La justicia dice comprender la «frustrante sorpresa» del agresor de una trabajadora del sexo al descubrir su condición transexual
Un asunto que rebosa transfobia por los cuatro costados. Por un lado, la propia noticia: la justicia dice comprender «la frustrante sorpresa» del autor de una agresión a una trabajadora del sexo en Alicante al descubrir su condición de mujer transexual. Por otro, el tratamiento informativo de la noticia por parte del diario «Las Provincias», aludiendo varias veces a esta mujer utilizando el masculino y utilizando un chiste fácil como titular. Por último, la eliminación por parte de dicho periódico de los comentarios de protesta de la activista Ainara Ruiz.
«La noche confunde» es el titular que dedica a la noticia «Las Provincias», emblemática cabecera de la derecha sociológica valenciana, propiedad en la actualidad del grupo Vocento. En el artículo, tras un inicio de dudoso gusto –«La noche me confunde». Eso es más o menos lo que vino a alegar Hakim D. ante el tribunal que lo juzgó el pasado mes de diciembre por agredir brutalmente a un transexual al descubrir que no era mujer…- se detalla la agresión sufrida por Kleyni, una trabajadora del sexo de nacionalidad ecuatoriana, al descubrir su cliente Hakim D. que era una mujer transexual.
Más allá de la divergencia de versiones sobre lo ocurrido (Kleyni sostuvo ante el tribunal que el cliente pretendió robarle, éste lo niega) sorprende que el tribunal finalmente opte por una decisión salomónica al mostrarse comprensivo con la «sorpresa» de Hakim D. e imponga sendas penas a los acusados en función de la gravedad de las lesiones que provocaron en la otra persona. De esta forma, Kleyni (que sufrió la amputación de parte de una oreja y cuchilladas diversas) ha sido condenada a dos años de cárcel, mientras que Hakim D. (que recibió patadas y puñetazos y se fracturó el radio y sufrió contusiones al descolgarse por la ventana) ha sido condenado a cuatros años y a indemnizar a la mujer con 24.090 euros…
Ainara Ruiz denuncia tratamiento insultante por «Las Provincias»
Para culminar los despropósitos, Ainara Ruiz (de Errespetuz -Asociación vasca Para la Defensa e Integración de las Personas Transexuales-) dirigió un texto de queja respecto al tratamiento de la noticia por parte de «Las Provincias», que amablemente ha hecho llegar a dosmanzanas. En él se señalaban los errores cometidos en su redacción, se dejaba bien claro que «Las mujeres transexuales somos MUJERES y tratarnos en masculino es INSULTANTE y VEJATORIO. Igualmente, los hombres transexuales (nacidos con cuerpo de mujer) son HOMBRES, y tratarles en femenino es igualmente vejatorio e insultante» y se facilitaba una dirección web en la que se explica brevemente como tratar este tipo de temas.
Un texto que, por tres veces consecutivas, fue eliminado por la administración del diario, según relata la propia Ainara.
Los periódicos estos del grupo vocento (abc) censuran y borran lo que les viene en gana, un tipo haciéndose el machote y diciendo barbaridades e insultos homófobos no es censurado pero una persona que defiende otra postura con educación sí.
Los de la toga atacan de nuevo. Luego saldrán en el CGPJ exigiendo respeto para los jueces… El respeto no se pide, se gana. Si se pide es porque falta y si falta es porque no se ha ganado. Y en ese caso, en vez de la queja, lo que procede es aplicarse el cuento.
En cualquier caso, mi más absoluta condena al periódico Las Provincias, y al sistema judicial español, ejemplo internacional de parcialidad, dependencia política y sobre todo, de cómo cabrear al país cada semana con sentencias imposibles, cada cual más estrambótica que la anterior.
Mira, a mi estas cosas, pues qué quieres que te diga: que el moro ese paque lo que tenga que pagar, y que se pase una temporada en la cárcel, pero que la Trans es gilipollas, pues también.
O sea, te pones a trabajar de puta (nada en contra, si yo os contara de mis juveniles años…), se te acerca un moro, musulmán, magrebí, turco, árabe o lo que sea, pero qué vamos, no van predicando tolerancia con las minorías sexuales por la vida, estos individuos, y tú no le avisas que entre las piernas hubo algo que ya no está, o peor, se lo dices cuando ya estais en faena… pues que no me extraña nada que acabara la cosa como el rosario de la aurora.
O se lo dices antes que empiece la transacción comercial, o no se lo dices, guapa.
«Frustrante sorpresa». Hay un intento de justificación en el título del periódico transfóbico. Como si descubrir que una persona es transexual autorizara naturalmente a otra ((¿¿…??)) a rebanarle la oreja y pegarle una docena de cuchillazos.
Es como justificar la violación de una mujer, por portar pollera corta.
¡Una locura!
Guillermo: La verdad es que no te veo a ti muy abierto y tolerante con las minorías, al menos con los árabes.
Pero en todo caso me parece bastante alucinante un comentario como el tuyo, en el que parece que la culpabilidad de la agresión recae sobre una trabajadora del sexo y no sobre su agresor. ¿Según tu criterio, si la prostituta tuviera un lunar que no le gustara al cliente, o los pechos más pequeños de lo previsto también se justiricaría una paliza si no se avisa?
Las prostitutas saben que la calle es peligrosa, y por las razones que sea asumen el riesgo. Pero de ahí a pedir que lleven una etiqueta con los ingredientes y si no dejar que un juez transfobo o un cliente criminal puedan humillarlas o golpearlas va un abismo.
Por lo demás, una de las razones por las que tantas mujeres transexuales se dedican a la prostitución (además de por el alto nivel de exclusión social y problemas de inserción sociolaboral, claro) es porque hay muchos clientes, de aquí y de allá, cristianos y musulmanes, para sus servicios específicos. Así que la víctima no tuvo por qué prever que en vez de un cliente tenía a una mala bestia esa noche.
Si algunos jueces hiciesen empatia primero… Y si los medias se dedicasen a dar ejemplo en vez de morbo.
Precisamente por que la calle es peligrosa, y para las prostitutas mucho más, si una es trans con no decirlo no hubiera pasado nada. Y no soy nada racista, es más, te diré que me siento más cómodo en Estambul, Túnez o Marraquech que en Praga (donde son una panda de racistas) o París (el único sitio en donde estaría justificada una bomba de Neutrones, por la gente tan desagradable que hay entre tanta belleza).
Entre otras cosas porque soy sevillano, me gusta la vida en la calle, las terrazas y perder el tiempo viendo pasar gente al sol. Pero eso no me ciega para pensar que un musulmán tiene mucho del tío del opus, un musulmán yendo de putas pues es como un tío del opus yendo de putas (remordimiento brutal + enorme calentura) y hay mucho hetero al que no le van las trans, conozco muchos heteros (es más la mayoría de mis amigos lo son) y lo se. Pues soltarle a un musulmán con navaja, (vamos que no venía de rezar precisamente) que una nació tío, pues son ganas de jugar a la ruleta rusa. Yo no justifico nada, pero eso es como pasearte por la entrada de los «biris» del Sánchez-Pizjuan, vestido de blanco y verde y gritando «Viva er beti». Pues no estás haciendo nada malo, pero lo más probable es que un par de hostias (por lo menos) te lleves.
Mira, a mí los tigres me parecen unos animales preciosos, de una belleza incomparable, pero no soy tan gilipollas de meter la mano en una jaula, para poder acariciar a uno.