El presidente de Uganda cree que su país debe tener en cuenta la presión internacional a la hora de aprobar o no la legislación homófoba
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha admitido públicamente que su país se encuentra bajo presión de la comunidad internacional a causa del proyecto de ley que en este momento se tramita en el Parlamento de su país, y que de ser aprobado endurecería aún más la persecución de las personas homosexuales, condenándolas a muerte o a cadena perpetua, según las circunstancias, y castigando a personas o instituciones que les proporcionen ayuda o no las denuncien. Museveni se habría mostrado partidario de «tener en cuenta» dichas presiones a la hora de tomar una decisión.
Las declaraciones de Museveni tuvieron lugar durante una reunión del gobernante Movimiento Nacional de Resistencia (NRM). Museveni también habría hecho hincapié en que la iniciativa parlamentaria no ha partido de su Gobierno, sino que se trata de una iniciativa particular presentada por el diputado David Bahati, de conocidas convicciones homófobas.
Con todas las reservas, las declaraciones de Museveni han sido interpretadas como una desautorización del proyecto, lo que en cierto modo confirmaría las declaraciones que en su momento hizo el secretario de estado auxiliar para asuntos africanos de Estados Unidos, Johnie Carson, que desveló que Museveni había trasmitido a su departamento su intención de vetar la ley si finalmente era aprobada.
Hace pocos días se produjeron declaraciones contradictorias de dos miembros del Gobierno ugandés, uno a favor de la ley y otro abiertamente en contra, debido al riesgo de que su aprobación pudiera derivar en una disminución de la inversión extranjera en el país.
La ley ugandesa llega al Congreso de Estados Unidos
Una buena noticia es que el asunto va a ser discutido en el Congreso de Estados Unidos, a iniciativa de Tammy Baldwin, representante demócrata por Wisconsin y miembro de la Comisión Tom Lantos de Derechos Humanos del Congreso. La Comisión escuchará a diversos expertos, incluyendo representantes tanto de ONG como del Departamento de Estado de Estados Unidos. Uno de los temas que sin duda será discutido es el papel que grupos evangélicos de Estados Unidos habrían jugado a la hora de ayudar a gestar el proyecto de ley.
Lo triste es que este sujeto tenga que dar marcha atrás por las presiones internacionales y no por haber llegado a la conclusión de que su actitud inicial era salvaje e inhumana.
Fernando, no seamos ingenuos: cualquier actitud de este DICTADOR SIEMPRE ha sido salvaje e inhumana. No lo iba a ser menos con los homosexuales.
No es mejor que Obote, al cual derrocó en 1986, o que el caníbal Idi Amín derrocado por este.
Lo triste e incomprensible es que estos países, de una incalculable riqueza (agricultura, minerales preciosos), en pleno siglo XXI sigan gobernados por dictadores tribales salvajes y sanguinarios como el tal Museveni. En este contexto ni derechos a los homosexuales (las lesbianas ni existen) ni simplemente «derechos».
También tienes razón Lobogrino. No podemos pedirle peras, ni manzanas, al olmo.