Satisfacción general entre los defensores de los derechos civiles de gays y lesbianas tras el fallo del Supremo sobre Ferrín Calamita

Ya se conocen algunos detalles más sobre la condena por prevaricación al juez Fernando Ferrín Calamita, de conocidas convicciones homófobas, que obstaculizó de forma intencionada la adopción de una menor por la esposa de su madre biológica. El Tribunal Supremo ha modificado la condena que impuso en su día el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, convirtiendo lo que era «retardo malicioso en la administración de justicia con la agravante de desprecio a la orientación sexual» en prevaricación, probablemente el más reprochable de los delitos que puede cometer un juez.

Como consecuencia, el Supremo eleva el periodo de inhabilitación de Calamita desde de dos años y tres meses a 10 años. El Supremo no menciona en su fallo la pérdida definitiva del cargo ni de los honores que le son anejos, aunque la condena es elevada y en la práctica parece difícil que Ferrín Calamita vuelva a ejercer como juez. Además de los 10 años de inhabilitación, se le impone una multa de 720 euros y una indemnización de 6.000 euros a la mujer que promovió la adopción.

Según la sentencia, el juez, cualquiera que sea su ideología, debe adaptarse en su quehacer judicial a la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. El Supremo concluye que Ferrín Calamita no sólo acordó unas «injustas resoluciones retardatarias» sino que desplegó una «activa obstrucción beligerante para impedir la efectiva aplicación de la voluntad legislativa». Y lo hizo «cuando se trataba de cuestionar la idoneidad para la adopción por razón de la orientación sexual de la promovente».

La sentencia supone un duro mazazo a Calamita, que siempre ha insistido en que obró de acuerdo «al interés de la menor». Pese a todo, sus defensores han querido apreciar aspectos positivos para su causa, sobre todo en el hecho de que el Supremo anulara la agravante de «desprecio a la orientación sexual» que fue considerada en la sentencia de Murcia. No olvidemos que Calamita, pese a ser un delincuente condenado por la Justicia, goza de un gran predicamento en el sector más beligerante de la derecha social y mediática española. Medios como la cadena COPE o Intereconomía TV le apoyan de forma absoluta, habiendo llegado a organizar colectas a su favor.

Lo cierto es que la reacción de los defensores de Calamita parece más bien una actitud impostada para tratar de salvar los muebles. La sentencia del Supremo considera simplemente que la citada discriminación no puede ser considerada de forma independiente a la actuación general del magistrado en este asunto. «La acumulación de la penalidad por agravación a la correspondiente al tipo básico implica penar doblemente unos mismos elementos fácticos» argumenta a la hora de suprimir la aplicación de la agravante.

Organizaciones como la Federación de Mujeres Progresistas, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) o la Confederación COLEGAS  han mostrado su gran satisfacción por la sentencia. Las principales asociaciones de jueces expresaron su «máximo respeto» a la decisión, considerando todas ellas (Asociación Profesional de la Magistratura, Jueces para la Democracia y Francisco de Vitoria) que el Supremo ha apreciado mayor gravedad en el delito que lo que en su momento apreció el alto tribunal murciano.

Lo que desconocemos a día de hoy es si Calamita, tras esta sentencia, continuará cobrando su sueldo base como juez. Recordemos que, en enero de este año, el propio Calamita reconocía en una entrevista que pese a encontrarse inhabilitado seguía percibiendo alrededor de 1.700 euros mensuales del estado.