El primer baloncestista de la NBA en salir del armario comprende a los deportistas que no se atreven a hacerlo
El baloncestista británico John Amaechi fue, en 2007, el primer jugador de la NBA en salir del armario y hablar públicamente sobre su homosexualidad. Lo hizo, eso sí, tras retirarse de las pistas. Ahora, con motivo de la polémica desatada por las reticencias de los futbolistas de la liga inglesa a participar en una campaña contra la homofobia, Amaechi afirma que comprende a los jugadores que no se atreven a salir del armario.
«Yo personalmente he hablado del tema con 10 o 12 futbolistas profesionales que son gays. Porque existen, te lo prometo», cuenta Amaechi en una entrevista. «Ninguno me ha pedido consejo sobre si debían o no salir del armario. Pero si lo hicieran, les diría que no», afirma. «No soy un activista gay. No voy a insistirles en que sean Juana de Arco. Porque eso es lo que pasaría: los quemarían en la hoguera», explica Amaechi.
El baloncestista recuerda el caso de Justin Fashanu, el único futbolista de alto nivel que se ha atrevido hasta la fecha a salir del armario, decisión que para muchos arruinó su carrera y precipitó su suicidio. «¿Estamos seguros de que las cosas han cambiado?» se pregunta Amaechi, que considera injusto hacer recaer en los profesionales deportivos en activo la carga de la lucha contra la homofobia.
Entiendo las reticencias y las razones, y desde luego tampoco seria yo quien obligara precisamente a salir del armario a estos chicos y chicas.
Pero es que para que dejen de quemarlos en la hoguera, alguna vez alguien tendrá que plantearse servir de ejemplo.
A lo mejor si esos 10 o 12 futbolistas profesionales que conoce, se coordinaran a su vez con mas gente, y salieran del armario todos a la vez, quizá la cosa seria distinta.
A nadie se le puede obligar a ser un héroe, está claro.
Pero si no hubiera sido por otros héroes del pasado, estaríamos todos en el armario, no sólo en el deporte profesional, sino en todas partes…
Que un deportista de élite que además cobra millonadas se atreva a decir que «los quemarían en la hoguera», minimizando la catastrófica situación que viven aquellos LGBT a quienes SÍ quemarían en hogueras o colgarían de una grúa en cualquier parte del mundo, me parece de auténtica vergüenza. Porque hay sitios en el mundo donde sí te queman y sí te cuelgan de grúas y sí te matan.
No, hijo, no. En Estados Unidos nadie te «quemaría en la hoguera» si eres jugador de la NBA, ganas una millonada y sales del armario. Como mucho, te podrían retirar algún patrocinador, pero si encima eres bueno (ni hablar ya de si eres imprescindible) tendrían que acostumbrarse y punto pelota (nunca mejor dicho).
Al final resulta que no salir del armario va a ser una actitud no sólo «comoprensible», sino encomiable.
De nuevo tengo que decir «Ave María Purísima». Chica, no puedo estás más de acuerdo contigo. Entiendo las reticencias de estos deportistas, pero hay que espabilar, que la vida es muy corta, y ellos/as lo tienen infinitamente más fácil que, por ejemplo, el chico o chica aficionado/a al fútbol en un pueblo perdido (o no tanto) de la España profunda.
Y anda que si mencionamos lo que ocurre en países africanos, asiáticos e incluso en muchos Estados de la Norteamérica más cerril…, ya ni te cuento.
Desde luego, callando y silenciando una realidad dentro del deporte de élite y contribuyendo con ello a continuar con la tradición homófoba dentro de ese mundo no es ser precisamente un héroe.
Ay… que hay mucha macha suelta que escupe e insulta como el que más y luego bien que le gusta recibir…, en fin, me voy a callar, que luego me tachan de grosera.
¿Esto qué es?? ¡Oh, no! ¡Lo que temía la Caverna se está cumpliendo! ¡Todos los hombres se están conviertiendo en gays! Hoy, el mundo! Mañana, Marte! Whahahaha!!
En parte gracias a estos hombres, mujeres también, que salen del armario en sus carreras profesionales los que hacen sensibilizar o al menos poner en marcha el «runrun» a la sociedad dentro de lo que cabe. Muchos son tomados como ídolos sin saberlo de antes por los fans, especialmente entre los jóvenes así que puede ser bueno. Entiendo que en muchos casos estas salidas dan ideas o tentaciones de anular al jugador en concreto, pero como son parte del equipo y más sin son buenos pues como que no… Pero personalmente pienso que esto es bueno porque así se ve al estar participando de forma activa en el deporte a la larga se ve que son personas tan normales como tú y yo. Para mí estas personas incluido el triste caso de Justin son héroes y pueden tener más impacto si salen todos del armario a la vez los que no han salido aún. ¡A por todas!
Sí venga…. ¿y qué mas? ¿Cómo se puede recomendar seguir en el armario? ¿Acaso no se percata que él pudo hacerlo, aunque fuese a toro pasado, gracias a los que tuvieron huevos para hacerlo? Como ya dijeron más arriba, alguien ha de ser el primero y sus gestos pueden tener más calado del que parezca a primera vista.
Jesús el jerez de media tarde me ha nublado un poco el teclado. Ejem. Lo que quise decir es que este hombre pudo salir del armario gracias a que muchas personas tuvieron huevos y ovarios para mostrarse públicamente hace 40 años.
El verano pasado Todd Holland recomendó lo mismo a los actores gays jóvenes.
Amén, Ave, amén. Cada vez me cabreo más al leer este tipo de noticias «de confesión de un sufrimiento grande grande» que parecen sacadas de un programa de media tarde en el que se cuentan desdichas en un sofá y con un kleenex en la mano.
Es lo mismo que comentábamos hace unos días con los futbolistas. Porque, vamos a ver, estos señores que tan vivamente recomiendan «la discreción»… ¿en qué se diferencian de los homófobos, de los integristas católicos que piden no dar la nota? ¿Por qué no admiten de una jodida vez su interiorizada homofobia? Es más, ¿por qué debemos tratarles de distinta forma?
No obstante, lo que más me revienta, y es ahí donde su propia homofobia sale a ras de piel y les traiciona en las formas, es que ellos mismos se consideran pobrecitas «Juanas de Arco», cuando la tal Juana tenía bastante más ovarios que todas estas -sólo externamente- machas juntas.
Como ya hemos dicho hasta la saciedad, si hay gente valiente es la de los pequeños pueblos, la de entornos geográficos o socialmente difíciles.
Estos, simplemente, a lo único que le tienen miedo es a dejar de ganar sus sueldazos y, por supuesto, a tener que mirar a la cara a la gente que va a saber que ya no son heterosexuales. Pero esto no es ninguna heroicidad. No me gusta la palabra héroe. Es simplemente lo que millones de personas en el mundo tenemos la suerte de poder hacer cada día, entablando esas pequeñas batallas de las que hablamos a menudo y que son, en realidad, las únicas que merecen la pena de ser ganadas. Y no suelen aparecer en ningún titular, precisamente.
Saludos
Ave, Carrington, ole, ole y ole. No puedo añadir más, coincido con ambos dos.
¡Juas! Me ha quedado en plan gladiador. Jejejejejeje.
Totalmente de acuerdo con Ave.Por la libertad siempre hay que arriesgar algo.