El Ejército estadounidense llama de nuevo a filas a Dan Choi, en proceso de expulsión por ser abiertamente gay
La nueva política del Ejército estadounidense respecto a gays y lesbianas anunciada hace unos días comienza a hacerse notar. El teniente Dan Choi, amenazado de expulsión, ha sido llamado de nuevo a filas. La reincorporación de Choi al servicio activo es, sin duda, un golpe de efecto del Pentágono. Visible sin complejos y muy activo a la hora de reivindicar su derecho a servir en el Ejército, el impecable Choi se había convertido en un rostro popular entre los afectados por el «Don’t ask, don’t tell» (la ley que obliga a militares gays y lesbianas a mantener su homosexualidad en secreto).
Choi se ha mostrado además encantado del recibimiento que le han hecho sus antiguos compañeros. «Fue como volver a casa», ha dicho en una entrevista a la CNN.»Pero lo más sorprendente fue ver como de repente tantas personas se me acercaban y me hablaban sobre su hermano gay, o sobre como no tenían ningún problema con los gays, o sobre cuantas gente gay conocían, y eso fue realmente fantástico».
Choi, uno de los fundadores de «Knights Out», un grupo formado por graduados gays de la Academia Militar de West Point, no pierde sin embargo la perspectiva y recuerda que su proceso de expulsión del Ejército pende sobre su cabeza como una espada de Damocles. Y es que, pese a la promesa de flexibilizar su aplicación anunciada por el Pentágono, la ley sigue vigente, y el proceso parlamentario para revocarla se prevé largo.
Las encuestas, favorables, aunque con matices
Y eso que la derogación del «Don’t ask, don’t tell» es una de las reivindicaciones de la comunidad LGTB que aparentemente gozan de más respaldo entre los ciudadanos estadounidenses. Estos días se ha conocido una nueva encuesta, realizada por la Universidad de Quinnipiac, que confirma que el 57% de los estadounidenses es favorable a permitir a gays y lesbianas servir en el Ejército, frente al 36% que se opone (el margen se estrecha cuando se pregunta a familiares de militares, en cuyo caso cae al 48% frente al 47%). La aceptación es mucho mayor entre los que se reconocen explícitamente votantes demócratas (72% frente a 23%) que entre los que se reconocen republicanos (40% frente a 53%).
Pese a todo, siguen siendo mayoría los que piensan que militares gays y lesbianas deberían «tener limitaciones» a la hora de manifestar visiblemente su orientación sexual en el trabajo (54% frente a 38%).
Curiosamente, cuando se pregunta si el «Don’t ask, dont tell» es una ley discriminatoria, un 66% de los encuestados reconoce que efectivamente lo es, frente a un 31% que niega que se trate de una discriminación. Parece que hay un margen de personas, por tanto, a los que no les importa defender una posición que ellos mismos admiten como discriminatoria…
Pese a todo, siguen siendo mayoría los que piensan que militares gays y lesbianas deberían “tener limitaciones”?????????????????
me gustaría saber qué limitaciones pasarán por esas oscenas cabezas y sobre su concepto de la homosexualidad y la divinidad de la heterosexualidad
Me alegro por el teniente guapetón.
Volvió a lo que más disfruta hacer.