La joven a la que un instituto no permitió acudir con su novia al baile de graduación, indemnizada con 35.000 dólares
Constance McMillen, la joven que hace unos meses se convirtió en todo un símbolo de la lucha por los derechos LGTB en Estados Unidos al demandar a su instituto de Mississippi por no permitirle acudir al baile de graduación vestida de esmóquin y acompañada de su novia, recibirá una indemnización de 35.000 dólares a cambio de retirar la demanda. El acuerdo implica además el compromiso del instituto de llevar a cabo una política de no discriminación por razones de orientación sexual.
Como informamos en su momento, el instituto de Constance decidió cancelar el baile de promoción. Y aunque un juez federal de Mississippi consideró, en un fallo preliminar, que efectivamente se habían violado los derechos constitucionales de la joven, no obligó al instituto a convocar el baile de nuevo. Pese a todo, con posterioridad al fallo, los responsables del instituto convocaron a Constance a un baile, supuestamente oficial, al que acudió vestida de esmóquin, aunque sin su novia, dado que los padres de ésta no le dieron permiso. Sin embargo, todo apunta a que se trató de un engaño: allí sólo estaban presentes unas pocas personas. La mayoría de sus compañeros celebraban simultáneamente un baile paralelo en otro lugar.
Constance, que después de lo sucedido cambió de centro, se graduó y el próximo curso comenzará sus estudios universitarios, se encuentra muy satisfecha del acuerdo alcanzado.
¡Nuestra enhorabuena!
¡¡¡¡¡OOOOOOOLEEEEEEEEEEE!!!!!!
No todas las noticias que se han publicado hoy son de homofobia militante.
!Una victoria por la igualdad y la no discriminación! Gracias Constance! Tus acciones sin duda alguna beneficiarán a los lgbt venideros, y sin duda te recordarán como la chica que hizo posible su libertad para expresarse y amar! 🙂
Hay que ser muy valiente para seguir defendiendo tus derechos cuando todos te los niegan. Lo más frecuente hubiera sido que se amedrentara y fuera sola, pero así mucho mejor. Además, posiblemente pueda pagarse la universidad gracias a ello.
Estas indemnizaciones deberían de ser pagadas en exclusiva por las personas concretas que llevaron a cabo el agravio. Que los miles de dólares salgan de sus bolsillos, para que los demás lo vean y se les quiten las ganas de creerse superiores por ser heteros.