Agresiones homófobas empañan los Orgullos LGTB de Helsinki y Budapest
Dos desgraciados incidentes homófobos han empañado la alegría por la celebración, el pasado sábado, de dos importantes Orgullos LGTB: Helsinki (Finlandia) y Budapest (Hungría).
Finlandia un país socialmente avanzado en materia LGTB, que se plantea la próxima aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y en el cual las marchas del Orgullo trascurren siempre de forma pacífica y festiva. Este año, la marcha de Helsinki congregó a unos 5.000 manifestantes. La desagradable sorpresa saltó cuando un grupo de jóvenes atacaron a los manifestantes con un spray irritante. Unas 30 personas resultaron afectadas, ninguna de forma grave. Lo peor es que entre ellas se encontraban varios niños.
Hungría es un país de la antigua Europa del Este en el que, pese a disponer de una de las legislaciones más avanzadas de esa área geográfica, los ataques homófobos contra las marchas del Orgullo han sido frecuentes en años anteriores, sobre todo por parte de grupos de extrema derecha. En esta ocasión, el ataque fue perpetrado por un grupo de jóvenes neonazis en el exterior de un cine en el que se desarrollaba un acto programado como parte del Orgullo LGTB de Budapest. Varios de ellos dedicaron insultos a los asistentes e intentaron descolgar una bandera arco iris, pero finalmente la presencia policial les disuadió. Sin embargo, en una calle cercana, dos de los neonazis alcanzaron y golpearon a uno de los asistentes cuando se marchaba.
La evolución posterior de los acontecimientos denota dos formas sin duda muy distintas de reaccionar ante una agresión homófoba por parte de las autoridades…
En Finlandia, conmoción
Según la Policía de Helsinki, el ataque fue perfectamente planificado. “Al menos se usaron dos tipos de gases y los atacantes vestían de negro. Primero los atacantes lanzaron humo sobre los manifestantes. Inmediatamente después se acercaron y los rociaron con el spray”, ha manifestado el oficial Kari Aaltio. Tres de los agresores están ya detenidos pero la policía sigue buscando a varios más. Se trataría de ciudadanos finlandeses, aunque de fuera de Helsinki. La Policía trata de averiguar si el grupo actuó por iniciativa propia o pertenece a alguna organización.
El ataque ha causado gran conmoción en Finlandia, una sociedad, como el resto de las escandinavas, tolerante e inclusiva hacia las personas LGTB. La presidenta del país, Tarja Halonen, ha condenado el ataque y ha manifestado sentirse avergonzada. “Es una situación muy desafortunada tanto para las personas que participan en el Orgullo como para todos los fineses. Somos un país acostumbrado a respetar las diferencias, desde el punto de vista moral y desde el legal”, ha dicho.
En Hungría, homofobia policial
Por lo que se refiere a la agresión de Budapest, curiosamente, cuando la Policía hizo acto de presencia, en lugar de detener a los agresores se dirigió al agredido y le exigió mostrar su documentación. Los agresores aprovecharon para intentar escapar, aunque la presencia de otros asistentes al acto LGTB obligó a la Policía a interceptarlos. Tras revisar su documentación los dejó marchar.
Según varios testigos, la Policía descargó en los organizadores del acto la responsabilidad de lo sucedido por haber “provocado” a los agresores con la colocación de la bandera. Al parecer uno de los oficiales llegó a referirse a ésta como “la bandera de los maricones” e hizo observaciones de carácter homófobo.
Horas después de este incidente y apenas a unos metros, otro visitante, que al parecer no hablaba húngaro, fue agredido por un individuo con la cabeza rapada debido a su “apariencia gay”. Se desconoce si ambos ataques estuvieron promovidos por el mismo grupo.
No os extrañéis si aquí, el año que viene, intentan algo parecido en el Orgullo de Madrid. Es increíble la cantidad de veneno que ha soltado la derecha mediática en los últimos días a cuenta del Orgullo. Que si es innecesario, grotesco, sucio, exhibicionista; que si los «gays normales» (?) están en contra; que si los huelguistas del metro habían vuelto a trabajar el sábado para respetar los derechos de los gays, sin importarles los derechos de los heterosexuales que habían ido a trabajar el viernes (porque claro, los gays no trabajan, ni usan el metro), etc. Antonio Burgos, Cristina Schlichting (o como se diga), la troupe de Intereconomía, La Gaceta, La Razón, el ABC… Y, como perfecto resumen, Ussía: «Estoy hasta el gorro de los gays». Creo que no se sembraba tanto odio en España desde el año 36.
Bueno, pues la situación en Finlandia se podría estar volviendo más delicada por momentos, ya que se ha producido, además, un acto de vandalismo contra la sede de la principal organización LGBT de Helsinki, denominada SETA:
http://www.yle.fi/uutiset/news/2010/07/homophobic_attacks_challenge_helsinkis_gay_friendly_image_1820590.html
Y aquí os dejo un enlace a un artículo del mismo medio en inglés donde se comentan las declaraciones sobre las agresiones del Pride de Helsinki realizadas por un miembro destacado del partido democristiano de ese país (afortunadamente, muy minoritario, pero integrante del Partido Popular Europeo).
http://www.yle.fi/uutiset/news/2010/07/christian_democratic_info_chief_marginal_groups_should_leave_mainstream_culture_alone_1822183.html
Aquí os dejo un enlace a la reacción a los diversos incidentes en Helsinki en la página web de la asociación finlandesa SETA (en finés, yo la he leído usando el traductor de google).
http://www.seta.fi/uutiset.php?aid=17443
Giorgio, no me extrañaría nada, ni tampoco que la policía de Madrid se comportara de forma parecida a la de Hungría