Twitter relato
Votó orgulloso por sus convicciones y no por su orientación sexual. Ganaron los suyos: mansamente se dirigió al campo de concentración.
Rukaegos
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Comentarios
Me encanta, Rukaegos. Felicidades.
Qué bueno
Gracias a los dos 🙂 Y recordad que la banda norte tiene pendiente una cita a tres cuando Fernando venga de visita 🙂
igual mejor no frivolizar con según qué temas, no?
Claro que no se me olvida la cita, estaré muy pendiente cuando llegue el momento.
Diego, para nada se frivoliza, tan sólo se constata un hecho. Al que le pique…. que se rasque.
Diego, ¿y quién te dijo que se estaba frivolizando?
Es que esta tendencia a comparar cosas que puedan ocurrir en una democracia occidental actual con nazis/campos de concentración me suele parecer una tremenda falta de respeto precisamente para las víctimas de aquellos campos.
Pero allá cada cual con sus prioridades y escala de valores.
Una excelente serie de la BBC sobre el nazismo lleva como título Los nazis: un aviso de la historia (The Nazis: A Warning from History). ¿Un aviso para qué? Para nuestro futuro, evidentemente. En mi opinión, la verdadera falta de respeto para las víctimas no estaría en lo que dice Diego, sino en desoír dicho aviso.
En cuanto al magnífico microrrelato de Rukaegos (¡enhorabuena!), no es evidente que compare cosas que puedan ocurrir en una democracia occidental actual con nazis/campos de concentración. La ausencia de referencias temporales explícitas nos permitiría leerlo simplemente como una historia ocurrida en una democracia occidental, Alemania, hace unas ocho décadas (y no es en absoluto imposible que ocurriera algo así). Pero, por otro lado, esa misma ausencia de marcadores de tiempo nos plantea, sutilmente, la duda de si lo que ocurrió allí entonces no podría reproducirse en otros tiempos y lugares, quizá incluso en los nuestros.
A algunos dicha duda les puede parecer absurda: «¿Cómo podría ocurrir hoy en Occidente algo así?», exclaman. Lo cierto es que eso mismo se dijo hace décadas respecto de la Alemania de Hitler: casi nadie, ni dentro ni fuera de Alemania, quería creer que en un país occidental tan avanzado pudieran suceder muchas de las cosas que empezaron a suceder a partir del éxito del partido de Hitler en las urnas.
Insisto: el verdadero desprecio hacia las víctimas sería repetir la historia, ignorando el aviso que para nosotros supone su sufrimiento.
El comentario de Nemo hace innecesario el mío, pero a pesar de todo y ya que se trata de mi micro-relato, creo pertinentes algunas aclaraciones.
No pocas veces habremos escuchado que Hitler llegó al poder ganando unas elecciones. A pesar de que esta afirmación exige muchos matices, en lo que nos ocupa es cierto que los nazis ganaron unas elecciones democráticas en una democracia occidental con una Constitución (la de Weimar) modélica que está en la base de la nuestra en no pocos aspectos. Y allí hubo muchas personas que votaron al partido nazi porque estaban preocupados por aspectos de la política general y obviaban en qué medida las fobias de Hitler y sus cachorros podrían destruirles personalmente. Mucho es lo que se ha escrito sobre el apoyo y financiación de ciertos sectores de la comunidad judía a los pasos iniciales del nacional socialismo. Y no tanto sobre el posible apoyo de homosexuales, pero seguramente de los homosexuales que apoyaron a Hitler y lo padecieron más tarde podrían habernos contado mucho Röhm y tantos miembros de las SA, sobre todo los asesinados en la célebre «Noche de los cuchillos largos»: Sí, en efecto, homosexuales que votaron a Hitler y que fueron brutalmente asesinados o internados.
Pero es que además, y como muy bien apunta Nemo, no hago definición temporal ni espacial alguna. ¿Tu lectura ha relacionado el microrrelato con Hitler y el nazismo? Bienvenida, pero esa es la tuya. No fue la mía al escribirlo.
Campos de concentración hay y ha habido muchos además de los nazis. ¿Qué te parece si hablamos de los campos de trabajos forzados de Cuba, en los que también hubo homosexuales que apoyaron la revolución castrista?¿Qué si nos referimos a una historia más reciente y hablamos de las personas que en España fueron represaliadas e internadas en campos por su orientación sexual o su identidad de género y que no necesariamente estaban enfrentadas al régimen franquista?¿Y si viajamos a la URSS y echamos un vistazo para buscar homosexuales internados en los gulags y que también fueron cercanos a las diversas facciones que auparon hacia el triunfo a la Revolución de Octubre?
El microrrelato habla del auto-olvido y las auto-fobias, habla de quienes renuncian a su identidad porque les parece cosa de su vida privada y que no tiene que condicionar su acción pública, de quienes siguen acogidos a la sombra y pueden llegar a defender no sólo a quienes quieren expulsarnos de nuevo de la luz pública, sino que justifican sus decisiones discriminatorias. ¿Piensas que por vivir en un sistema democrático o porque hayamos dado algunos pasos hacia la igualdad y el respeto no hay marcha atrás? Seguro que lo mismo pensaron los que apoyaron a cualquiera de los antedichos. Y por cierto, seguro que lo piensan quienes votan en democracias europeas a tantos partidos que se posicionan contra nosotros de manera evidente y clara: Lituania, Polonia, Italia … y en los que se han llegado a debatir propuestas como las de impedir a los homosexuales ejercer la docencia. O se les impide de hecho ya (Lituania) su derecho a la libertad de expresión y su comunicación con la sociedad.
¿Frivolidad en el relato? Lamentablemente ninguna.
PD: Nemo, muchísimas gracias por tu valoración y por tu comentario 🙂
Me ha gustado mucho, Rukaegos. La verdad, nunca he entendido muy bien a los gays que dicen distinguir perfectamente entre sus convicciones políticas y su orientación sexual. Cuando un partido político determinado no hace más que putear a los que tienen tu misma orientación sexual, algo de eso debería influir en tus convicciones políticas.
Al fin y al cabo, «no es la conciencia la que determina la vida, es la vida la que determina la conciencia».
(La cita está sacada del Manifiesto Comunista. No es precisamente mi libro de cabecera, pero en este caso acierta de pleno)
No hay que ver el campo de concentración como algo literal.
Hoy en día hay mucha gente en sus casas, en su trabajo, en su vida cotidiana, etc. que vive como si estuviera recluido en un campo de concentración.
Y para ello no hay que irse ni muy lejos en la historia, ni en el tiempo y mucho menos lejos de nosotros mismos.