla de esto, haya gente, que te saca el argumento de los ghettos y de que lo que hay que hacer es ‘convivir en igualdad’.
Argumentos muy parecidos a los esgrimidos por la gente (por llamarlos de alguna forma) de esta web en este artículo, en el que criticaban un paquete de medidas de la administración Obama en favor de los mayores LGTB. Medidas que a ellos les parecen ridículas porque, según sostienen, muchos homosexuales no llegan a ancianos ‘debido a su estilo de vida’.
http://www.frc.org/get.cfm?i=WU09J18&f=RF07B06
Yo tuve un noviete en Brighton que vivía en casa de un anciano gay. El chico le hacía compañía y le ayudaba en las tareas del hogar. A cambio, el chico tenía un hogar a precio muy barato. Era una relación que me impactó mucho y los dos se beneficiaban.
Me da mucha pena ver la soledad en la que viven los ancianos y aún más la doble discriminación que sufren los ancianos lgtb. Tenemos que quererlos mucho más.
Fernando cuanta razón tienes y que bonito ese ejemplo que pones, ojalá algun dia acabemos con esta discriminacion.