"Si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas, porque es que son componentes distintos. Hombre y mujer es una cosa, que es el matrimonio, y dos hombres o dos mujeres serán otra cosa distinta" - Ana Botella

El debate sobre el matrimonio homosexual en Colombia, cada vez más visible

Algo se mueve en Colombia. El país latinoamericano goza de una de las legislaciones más avanzadas de la zona en cuestiones LGTB, con una modalidad de uniones civiles que ofrece muchos de los derechos del matrimonio, pero que deja fuera aspectos tan importantes como la adopción. Afortunadamente, el debate sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo no hace más que crecer, en un momento en que la Corte Constitucional debe pronunciarse sobre dos demandas que solicitan su aprobación y la adopción conjunta, y tras su reciente legalización en Argentina y México D.F.

En los últimos años se han producido importantes avances en Colombia en materia de derechos LGTB por la vía de sentencias de la Corte Constitucional (esquivando el dominio conservador casi total tanto a nivel legislativo como ejecutivo). El año pasado dicha Corte decidió la modificación de multitud de leyes con el fin de lograr una equidad entre parejas hetero y homosexuales, excepto en el tema de la adopción, sobre el que la Corte no se pronunció (aunque cabe mencionar que la adopción en Colombia puede ser llevada a cabo por un solo individuo, independientemente de su condición sexual). Así, dicha sentencia acercó a las uniones de parejas del mismo sexo a un nivel muy parecido al matrimonio aunque mantuvo importantes diferencias, como la necesidad de dos años de convivencia demostrables o la imposibilidad de adoptar conjuntamente.

Ahora, el debate se agita en el país a la espera de sendas sentencias de la Corte Constitucional que podrían dar el visto bueno al matrimonio entre personas del mismo sexo, incluyendo la adopción. Como era de esperar, dichos avances (o más bien su mera posibilidad) han recibido críticas desde sectores de la derecha política y desde la Iglesia Católica, que ha calificado las uniones homosexuales como “antinaturales”. A pesar de todo, Colombia es un país oficialmente laico desde 1991, y los activistas LGTB (entre otros) esperan que el Estado no se rija por la opinión de la Iglesia.

Desde dosmanzanas deseamos mucha suerte a nuestros amigos colombianos, y esperamos que la cascada de buenas noticias desde el continente americano continúe.

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