Una escuela católica de Massachusetts rechaza, contra la opinión del propio arzobispado, a un niño de ocho años por ser hijo de lesbianas
Una escuela católica de Hingham (Massachusetts, Estados Unidos) ha rechazado la admisión de un alumno de ocho años, a la que previamente había dado su visto bueno, al conocer que el chaval es hijo de una pareja de lesbianas.
La decisión de la escuela ha causado extrañeza, al tratarse de una escuela que, aunque católica, admite sin problemas alumnos de otras religiones, así como hijos de padres separados. Una de las madres del chico, que permanece en el anonimato, ha declarado que, aunque conocen que la iglesia católica no aprueba las relaciones entre personas del mismo sexo, lo que no querían hacer era «esconderse» y por eso rellenaron los formularios con los nombres de ambas.
La dirección de la escuela no ha querido, por el momento, ofrecer explicaciones públicas. Sí que lo ha hecho la archidiócesis de Boston, que de una forma sorprendentemente rotunda se ha desvinculado de la decisión, aclarando que por su parte no existe objeción a que los hijos de parejas del mismo sexo acudan a escuelas católicas. «Lo que nosotros queremos es que los niños vengan a los colegios católicos», ha expresado Terry Domilon, portavoz de la archidiócesis de Boston.
La polémica, de hecho, habría causado tal malestar en la archidiócesis que ésta ha anunciado la retirada de fondos a aquellas escuelas que apliquen políticas discriminatorias en la admisión de sus alumnos. El arzobispado ya ha ofrecido a las madres del niño la escolarización en otra escuela católica.
¿Qué puede llevar a dos madres lesbianas a inscribir a su pequeño en un colegio católico?…
«Una de las madres del chico, que permanece en el anonimato, ha declarado que, aunque conocen que la iglesia católica no aprueba las relaciones entre personas del mismo sexo, lo que querían hacer era ”esconderse” y por eso rellenaron los formularios con los nombres de ambas».
¿Esconderse?
Graciela, yo también me lo pregunto.
No sé si es un problema de traducción o transcripción, suena más coherente que lo que NO quisieran fuera esconderse, y por eso le inscribieran con el nombre de sus dos madres.
En todo caso, y a pesar de que parece encomiable la reacción de la archidiócesis, eso de que unos curas católicos estén «deseando» que los niños vayan a sus colegios… suena fatal. Es lo malo de tener una historia detrás…
Lo que «no» querían hacer.
Lo siento, la culpa es mía. Se me bailó la palabra al elaborar la noticia.
Un abrazo