Activistas LGTB en el Kurdistán turco lanzan publicación pionera
Este lanzamiento es el resultado de tres años de trabajo en un ambiente muy hostil a la homosexualidad. Tanto, que ambos usan pseudónimos e intentan permanecer en el anonimato. “La gente aquí ve la homosexualidad como un veneno, una enfermedad” dice Solin, y continúa: “Hay 15 millones de kurdos en Turquía, y una de cada 10 personas es homosexual, ¿pero dónde están los gays y lesbianas kurdos? Por eso hemos hecho esto. Queríamos averiguar cómo expresa la gente su sexualidad en esta cultura.”
En el este kurdo de Turquía o en la Anatolia rural la visibilidad LGTB es casi inexistente, debido a los valores islámicos y a las extensas redes familiares. “Algunos gays son aceptados por sus familias, pero a condición de no vivir abiertamente en la comunidad”, dice Koya. Y lo cierto es que las personas LGTB tienen buenos motivos para temer por su integridad en este entorno: en julio de 2008 un chico de 26 años, Ahmet Yildiz, fue víctima del considerado primer asesinato de honor “gay” en salir a la luz. Yildiz se mudó a Estambul para poder vivir de forma más abierta, y se sospecha que perdió la vida a manos de su propio padre, que está siendo juzgado. Y ocho personas transexuales han sido asesinadas en el país desde el inicio de 2009.
Además, aunque la homosexualidad no es técnicamente ilegal en el país, actividades y colectivos LGTB han sido a menudo prohibidos haciendo recurso de ambiguas leyes sobre la moral pública. En marzo de este año la Ministra de Familias y Niños -miembro del partido gobernante, el islamista AKP- describió la homosexualidad como una “enfermedad curable”. Y una mayoría de turcos apoya restricciones a los derechos LGTB, aunque la percepción general está avanzando. “El mundo occidental comenzó este proceso hace cuarenta años, nosotros hemos empezado hace diez o cinco”, según Nevin Oztop, editor en jefe de Kaos GL, la única publicación LGTB -hasta ahora- en Turquía.
Pero los homosexuales kurdos deben hacer frente a una segunda discriminación, por parte del resto de LGTB turcos. “Muchas organizaciones en el oeste del país no nos dieron la bienvenida inicialmente, porque nos identificamos como kurdos” declara Koya. “Somos una minoría incluso dentro de esta comunidad.” Lo cierto es que buena parte de los turcos progresistas en cuanto a las libertades civiles son profundamente conservadores en lo que respecta a la forma del estado turco, herencia de la visión progresista y secular pero también nacionalista y autoritaria de Mustafa Kemal Ataturk, fundador del estado turco moderno.
En cualquier caso, Koya y Solin afirman que no se rendirán aunque molesten a los gays turcos o a los heterosexuales kurdos, y esperan que su publicación pueda contribuir a cambiar la situación: “En el pasado era muy popular entre los kurdos decir que no había kurdos homosexuales. Ya hemos llegado a un punto en que es imposible sostener eso.”
Valiente intento pero que sepan que tienen todas las papeletas para acoso políticos, policial y social. Son una minoría sexual, dentro de una minoría étnica rechazada y no reconocida por Turquía.
los LGBT de países como Turquía son verdaderos héroes.