La aprobación del matrimonio en México D.F. se acompaña de un rebrote de la homofobia, que obliga a considerar medidas de autoprotección
Las personas LGTB constituímos una minoría odiada, un odio que se acrecienta cuando nos visibilizamos y luchamos por nuestros derechos. Es lo que está ocurriendo en México, país en el que desde que se inició la discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, recientemente aprobado en el Distrito Federal, los ataques desde sectores políticos, religiosos, mediáticos y sociales han ido a más. Y lo que es peor: la violencia directa.
Hace pocos días contábamos como un grupo concreto parece haberse organizado para atacar a parejas del mismo sexo que se hagan visibles en la capital. No sería el único caso. Por eso es de gran interés una campaña promovida por Alberto Shueke, «aguas con tu ligue», que permite denunciar y aportar información a través de internet sobre todo tipo de acciones homofóbicas, y que sólo en 45 días habría documentado 40 casos en todo el país, entre ellos cuatro asesinatos.
Uno de los objetivos de la campaña es alertar sobre la ignorancia de las víctimas respecto a su agresor, que puede intentar acercarse bajo el engaño de ser, por ejemplo, un nuevo ligue. «Cada quien decide el cómo, cuándo y dónde interactua con los demás. La idea principal es simplemente recomendar acciones que ayuden a prevenir los delitos», explica. Otro objetivo es fomentar la cultura de la denuncia de los delitos a personas LGTB «que a diario ocurren pero que son invisibilizados por el propio temor al estigma y la discriminación. La mejor forma de prevenirlos es hablando de ellos, demostrando que existen y exigiendo que sean investigados y combatidos».
Es cierto que nos odian a muerte, a pesar de que no suponemos ninguna amenaza real para ellos. Sólo nos respetarán el día que nos teman, es así de triste pero es la verdad. Y sólo nos temerán el día que les hagamos daño, es lo que llevo diciendo desde siempre. ¿Y cuando nos temerán?, pues el día que estemos organizados como una mafia y no tengamos escrúpulos. A buen entendedor…
Es triste que cuando uno espera encontrar a su media naranja con alegría se encuentra con la cosa más horrible.
Deo gratias al gobierno PANista, ultraderechista y acérrimo defensor de «los valores familiares». De la manita de Perverto Rivera -solapador de sacerdotes pederastas- y del deleznable sistema educativo mexicano -más las taranovelas de horario estelar- las conductas intolerantes serán frecuentes.
México, el patio trasero de los gringos, con su derecha fundamentalista región 4.
Carajo.