"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

Chloe

Desayuno en Urano

Chloe (2009)
Atom Egoyan

Julianne Moore, Liam Neeson y Amanda Seyfried

Y seguimos con Julianne Moore, que se ha convertido en una especie de virgen prerrafaelista con falta de hierro aficionada al masoquismo dramaqueen que ni Meryl Streep en sus mejores tiempos, oiga. Porque es que ¿a quién se le ocurre?: para poner a prueba a su amante y guapo esposo (Liam Neeson), decide contratar a una bellísima y jovencísima prostituta de enormes ojos, que haciéndose pasar por una estudiante de japonés acosa al marido por toda la ciudad.

Pero estamos hablando de Atom Egoyan. Y si bien es cierto que esto no tiene nada que ver con esas joyas a las que nos acostumbró hace ya unas décadas (Family viewing, Speaking parts, El liquidador, Exótica, El dulce porvenir), esas maravillosas películas en las que transcurrida una hora aún no sabíamos quién era cada cual y que, mágicamente, convergían y sorprendían en la última media hora en exquisitos, insólitos e inquietantes finales, en los que uno se quedaba pensando durante días, tampoco se trata de una película de Hollywood mainstream. Así que hay la suficiente dosis de morbo y desasosiego como para que merezca la pena echarle un vistazo.

Y es que ¿puede Julianne Moore pasarle papel higiénico por debajo de la puerta a la prostituta sin que resulte homoeróticamente morboso? ¿puede Julianne Moore curarle la herida de la rodilla a la prostituta (previa bajada de bragas) sin que resulte homoeróticamente morboso? ¿puede Julianne Moore quedar con la prostituta en el hotel en el que supuestamente acaba de tener relaciones con su marido, sentarse sobre las sábanas revueltas, y escuchar las explícitas explicaciones de la prostituta sin que resulte homoeróticamente morboso? Pero, como ya digo, aún hay mucho más. Porque Egoyan es mucho. Y sigue apretando la tuerca.

Entre Teorema y Matador pasando por Instinto básico, tenemos que decir en su descargo que no parte de un guión original de Egoyan, sino que es el remake de una película francesa que algunos recordareis: Nathalie X (2003), que protagonizaron Gérard Depardieu, Fanny Ardant y Emmanuelle Beart.

¿Interesante? Si no has visto nada de este director, no te la pierdas. Si tienes un altar en tu casa con la carátula de El liquidador, casi mejor haz como si no existiera.

3 estrellas

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