La no discriminación por motivos de orientación sexual, gran obstáculo para la aprobación de la directiva europea de Igualdad de Trato

La inclusión de la no discriminación por motivos de orientación sexual parece ser el gran obstáculo para que la Unión Europea apruebe la directiva de Igualdad de Trato, una normativa que para ser aprobada requiere la unanimidad de todos los estados miembros y que obligaría a todos los países a adaptar sus legislaciones. La directiva recibió ya el apoyo del Parlamento Europeo en abril y ha sido impulsada después por la presidencia sueca de la Unión (durante el segundo semestre de 2009), pero es la actual presidencia española la que la ha colocado entre sus prioridades.
 
A día de hoy, sin embargo, se adivina muy difícil, dado el actual contexto político europeo, que el Gobierno español tenga éxito. Y es que la Presidencia española ni siquiera cuenta en este tema con el apoyo del principal partido de la oposición: los eurodiputados del Partido Popular español ya votaron, en abril de 2009, en contra de la propuesta.
 
Y eso que la propuesta de directiva -cuya finalidad es evitar la discriminación por motivos de religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual fuera del ámbito laboral- es muy vaga y permite a los Estados miembros numerosas excepciones, como por ejemplo a la hora de permitir una admisión selectiva en los colegios, prohibir (o permitir) que se lleven o muestren símbolos religiosos en los centros escolares, reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo o establecer el tipo de relación entre las confesiones religiosas y el Estado.
 
La propuesta también se muestra tibia con el calendario de aplicación previsto para adaptar edificios e infraestructuras hasta hacerlos accesibles a las personas discapacitadas. El texto actual también deja fuera de la regulación las transacciones entre particulares (un propietario seguiría siendo libre para rechazar como huésped, por ejemplo, a un negro, un judío o un homosexual).