Un cómic se hace eco de la deportación de homosexuales italianos bajo el régimen fascista, un episodio apenas divulgado
La falta de memoria histórica no es un fenómeno exclusivo de España. En Italia, Luca de Santis y Sara Colaone han desempolvado, en forma de cómic, un episodio apenas divulgado de su historia: la persecución y el confinamiento de homosexuales en San Domino, una pequeña isla del Adríatico, durante la dictadura fascista de Mussolini.
El régimen fascista nunca consideró necesario promulgar ley alguna contra los homosexuales, dado que la versión oficial era que en Italia tal fenómeno era inexistente. «En Italia solo hay hombres de verdad», llegó a decir Mussolini. La realidad era otra: numerosos homosexuales fueron detenidos y deportados. Una realidad que ahora resucita el cómic escrito por de Santis e ilustrado por Colaone, titulado precisamente «En Italia sólo hay hombres de verdad».
De Santis tuvo por primera vez conocimiento de la historia en 2001, al leer una entrevista concedida por un anciano gay a la revista italiana Babilonia en la que hacía referencia a la historia, de la que jamás antes había tenido noticia. «Había visto documentales sobre la deportación de homosexuales a los campos de concentración en Alemania, pero nadie se preguntaba que pasaba entonces en Italia. Era una parte de la historia desconocida», refiere en una entrevista a la revista francesa Têtu. «Sólo conocía una película que abordara el tema de la deportación de los homosexuales: Una jornada particular, de Ettore Scola», afirma. Ante la escasez de fuentes, de Santis, pese a no ser historiador, investigó en los archivos del estado, recopiló documentos, cartas y algunas entrevistas, y pudo reconstruir parcialmente lo sucedido.
De Santis reconoce que la deportación pudo ser un mejor destino que el exterminio que conocieron los homosexuales alemanes, austriacos o polacos, «pero la negación de la existencia puede ser tan feroz como el exterminio», explica. Sobre la situación actual en Italia, de Luca cuenta con ironía que «en Italia sigue habiendo sólo hombres de verdad. La cuestión homosexual no existe (…) Y no hablo de leyes a favor del matrimonio o la adopción. El año pasado se propuso en el Parlamento una ley para luchar contra la homofobia y fue rechazada, incluso por la izquierda» (en dosmanzanas recogimos dicha noticia).
Preguntado sobre si San Dominio es un lugar en el que se recuerda de algún modo lo sucedido, De Santis lo niega. «Las islas Tremiti no no son un destino gay, nadie está al corriente de esta parte de la historia, ni siquiera los propios gays italianos. Y los que vivieron aquel exilio no han vuelto nunca, han querido olvidar».
Ninguna historia debe quedar en el olvido.
Y menos, mucho menos, la historia del facismo como tal, por una razón: mucho facista de hoy da por hecho que las personas hemos olvidado quiénes son realmente, que han hecho y cuales fueron sus propósits. No hay que permitir que aprovechen este olvido para embaucar de nuevo a la sociedad.
Quién no aprende de su historia está condenado a repetirla.
La historia no se debe olvidar por lo que dice #1, y también porque de otro modo los fascistas de hoy en día nos venden una historia edulcorada, amañadísima, en la que parece que aquello no fue para tanto ..
De acuerdo con vosotros. Es necesaria la memoria para luchar contra el edulcoramiento, la justificación y el revisionismo que tantas voces enarbolan hoy para defender los totalitarismos de aquí y de allá.
Pero además, la memoria es lo que debemos a los que sufrieron y lucharon entonces y a lo largo de todo el camino. Porque si hoy tenemos derechos, si en algunos lugares vivimos de una manera que ellos tal vez ni soñaron, ha sido precisamente por su sacrificio y su compromiso. Que no se nos olvide para no dar nunca un paso atrás en nuestra dignidad.
En España también sucedió lo mismo. Los homosexuales eran encarcelados en Huelva y en Badajoz y la mayoría de LGBT lo han olvidado. Solo hay una diferencia con Italia: el ministro Manuel Fraga que enviaba a la policía a detener homosexuales es senador sin que a nadie le preocupe.