Fundador de uno de los principales grupos de «ex-gays» reconoce que nunca vió a nadie cambiar su orientación sexual
Michael Bussee fue uno de los organizadores en 1976 de Exodus International, uno de los principales grupos que pretenden «curar» la homosexualidad. Pero en 1979 abandonó la organización y desde entonces ha sido una voz crítica contra ese tipo de terapias.
En una reciente entrevista, Bussee reitera que en sus años dentro de Exodus jamás vió a nadie volverse heterosexual:
«Tanta gente me decía que habían cambiado o que estaban cambiando… no que ya habían cambiado completamente, sino que estaban en el proceso de cambio, que se estaban volvendo más y más heterosexuales o… más a menudo que se estaban volviendo menos y menos homosexuales, que se estaban volviendo algo así como asexuales.
Hubo gente que me dijo que habían cambiado, pero nunca lo creí.
Nunca llegué a creerlo… quise creer, pero nunca lo vi suceder de veras, nunca vi a ninguno de nuestros miembros o líderes volverse heterosexual.
Así que, en el fondo, sabía que no era cierto.»
Exodus International es uno de los grupos ex-gays más conocidos, y uno de cuyos directivos, Don Schmierer, es uno de los tres conferenciantes estadounidenses que habrían contribuido a desencadenar la ola de homofobia en Uganda. La notoria salida de Bussee de dicha organización junto con otro de los fundadores, Gary Cooper (sin conexión con el actor), para divorciarse de sus esposas y hacer pública su relación sentimental, fue reflejada en el documental One Nation Under God. En 2007 Bussee ofreció una disculpa pública por su papel en el movimento ex-gay, junto con otros antiguos líderes de grupos similares. Hoy en día se describe como un «terapista matrimonial y de familia, un padre, un cristiano evangélico, y un hombre gay orgulloso de serlo».
Precisamente hace unos días la Asamblea de California ha votado la derogación de una arcaica ley que exigía encontrar una «cura» para la homosexualidad, de la que nos hicimos eco hace poco.
Nunca llegué a creerlo… quise creer, pero nunca lo vi suceder de veras, nunca vi a ninguno de nuestros miembros o líderes volverse heterosexual.
Ya lo sabíamos, señor Bussee; pero se agradece que lo recuerden de vez en cuando.
Hay que tener valor para pedir disculpas por el daño hecho. Neurófilo tiene razón.
La declaración de Bussee es una confesión de antigua homobofia internalizada. Su vano intento fue pretender ‘encajar’ forzosamente en la norma. Someterse a torturas psicológicas con el fin de ‘enmendarse’ de la homosexualidad.
Pienso qué difícil es militar en estas agrupaciones anti-vida (humana).
Ahora que recuerdo… hace años echaron en la tele un documental sobre «Exodus» y la verdad es que me quedé estupefaciente, cariacontecida.
De piedra pómez.
Ya era hora que se criticara desde dentro tamaño despropósito. Es gente peligrosísima que pretenden lavar el cerebro a gente que acude a ellos que, desgraciadamente, no saben (o no quieren saber) que su infelicidad es la homofobia que les rodea.
En fin, un halo de luz asoma por el horizonte… ¡cállate, romántica!
Querido Pústula, de piedra pómez, patedefuá, y muerta en la piedra (que se dice) me quedé yo hace años. Al poco del estreno de Brockeback Mountain. He aquí la bonita «anesdota»: un gran amigo mío, que se lo descarga todo (de la red, claro está) me había invitado a ver una peli (no recuerdo el nombre) y que iba de estos grupos que «curan» ,mediante la oración, la homosexualidad.
Mi amigo es un enfermo alcohólico que lleva años, bastantes, sobrio, y que gracias a Alcohólicos Anónimos, logró salir de aquel infierno. Esta disgresión viene a cuento porque
recien comenzada la pelicula, se ve a Frances Mcdormac dirigiendo una reunión en la que hay un montón de chavales sentados, pretendiendo «curarse» y suelta la Frances: «Reconocemos que somos impotentes ante nuestra homosexualidad y nuestra vida se ha vuelto ingobernable»; mi amigo empezó a dar botes en el sofá gritando: «eso es el primer paso, el primer paso». Yo un poco alucinado le pregunto «¿El primer paso de qué?»- de AA, gilipollas, de AA, es lo primero que decimos en una reunión».
O sea, el grupo que reflejaba la película trataba la homosexualidad como una adicción tan autodestructiva, mortal y peligrosa, y seguía el mismo programa de recuperación (cambiando los términos «alcohol» por «homosexualidad», claro).
Ahí fué cuando la muerta fui yo, y mi amigo entraba en un proceso de descojone-cabreo asesino- descojone- profunda tristeza, (ante la banalización de su enfermedad) que convirtió la noche preparada para ver pelis con palomitas en algo muy triste.
Así que no se de qué coño se extraña este pobre hombre.
¿Qué digo de malo, susceptible de ser moderado?
Mu fuerte, mi querido Guillermo, mu fuerte lo que me/nos cuentas a todas.
La verdad es que yo también sentí muchísima pena visionando el documental (porque vamos, más que reportaje era un documental sobre especies ame(te)nazadas por un grupúsculo de gurús presuntamente «curadas». Y daba pena porque luego salían todas casadas (a veces hasta con hijos!) dando a conocer su «vida real».
Y más de una con una cara de frustradíssima (y me van ustede a perdoná, con una cara de passivísima que no podían con ella) increíble.
No continuaré con mi sarcasmo, no vaya a ser que, para variar, se me malinterprete. Pero sí diré que al acabar el publirreportaje (no sé si lo emitió la 2ª cadena a las tantas o si lo hizo informe semanal…) me quedé muerta en la bañera y con el coño fuera.
Pues ahora que se cure del Cristianismo evangélico,que eso también tiene tela.A ver si va a volver a cambiar de opinión….
Ya ves.
Aunque no sé. Mejor neomarica convencida evangélica que falsa hetera frustrada y cuasinazi, no?
¿Volverse? Lo único que se vuelve a veces la gente es gilipollas.
No existe un exmaricon al igual que el sol no se puede tapar con un dedo lo que si se convierten es en malvivientes reprimidos y para una muestra los sacerdotes y evangelicos y el resto de la comparsa.