Profesora de música denuncia haber sido despedida por una escuela católica de Canadá por ser lesbiana
Lisa Reimer, profesora de música en la Little Flower Academy, una escuela católica para chicas de Vancouver (Canadá) ha denunciado haber sido despedida después de que los padres se quejaran a la dirección de la escuela tras conocer que era lesbiana y que su pareja esperaba un hijo.
«Me siento devastada», ha expresado Reimer en rueda de prensa. «No puedo ni imaginar como se sentirán las alumnas homosexuales de la escuela. Es tan triste», añadía.
Al parecer, los padres expresaron a la dirección su preocupación porque las chicas pudieran «seguir el ejemplo» de la profesora. La dirección ofreció a ésta seguir cobrando su salario hasta junio, fecha en la que vencía su contrato, a cambio de dejar de dar clases, mantenerse lejos de la escuela y no volver a contactar con las alumnas. Una opción que la profesora no ha aceptado.
La dirección de la escuela niega que exista discriminación y afirma que Lisa Reimer sigue manteniendo un contrato vigente con la escuela, y que de hecho ésta le concedió un permiso de maternidad que la profesora solicitó. Reimer afirma que no es cierto y que, de hecho, cuando ella pidió el permiso, allá por enero, éste le fue denegado.
La organización de profesores LGTB «Pride in Education Network» ha dado su apoyo a Reimer, solicitando a las autoridades educativas de la Columbia Británica (la provincia canadiense en la cual está Vancouver) que revise la financiación de la escuela, que pese a ser un centro católico recibe subvenciones públicas.
¡Pero Canadá tiene legislado el Matrimonio Gay!…
Pero luego leyendo, observo que el Colegio tiene subvención católica.
Siempre el mismo anacronismo moralista.
Y mas discriminaciones a lesbianas en escuelas.
Este caso resulta parecido a alguno que ya habia salido:
El instituto Wesson Attendance Center no sólo se ha negado a incluir en el anuario la foto de Ceara Sturgis en esmoquin, es que ni siquiera mencionan que forma parte de la clase.
http://www.queerty.com/ceara-sturgis-high-school-refused-to-run-her-tuxedo-picture-in-the-yearbook-or-even-mention-her-name-20100427/
Bueno, esa alumna no estará en el Anuario, pero irá como invitada estrella al desfile del Orgullo en Nueva York, y seguro que le montan un fiestón, mientras que los paletos de sus condiscípulos tardarán años en poder siquiera acercarse a Manhattan (estaba en Missisipi o por ahí ¿no? el instuto). Que hay como 3.000.Km, o más desde su pueblo de 3.000. habitantes hasta la Gran Manzana.
Y hay crisis en tós lados.
A mí me preocupan ahora mismo esos niños que, obviamente, van a seguir el homófobo ejemplo de sus padres. ¡Qué asco! ¡Ánimo, Lisa! ¡Ojalá encuentres unos buenos abogados que hagan que esta gentuza se lo piense dos veces la próxima vez!
Muy cierto.
Un estado laico no debe financiar organizaciones de corte religioso, y menos si estas promueven la homofobia u otra forma de discriminación.
Tengo que decir que me siento muy identificada y sensibilizada con el colectivo de profesoras.
Una va al centro a enseñar y punto. Nadie puede decirnos a la cara la «mala influencia» que podamos ejercer a los alumnos, NADIE. Y mala influencia ¿en qué? ¿para qué? ¿de una qué, me tengo que disfrazar, de qué?
Esta señora debe denunciar hasta el final. Debe montarle el pollo (estrogenado) al colegio. Debe acudir a los colectivos para tapiar de pancartas el centro…. Debe liarla parda, vamos.
Yo es que no sería tan buena y contrataba a los miembros de una secta satánica para hacerle un trabajito de pintadas al colegio.
Menuda panda de cacatólicas patéticas, ¡GENTUZA!
Aclaro que mi comentario va por lo de indica Dexter más arriba. ¿eh?
Lo que no entiendo es cómo una lesbiana quiere estár en una escuela católica. servidora (parafraseando a pústula) no querría ir allí nada más que para anunciar su prohibición.
Sara, supongo que cuando hay facturas que pagar, una se pone a trabajar donde puede. A fin de cuentas, la enseñanza de la música no tiene nada que ver con el ideario del colegio.
Yo he trabajado como persona abiertamente lesbiana en una institución católica que tenía:
1. Un programa antidiscriminación, protección, y asesoramiento psicológico contra el maltrato para el colectivo de estudiantes LGBT.
2. Un coordinador de programas para la comunidad LGBT.
3. Un club de estudiantes LGBT.
4. Un club de aliados LGBT entre los que se encontraban trabajadores y profesores de la institución.
5. Dos periódicos que frecuentemente publicaban artículos de estudiantes LGBT a favor de la no discriminación, a favor del matrimonio, etc.
Vamos, que allí como lesbiana se trabajaba mejor y con más protecciones que en cualquier universidad estatal o privada española.
(así que, Sara, de todo hay; en este caso eran jesuitas).