El Papa nombra nuevo obispo de Córdoba a Demetrio Fernández, de conocidas convicciones homófobas y tránsfobas
Joseph Ratzinger parece decidido a convertir la iglesia católica española en bastión de las posiciones más reaccionarias. Si hace unas semanas nombraba a José Ignacio Munilla obispo de San Sebastián, ahora es Demetrio Fernández el elegido para encabezar la diócesis de Córdoba. Como Munilla, Fernández pertenece al sector más conservador de la jerarquía y ha destacado por sus posiciones homófobas y tránsfobas.
Fernández, que sustituye en la diócesis cordobesa a Juan José Asenjo (nombrado hace unas semanas arzobispo de Sevilla en sustitución del moderado Carlos Amigo) no ha dudado, desde su anterior posición de obispo de Tarazona, en atacar leyes como la del matrimonio entre personas del mismo sexo o la de identidad de género, que regula la modificación registral de las personas transexuales. Animó de forma entusiasta a sus fieles a participar en la marcha homófoba de junio de 2005 en contra del derecho de gays y lesbianas a contraer matrimonio, y en noviembre de 2006 publicó una carta titulada “Dios ama también a los homosexuales” (sic) en la que calificaba a la ley de identidad de género como “contraria a la verdad del hombre”. “Es una extorsión del plan de Dios, no ayuda a las personas con dificultad en este campo y siembra la confusión en el ambiente social donde vivimos. A un niño o a un joven hoy le es más difícil vivir el plan de Dios con estas leyes que enrarecen el ambiente”, escribía entonces Fernández.
Eso sí, al mismo tiempo el entonces obispo de Tarazona se mostraba comprensivo con las personas homosexuales… siempre y cuando se mantuvieran castas. “Sea cual sea su inclinación (dejemos ahora lo que haya de biológico, psicológico o educacional), debe aceptarse a sí mismo como es y debe vivir su sexualidad en un clima de castidad, que le enseñe a amar gratuitamente. La sexualidad humana también esta dañada por el pecado, y debe ser redimida por un amor creciente, para el que todo hombre cuenta con la gracia de Dios”, manifestaba, en tono “compasivo”, Fernández.
A Cordoba no le faltaba nada mas que un obispo de la cuerda del obispo de Madrid. La diocesis de Osio se encuentra dividida. Los sacerdotes mas avanzados se estan haciendo muy mayores y los neocatecumenales creciendo, aunque despacio. La iglesia diocesana va perdiendo adeptos. ¡La Virgen de la Fuensanta nos ayude a todos!