La pareja de Malawi se enfrentará a un nuevo juicio en abril
Finalmente, el tribunal que ha juzgado a Steven Monjenza y Tiwonge Chimbalanga, la pareja de Malawi detenida a finales de diciembre tras celebrar una boda por el rito tradicional de su país, y que se enfrenta a una posible pena de 14 años de cárcel por homosexualidad y escándalo público, ha decidido que sea un nuevo juicio el que decida la suerte de los jóvenes.
La decisión del tribunal se esperaba hoy con gran expectación, después de tres meses durante los cuales la pareja ha permanecido encarcelada y sometida a malos tratos y humillaciones que hemos adelantado en post anteriores. Sin embargo, el juez ha decidido cerrar el juicio como si de una vista preliminar se tratase, concluyendo simplemente que «hay caso» y remitiéndolo a un nuevo tribunal de orden superior que deberá decidir en abril. La pareja, al menos, podrá aportar al nuevo juicio testigos en su defensa.
El juicio a la pareja, que ha ido acompañado de una campaña de hostigamiento a activistas LGTB de Malawi, ha desencadenado una cierta protesta internacional que alcanzó su punto culminante hace unos días, cuando un ministro del Gobierno noruego de visita oficial en el país pidió su liberación (se da la circunstancia de que Noruega es un de los principales donantes de ayuda al país africano). Protestas y peticiones que por el momento no han dado resultado.
Soy abogada, pero ésto no lo he visto nunca: un juez que se niega a emitir sentencia. Ni absolutoria ni condenatoria. Simplemente, se niega a fallar.
Sin dudas, ha sido la presión internacional.
Además de la tortura psicológica que implica la espera de este «juicio», leo: «La pareja, al menos, podrá aportar al nuevo juicio testigos en su defensa».
¿Es que, además, no pudieron efectuar descargo ni tuvieron derecho a la defensa en juicio?
Se violaron todas las garantías.