Futbolistas de la Premier League inglesa rechazan participar en una campaña contra la homofobia por cobardía
Importantes futbolistas de la Premier League se habrían negado a participar en una campaña contra la homofobia en el fútbol por miedo a ser objeto de las burlas de sus hinchas, según revela el diario The Independent. La negativa ha obligado a Ogilvy, la agencia publicitaria encargada de la campaña, a modificar su diseño.
El spot de la campaña, divulgado esta semana, muestra a un hombre dedicando insultos homófobos a un vendedor de periódicos, a los pasajeros del metro o a sus compañeros de trabajo. Su objetivo es resaltar el hecho de que si la homofobia se considera intolerable en el ámbito de las relaciones sociales también debería serlo en los estadios. Sin embargo, se echa de menos a los propios futbolistas pidiendo respeto, tal y como al parecer la campaña planteaba originalmente:
«A lo mejor en tres, cuatro o cinco años los jugadores estarán más involucrados. Por ahora, ninguno quiere ser el abanderado de esta causa. Se trata de una cuestión de momento y de lugar adecuados. Los jugadores dan mucho y se les pide mucho, y alguna vez tienen que decir que ‘no’, como en esta ocasión», han manifestado desde la Asociación británica de futbolistas profesionales. La decepción ha sido tal que la propia Football Association (FA, la federación inglesa de fútbol) decidió suspender su presentación y repensar la campaña. Una decisión que ha merecido las críticas de la Gay Football Supporters’ Network, un grupo de aficionados gays y lesbianas al fútbol del Reino Unido.
Esto se produce cuando otro gran deporte de masas en el Reino Unido, el rugby, da importantes pasos adelante. La salida del armario del jugador Gareth Thomas y las muestras de respeto y admiración que ha recibido desde entonces han marcado un antes y un después. Esta misma semana, su compañero Jonathan Thomas se ha visto envuelto en una polémica por una broma respecto al árbitro Nigel Owens, abiertamente gay, colgada en su cuenta de Twitter (Thomas bromeaba con otro jugador y le decía que «tenía que dejar de pasar tanto tiempo con Owens»). El propio Owens la ha considerado una broma inocente, reiterando además que Jonathan Thomas es su amigo. A pesar de todo, éste se ha disculpado por si alguien se ha sentido molesto, reconociendo que a partir de ahora será más cuidadoso en distinguir entre las bromas que se pueden hacer en un ámbito privado y las que se difunden públicamente.
Pues hablando de homofobia y discrimiancion, dos senadores de Iowa buscan eliminar a gays y transexuales de la ley contra el acoso escolar:
http://iowaindependent.com/27342/gop-lawmakers-want-to-exclude-gay-students-from-anti-bullying-bill
Y es que no falla oye. Libertad para odiar.
Vaya por Dios, al parecer las únicas pelotas en ese deporte son las que ruedan por el cesped. Que decepción…
Para ser sincero, yo no espero mucho de esta gente, al menos a nivel colectivo. Otra cosa es que alguno a título personal pueda mostrar su rechazo hacia la homofobia como hace poco lo hizo, si no me equivoco, el internacional Marchena o el entrenador del Valencia, pero son casos aislados.
Sólo con decir que en un colectivo de 250 señores (los que juegan en la primera división española) se presupone por el artículo 33 que son todos heterísimos, ya lo dice todo.
Y pensar que son los heroes y los referentes de muchos adolescentes es para pensar en qué clase de mundo vivimos.
En lo unico que el Fotbol se parese al Beisbol es en la homofobia, que pena, con lo que me gusta el beisbol.
Nunca en mi vida he dudado que, muy por delante de las religiones y de los ejércitos la mayor homobia de este planeta se produce entorno a esa aberración deplorable denominada «fútbol».
Hace un par de días en un programa basura de Tele5 hicieron una encuesta a los hinchas de no sé qué equipo (¿el atlético de madrid, tal vez?) sobre la posibilidad de que un jugador de fútbol pudiese salir del armario. Las reacciones, todas negativas, pasaban del cachondeo a la incredulidad y de la incredulidad a la repugnancia. Uno de los anormales que estaba por allí terminó diciendo a cámara «Maricones fuera de España». Con semejante panda de mandriles llenando las gradas cualquiera se aventura a dar un paso al frente.
Exacto Charlie. Para muchos de esos mandriles el que un jugador diese un paso al frente para combatir la homofobia ya pasaría al es sin importar nada más y le estigmatizarían de por vida. Tendría que ser una figura de mucho renombre para que no se diese el caso y va a ser que no…
Sí, vale, puede suponer una mayor presión, pero el que existan descerebrados como los que comentáis no justifica tal «armariez», a menos que reconozcamos que sin esos descerebrados el negocio del fútbol dejaría de ser negocio, ergo se les acabaría la vida que llevan, ergo tal vez la cuestión de fondo sea económica.
Saludos
Carrington, una duda ¿a qué tipo de «armariez» (esta me la guardo) te refieres, a la de los futbolistas que se niegan a apoyar una campaña contra la homofobia por miedo a que los hinchas piensen que les va el rollo, o a la de los futbolistas homosexuales que ocultan su orientación sexual? En el primer caso efectivamente no creo que haya una justificación muy consistente, más allá de la propia homofobia que ellos puedan tener (creer que los únicos homófobos del mundo del fútbol son los aficionados es un error: a los jugadores hay que añadir los técnicos, los directivos, los periodistas… etc), pero en el segundo caso yo creo que sí está justificada. Y mucho, lamentablemente. Conozco gente que permanece armarizada en entornos bastante menos hostiles (al menos en apariencia) que el mundo del fútbol, así que como para no entender que un futbolista homosexual decida quedarse metido en el armario viendo lo que hay alrededor. Y repito: no se trata sólo de los hinchas.
JAJAJAJA!! Permítanme, señoras y señores, que me ría cual Cruella Deville (o como coño se escriba).
Es que me da la risa fácil (y con ello tengo que padecer, de nuevo, alguna de mis pérdidas leves de orina) porque tengo que lanzar otra pregunta al aire. La lanzo así, como laca espolvoreada en mis cabellos:
¿PERO ALGUIEN SE SORPRENDE? Son futbolistas, por favor, estirpe no extinta del Hombre de Atapuerca.
#10- Pústula: esta porquería de ordeñador sólo me deja ponerte un positivo. Te pondría doscientos(mil) si pudiera.
Aunque…pobre hombre de Atapuerca al compararlo con…»futbolistas»…¡¡¡puag!!
Conste en acta que no ironizo.
Charlie, me refiero a la segunda. Evidentemente no entro en casos particulares, que seguramente habrá muchos que serán de echarse a temblar… PERO. Siempre hay un pero.
Y es que no sé qué es lo que se pretende machacando al personal diciendo que tienen una posición muy difícil y que lo tenemos que comprender. ¿Acaso no lo tienen igual de difícil una lesbiana, un trans o un gay en un pueblo pequeño? ¿Un albañil o un carpintero en un ambiente heterosexista? ¿Acaso muchos de ellos/nosotros no han/hemos salido del armario? Y si estas personas lo han hecho, ¿por qué los futbolistas no? Lamentablemente, vuelvo a repetir que me parece que en esta cuestión hay algo más, en este caso económico.
Me niego a creer que un futbolista lo tiene más difícil que una lesbiana en un pueblo pequeño o un trans en un barrio «peliagudo», por poner un ejemplo. Ya es bastante que estos señores de 1ª división ganen lo que ganen como para encima tener que aceptar que son especiales también en su «armariez» (repito la palabra 😉
Saludos
Pero es que es más de lo mismo, Carrington.
El día que una persona normal sea capaz de entender el fútbol (no hablo del deporte de patear una pelota para pasar el rato y hacer ejercicio) dejará de ser normal.
El fútbol que sale en los medios es una especie de…»algo» que sólo entienden seres vivos que están vivos porque los han parido.
Y como no podía ser de otra forma la sexualidad, la homosexualidad y la «armariez» en esa…»cosa» también son realidades incomprensibles (afortunadamente) para personas que tienen un cerebro dentro del cráneo.
Yo no le daría la más mínima importancia.
Si un remoto día llego a comprender el fútbol me preocuparé mucho.