Ya en 1901 dos mujeres contrajeron matrimonio en A Coruña
El diario «El País» recoge hoy en un artículo la historia de Elisa y Marcela, dos muchachas que en 1901 contrajeron matrimonio en A Coruña. Para ello urdieron una trama que les permitiriera hacerlo sin despertar sospechas y compartir así sus vidas como matrimonio. Fueron descubiertas y repudiadas por la sociedad de su época.
Marcela y Elisa vivieron un amor intenso desde que se conocieron, pese a la oposición de sus familias. «Yo, que dominaba a mi esposo y que podría dominar a un regimiento con caballos y todo, no pude hacer nada bueno de ella», declararía a un periodista la madre de Marcela. Ambas se fueron a vivir juntas a Dumbría, un pequeño pueblo. Tras un tiempo fingieron discutir y separarse. Marcela anunció que se casaría con Mario, un primo de Elisa, de quien difundió su «gran parecido» con su ex-amiga para anticiparse a futuros comentarios. Mientras tanto Elisa se transformaba físicamente en Mario y se bautizaba como hombre sin despertar sospechas. La boda se celebró el 8 de junio en la iglesia coruñesa de San Jorge.
Pocas semanas después fueron descubiertas. El escándalo mediático fue mayúsculo y la pareja huyó a Portugal, donde, a diferencia de lo que sucedió en España, recibieron el apoyo popular. El juez las dejó en libertad y continuaron viviendo en Oporto. Meses después, Marcela tuvo una niña. Los periódicos, encantados, volvieron a ocuparse de ellas en tono burlesco. Elisa se llegó a enfrentar a un periodista: «¿Es cosa del otro mundo que nazca un niño o una niña? No hay nada más natural: ¡una mujer tiene un hijo! (…) ¡No somos dos criminales!», le espetó.
Narciso de Gabriel, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña, tras investigar la historia en profundidad durante 15 años, publicó en gallego «Elisa y Marcela. Más allá de los hombres», que la editorial Libros del Silencio edita ahora en castellano. Antes que él, el colectivo Milhomes ya reivindicó a estas dos mujeres como precursoras de la lucha LGTB. Hace tiempo que piden una calle con sus nombres en A Coruña, algo que aún no lo han conseguido.
En opinión de la activista e investigadora sobre la realidad lésbica Raquel Platero, es muy posible que existieran casos similares que nunca se llegaron a conocer. «Esta historia la conocemos porque hay fallos en el plan trazado. No sabemos nada de las historias de éxito porque salieron bien», afirma. Y es que las mujeres lesbianas se las apañaban para sortear la represión, aunque su historia sea poco conocida.
Elisa y Marcela emigraron a Buenos Aires, como miles de gallegos, en 1902. Elisa se casó con un anciano al que no le quedaban muchos años de vida. La idea era no trabajar para poder estar más tiempo con Marcela y volver con ella cuando enviudara. Pero el anciano se enteró y las denunció. Después, su pista se perdió de repente.
Ya había leído sobre este caso. De lo que Cristóbal Ramírez no se ha enterado es de que el número de mujeres lesbianas que se han casado, sin contar las que lo hicieron en 2009 y lo que va de 2010, es de 8.112; unas pocas más de las 2.000 que dice el reportaje. Hay que hacerse más eco de las cifras del INE, que parece que no acaban de calar.
Interesante…
Yo, ya conocía esta historia pues soy coruñés. Decir que aquí a las mujeres se les tiene mucho respeto, pues son las grandes luchadoras, tanto en derechos, reconocimento de injusticias, etc. y las que han sacado adelante a Galicia gracias a su esfuerzo y trabajo, tanto en el campo (agricultoras, explotaciones ganaderas, …), en el mar (mariscadoras, rederas …), como en la industria (fábricas de tabaco, conserveras, textil, …), han administrado los hogares y han sido cabeza de familia cuando los padres, maridos, hermanos u otros familiares emigraban al extranjero. Las mujeres en Galicia, tienen como veis un gran papel y gran reconocimiento, aunque este nunca será lo suficientemente merecido.