El propio Orgullo de Tel Aviv se celebra en un clima de tensión entre partidarios y detractores del ataque israelí a la flotilla humanitaria
Un elemento que quizá debería llamar a una reflexión sosegada… Mientras en España la polémica sobre el veto a la participación en el Orgullo LGTB de Madrid de una carroza financiada por el Ayuntamiento de Tel Aviv se ha convertido en un elemento más de crispación política interna, el propio Orgullo LGTB de Tel Aviv, celebrado hoy viernes, se ha celebrado en un clima de división entre partidarios y opositores al ataque perpetrado por el Ejército israelí contra la flotilla humanitaria de ayuda a Gaza.
Según reporta la propia prensa israelí, el temor a que la marcha derivase en un enfrentamiento entre los activistas con una sensibilidad pacifista, que han condenado el asalto, y los más próximos a las posiciones gubernamentales, llevó a que los organizadores hicieran esta semana un llamamiento a respetar la «celebración democrática de todas las opiniones y tendencias políticas que ha sido desde su fundación la marcha del Orgullo» en Tel Aviv.
Pese al llamamiento, alrededor de un centenar de activistas LGTB pacifistas decidieron escindirse y celebrar por la mañana una Marcha del Orgullo alternativa. «No hay Orgullo con ocupación», fue el lema más coreado, en alusión a los territorios palestinos ocupados por Israel. Se da la circunstancia de que el jueves por la noche varias fuentes de Tel Aviv fueron teñidas de rojo por pacifistas israelíes como protesta por el bloqueo israelí a Gaza.
Por la tarde tuvo lugar la marcha oficial, que reunió a decenas de miles de personas, y en la que junto a las banderas arco iris abundaban, en cantidad superior a la de otros años, banderas israelíes, en lo que ha sido interpretado como un apoyo a la postura del Gobierno en un momento en que llueven las condenas internacionales hacia Israel. Entre los asistentes, por cierto, destacados políticos, como la líder opositora Tzipi Livni.
Especialmente emotiva fue la participación de Ayala Katz, madre de Nir Katz, joven activista gay asesinado hace un año en el atentado homófobo de Tel Aviv. Se trataba de la primera vez que asistía a una marcha del Orgullo. «Sé que si Nir pudiera verme, se sentiría orgulloso de mí», declaró.
Dios mío!, que vergüenza!, se han incluido cuestiones por completo ajenas al activismo LGBT!. La que se va a armar!. Han sembrado la semilla de la discordia!
El Orgullo Gay de Madrid, el Orgullo Gay de Toronto y el Orgullo Gay de Israel…
Ya, la verdad es que ya no tengo palabras. A final de cuentas cuestiones completamente ajenas a las causas lgbt están dividiendo a un colectivo que era tan fuerte, que ni siquiera la homofobia ramplona podía mermar de un modo u otro la lucha por la equidad en derechos y deberes.
Por la tarde tuvo lugar la marcha oficial, que reunió a unas 15.000 personas, y en la que junto a las banderas arco iris abundaban, en cantidad superior a la de otros años, banderas israelíes, en lo que ha sido interpretado como un apoyo a la postura del Gobierno en un momento en que llueven las condenas internacionales hacia Israel.
Todo un éxito, vamos. Pfff…
No, lo siento, lo que le otorga fortaleza al movimiento LGBT es haber sabido trasladar al conjunto de la sociedad que sus derechos son los de todos, nada más, allá donde no consigue esa conexión con el tejido social, es especial con los sectores preocupados por los derechos humanos, por la equidad y la justicia, las reivindicaciones ni avanzan, ni pueden avanzar.
Sea como sea, Nazareno, no es grato ver que el colectivo LGBT esté comenzando a dividirse.
Siempre lo ha estado, el colectivo gay nació cuando unos pocos decidieron romper con las vías de socialización que se ofrecían a las personas de orientación homosexual, algo que sólo mucho después empezaron a seguir grupos más numerosos. Incluso hoy día los valores homófobos dominantes siguen siendo muy importantes numéricamente dentro de la homosexualidad. Muchas veces los aliados de esos pocos que se plantaron procedían del mundo heterosexual, eso sí, del ámbito ideológico progresista.
No termina de convencerme. Si bien es cierto que dentro del colectivo lgbt había y hay divisiones (sin ir más lejos, hemos visto gays plumofóbicos), hasta ahora no había visto que algún motivo de división fuera lo suficientemente potente como para comenzar a fracturar la celebración de una marcha del orgullo lgbt.
Sí, divididos siempre hemos estado. Hay muchos otros intereses que nos dividen de igual manera que está dividido el conjunto de la sociedad. Y el conflicto palestino israelí nos divide también. Pero hay un elemento fundamental que nos une: la homofobia. Y contra esa estamos todos y todas.
Después de ese comentario tuyo, Virgilio, no tengo más remedio que dejar este enlace, y ya dejo de meter baza por esta noche, espero que os guste…
http://www.elpais.com/articulo/espana/bandera/arcoiris/ondea/alto/sede/Ayuntamiento/Sevilla/elpepuesp/20100611elpepunac_24/Tes
Estoy del manejeo de cifras con que os andais los informadores hasta los mismísimos cojones. El año pasado eran 70.000 o por lo menos era una de las cifras a barajar, este año no poneis ni siquiera un abanico de cifras, sino que fueron 15.000. En fín no se de que me extraño.
Guillermo, yo también estoy ya un poco harto de las polémicas sobre asistentes a manifestaciones.
La mayoría de las fuentes hablan de «miles» o «decenas de miles». Los que dan cifra hablan de 15.000 (algunos la rebajan a 10.000). Y el Ayuntamiento de Tel Aviv, que forma parte de la organización, creo que ha dado 100.000.
Lo he dejado en «decenas de miles» y que cada uno haga su composición de lugar…
Un saludo
Flick you are so beautifuuuuuuuuuul
bueno es que lo de las cifras es de coña.
Una empresa que se dedica a contar las personas de las manifestaciones vía sayelite UNA POR UNA dijo que a la manifestación de la familia habían ido 50.000 personas ,no 1 millón como decian ellos,y a la del orgullo 53.000 ,no 2 millones…así que me parece que tenemos un problemita a la hora de contar gente.
A mí estas cosas me encantan. Ana ha relatado una obviedad científicamente demostrable (te guste o no) y ha faltado tiempo para que alguien le ponga un negativo. Me imagino que en Libertad Digital o afines cuando dieron ese dato sobre la manifestación pro vida y del foro de la familia, pasó lo mismo cuando dieron esos datos. Supongo (por que no lo leí) que dirían poco menos que esa máquina era producto de Belcebú.
Lo cual demuestra una cosa: por mucho que crezcamos, por mucho que seamos maduros, la mayoría somos niños que sólo aceptamos aquello que queremos oir.
Y tan de coña, Ana, según esa empresa, lo más complicado para calcular la asistencia al orgullo, es saber cuanto «público» hay, al parecer completamente ajeno al evento, para así dejar la cifra reducida «sólo» al número de participantes. ¿Cuanto «público» había en Tel Aviv?.
Y para demostrar que, en efecto, las cifras de Tel Aviv que se dan en el post son bastante ponderadas, aquí dejo en enlace de una página argentina, que a diferencia de la mayoría de las anglosajonas que citan el evento, también se hacen eco de la especial «diversidad» que se produjo en esta ocasión:
http://www.sentidog.com/lat/2010/06/12/tel-aviv-una-marcha-del-orgullo-gay-con-diferencias-politicas/