El debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en Argentina se retrasa al menos una semana

Pese a la expectación creada, el pleno de la Cámara de Diputados argentina no debatió ayer miércoles el proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que el asunto queda pendiente para la próxima semana. Entretanto, los opuestos a la igualdad jurídica de gays y lesbianas se movilizan. El martes cientos de personas se concentraron frente al Congreso para protestar contra el proyecto, mientras que la iglesia católica afirma que se trata de «un error». 

«Vamos a defender el derecho de los niños a tener un papá y una mamá», defendía la diputada evangélica Cynthia Hotton, miembro de la formación conservadora «Valores para mi País» integrada en el PRO, la principal coalición derechista argentina, y que parece haberse convertido en la portavoz principa de los sectores homófobos en el Congreso. Ante la posible aprobación de la ley (para cuya votación se espera que las fuerzas políticas argentinas den libertad de voto a sus diputados), Hotton ya se pone la venda antes que la herida y pide que la medida se lleve a referéndum, dado que, según ella, «la mayoría de los argentinos esta en contra». 

Siguiendo el argumentario tradicional de los sectores conservadores cuando ven probable la aprobación de una ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, los opuestos tratan ahora de situar el foco del debate en la adopción, esperando así conseguir más apoyo entre los sectores populares. «La adopción no responde al deseo de tener un hijo sino al derecho superior a tener una familia que lo contenga lo más ampliamente posible. Y está demostrado que es una familia compuesta por un hombre y una mujer», ha declarado Hotton, según la cual «las parejas homosexuales tienen menos estabilidad que las heterosexuales». 

Los obispos argentinos, en pie de guerra

Por su parte, la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por el cardenal Jorge Bergoglio, ha expresado que «el estado actuaría erróneamente y entraría en contradicción con sus propios deberes al alterar los principios de la ley natural y del ordenamiento público de la sociedad argentina» si aprueba el proyecto. «La unión de personas del mismo sexo carece de los elementos biológicos y antropológicos propios del matrimonio y de la familia. Están ausentes de ella la dimensión conyugal y la apertura a la transmisión de la vida», afirman los obispos argentinos, para los cuales «el matrimonio es un don de la creación. No hay una realidad análoga que se le pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas; tiene características propias e irrenunciables, que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad. Así fue reconocido en las grandes culturas del mundo». 

Pero sobre todo la iglesia católica llega al rizar el rizo cuando justifica la discriminación jurídica de las parejas del mismo sexo afirmando que dicha posición «no supone menosprecio ni discriminación. La naturaleza no discrimina cuando nos hace varón o mujer. Nuestro Código Civil no discrimina cuando exige el requisito de ser varón y mujer para contraer matrimonio; sólo reconoce una realidad natural».