El Orgullo LGTB de Estambul congrega a unos 300 activistas
Alrededor de 300 activistas marcharon este domingo por las calles de Estambul, la principal de las ciudades de Turquía, para conmemorar el Orgullo LGTB. Un Orgullo marcado este año por el recuerdo de las personas LGTB asesinadas en ese país. Especial mención merecen las ocho personas transexuales asesinadas desde el inicio de 2009, y que le fueron recordadas al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, en una carta dirigida por los colectivos LGTB el pasado febrero.
La situación de las personas LGTB en Turquía es delicada. Las relaciones homosexuales dejaron de ser delito hace siglo y medio, pero persisten leyes que castigan el “escándalo público” y que penden como una espada de Damocles sobre las cabezas de gays y lesbianas. La edad de consentimiento es la misma que la de las relaciones heterosexuales: 18 años. Persiste cierto grado de censura, aunque por lo general es posible acceder a material LGTB (“Brokeback Mountain” pudo ser vista por los mayores de 18 años en los cines). No existe legislación antidiscriminatoria que proteja a gays y lesbianas, y la homosexualidad es considerada una enfermedad por el Ejército. Las personas transexuales pueden acceder desde 1988 al proceso de reasignación sexual y modificar su situación registral, pero la transfobia social es elevada: ocho muertes en 16 meses, como recogíamos antes. Hace pocos días nos hacíamos eco de una agresión a un grupo de activistas trans del colectivo Pembe Hayat por parte de la propia policía de Ankara.
Por lo que se refiere a la realidad social, es tan compleja como el propio país. Aunque no son legales, todavía se producen crímenes de honor, por los cuales personas homosexuales son asesinadas por miembros de su propia familia. El terrible asesinato de Ahmet Yildiz es un buen ejemplo de este horror. Por lo que se refiere a la realidad política, no podemos olvidar las recientes declaraciones de la ministra de Mujer y Familia, Aliye Kavaf, calificando la homosexualidad como una enfermedad. Unas declaraciones, eso sí, que le valieron críticas de su compañero de Gobierno, el ministro de Sanidad Recep Akdağ. “La estructura familiar y cultural de Turquía crea muchas dificultades para los homosexuales. La sociedad debería ser más tolerante a la hora de tratar este asunto”, llegó a decir este ministro.
En el otro extremo, Estambul, y en menor medida otros núcleos urbanos, albergan un cierto ambiente en el que es posible cierta socialización. Entre las organizaciones LGTB, destacan Kaos GL y Lambdaistambul, que hace meses superó un intento de ilegalización. Intentos de ilegalización, los de organizaciones LGTB, que son recurrentes. El último que se ha iniciado, y del que os informamos hace unas semanas, es contra la asociación Black Pink Triangle, con sede en Ýzmir.
Paso a paso se va haciendo el camino. Ánimo a todos los LGTB turcos y un abrazo muy fuerte a los que ya no pueden recorrer las calles de Estambul, con banderas multicolores o sin ellas.
No es lo mismo La Costa Jonia (Estambul, Esmirna, Éfeso), que la Anatolia profunda donde lo más probable es que te corten el cuello.
Bueno, parece que la manifestación de los 300 fue sólo el aperitivo, según un medio austriaco hubo más de 4.000 el pasado domingo, y con participación de familiares y cierto apoyo del público.
http://www.ggg.at/index.php?id=62&tx_ttnews%5Btt_news%5D=3260&cHash=9037a63dd16112577aaf4efdf10acbd1
Como seguidor del Jesús de Nazaret está muy mal lo que pienso, pero hay momentos en la vida en que de morir,morir matando.
bernardo