Polémica en Costa Rica después de que un ex-diputado católico anuncie su intención de «curar» a homosexuales
Tanto las autoridades científicas (en concreto, la Asociación Costarricense de Psiquiatría) como el propio Ministerio de Salud de Costa Rica, a través de la ministra Maria Luisa Ávila, han tenido que salir al paso de las intenciones de Juan José Vargas, un conocido personaje de filiación católica, de abrir un centro para «curar la homosexualidad».
Hace años, Juan José Vargas fue diputado e incluso se presentó -con poco éxito- como candidato a la presidencia de Costa Rica al frente de Patria Primero, un partido católico fundado por él mismo y hoy desaparecido. Es también el fundador de la organización católica «Club de Paz» y entre otras actividades participa en programas de televisión.
Vargas anunció hace unos días su intención de abrir un centro para «curar» a personas homosexuales por medio de «la castidad, el dedicar la vida a servir a otros y a la oración». La «iniciativa» ha desencadenado tal polémica en el país sobre si la homosexualidad «es o no» una enfermedad que los psiquiatras constarricenses se han visto obligados a aclararlo en un comunicado. «La homosexualidad no es una enfermedad; por lo tanto, no es sujeto de curación», se afirma desde dicha organización profesional, que ha expresado además su preocupación por el hecho de que «algunas personas busquen estos ‘tratamientos’ cuando carecen de respaldo de la comunidad médica científica».
La ministra de Salud, por su parte, ha afirmado que “el Ministerio de Salud es garante por ley de la salud de la población y por ende nos compete el tema”. «Si una persona se mete en cualquier campo del saber o de la actividad humana y pretende ejercerla es ejercicio ilegal y tiene sus repercusiones legales, sino caemos en la charlatanería, el empirismo y por ende en el campo de la salud, implica un grave riesgo”, ha aclarado con una rotundidad que se agradece.
No tengo nada más que añadir a lo dicho por la ministra de salud y el resto de los verdaderos profesionistas de la salud. Más claro ni el agua.
Afirmar que la homosexualidad es «curable» es mala praxis del ejercicio de la medicina, y por supuesto, deben tomarse acciones legales; y decir que se «cura» con actitudes servilistas, con celibato y pronunciando esos conjuros mágicos llamados «oraciones» es humorístico. Ya basta de carcatólicos con complejos de brujos medicuchos.
Yo que el no abriría tal centro, porque se arruinaría al no tener pacientes.