Fallece Robert Carter, sacerdote católico e histórico activista LGTB
Robert Carter, uno de los primeros sacerdotes católicos en revelar públicamente su homosexualidad, ha fallecido en Nueva York a los 82 años de edad. Respetado jesuita, Carter salió públicamente del armario en los primeros años setenta y desarrolló una importante labor de activismo LGTB.
Carter, profesor de Teología y respetado jesuita, fue uno de los fundadores de la organización National Gay and Lesbian Task Force. Se vivían años de aperturismo en la iglesia católica, especialmente entre los jesuitas, y pese a las tensiones que supuso su salida del armario Carter continuó siendo un miembro activo de la orden. También contribuyó a fundar el capítulo neoyorquino de DignityUSA, un grupo LGTB católico. Carter y otros sacerdotes de DignityUSA participaban de forma muy visible en las marchas del Orgullo LGTB. Durante los años ochenta, Carter colaboró activamente en grupos de ayuda a enfermos de sida.
Carter no sintió nunca que existiera contradicción alguna entre la homosexualidad y el cristianismo. «Dado que Jesús se relacionó con los marginales y los pecadores, aquellos a los que el establishment religioso de su época rechazaba, sólo me consideré a mí mismo un completo jesuita, un auténtico ‘compañero de Jesús’, cuando salí públicamente del armario como gay, uno de los rechazados de mi época». Carter fue un sólido defensor de la visibilidad LGTB. «Sólo a través de nuestra salida del armario podremos superar los estereotipos negativos y conseguir la aceptación social”, defendía.
Descanse en paz.
Con tanto insulto por parte de la ICAR, noticias como ésta se agradecen aunque sea para informarnos de una muerte, ojalá hubiese más curas así y no lo que tenemos en sacristía.
Esta es una de las personas que valen la pena.
Hay algo que sale a la luz con noticias como ésta. La Iglesia Católica era más abierta en los años setenta que ahora…
Descanse en paz
Tres palabras: gracias, padre Carter.
Y otra para rumiar: jesuita.
Descanse en paz, todo un modelo de coherencia y de conducta para muchos
Está muy claro dónde se encuentra el futuro de la Iglesia: no en la condena, no en la búsqueda insaciable de poder; sino en la búsqueda de entregarse a los demás y sentir en carne propia la hiel de los oprimidos.
Mi felicitación a los jesuitas, que por cierto no se encuentran en ninguna lista de pedófilos eclesiásticos, por algo será.