La justicia británica reitera que los funcionarios de los registros no pueden «objetar» y negarse a atender a parejas del mismo sexo
Un año después de que un primer tribunal de apelación diera la razón al Ayuntamiento de Islington (al norte de Londres) y confirmara el despido de Lillian Ladele, la funcionaria que se negó a registrar uniones civiles entre personas del mismo sexo apelando a un supuesto derecho a la objeción de conciencia, una segunda corte de apelación ha vuelto a desestimar su recurso. Ladele alegaba que fue discriminada debido a sus convicciones cristianas.
La sentencia ha confirmado que, en el ejercicio de sus funciones como servidora pública, Ladele no podía negarse a atender a ningún ciudadano en base a su orientación sexual, y que su despido no fue consecuencia de una discriminación por motivos religiosos. Pese a que el juez afirma sentir “cierta simpatía” por la posición de Ladele, el fallo establece que “en una democracia liberal avanzada” sólo es posible establecer excepciones “muy limitadas”, que en este caso no están justificadas.
“Estamos satisfechos de que la corte de apelaciones haya confirmado el derecho de gays y lesbianas a acceder a los servicios públicos prestados por funcionarios”, ha manifestado Dereck Munn, representante de Stonewall, la más importante organización LGTB británica.
El Christian Institute, una organización conservadora que en todo momento ha prestado ayuda a Ladele, ha manifestado ya su intención de recurrir ante la Corte Suprema.
Se da la circunstancia de que hace pocos meses, una compañera de Ladele, Theresa Davies, fue degradada de sus funciones por negarse también a registrar uniones civiles entre personas del mismo sexo, por lo cual también ha denunciado al municipio de Islington. Davies acusó al «lobby militante libertario político-sexual” de ser responsable de su situación.
«la funcionaria que se negó a registrar uniones civiles entre personas del mismo sexo apelando a un supuesto derecho a la objeción de conciencia, una segunda corte de apelación ha vuelto a desestimar su recurso. Ladele alegaba que fue discriminada debido a sus convicciones cristianas.»
Esto me da una teoria sobre la aversión al sexo del cristianismo:
TIENEN LOS HUEVOs y LOS OVARIOS MUY GRANDES TODOS, y eso les hace no poder disfrutar del mismo
Eso será. 😀
Eso de la objecion de conciencia, es mas bien un derecho a imponer las creencias religiosas a terceras personas.
Porque siempre es lo mismo oiga, no falla.
Si algo de lo que tienes que hacer en tu trabajo afecta a terceras personas y además te plantea problemas con tu amigo imaginario, pues cojes y te metes a zapatero, o a sexador de pollos, o lo que te de la gana, y nos dejas a los demás en paz.
Esto demuestra que si a la derecha religiosa le das una ley para mejorar la vida de las personas homosexuales, aunque sea una ley de rango inferior para que no se crispen, van a protestar y a objetar. Ser equidistante y buscar un acuerdo con ellos solo sirve para ir retrocediendo.
“lobby militante libertario político-sexual”. Que términos se inventan estos ultraconservadores. ¡Anda, que no habrá sudado la muchacha para ocurrírsele! Aquí la única responsable de tu situación eres tú misma, Theresa, que estás pagando las consecuencias de no cumplir la ley vigente como funcionaria que eres y el buen sueldo que cobras.