Cabaret Voltaire
Cuando alguien me habla del fin del libro tal y como lo conocemos y me enseña uno de esos aparatejos que son capaces de almacenar 2.000 volúmenes (que nadie leerá, por otra parte), acudo a mi biblioteca y le enseño un libro de Cabaret Voltaire, la editorial barcelonesa de Miguel Lázaro y José Miguel Pomares. Suelen enmudecer: es tan bello el diseño monocromático, tan exquisito el tipo de letra, las fotografías: una verdadera joya de la edición, rara en este país tan dado a los libros/mamotretos con portadas de pasta gruesa llenos de colorines y hojas de papel burdo e intratable. Obviamente, no sólo es el diseño, también están los prólogos, las excelentes traducciones y que desde su lanzamiento en 2006 la editorial se está haciendo con un catálogo de libros ante el que uno se pone a salivar como si fuera la carta de un buen restaurante: Jean Cocteau, André Gide, Joe Orton, Abdelá Taia, Stephen Spender…
Seguro que muchos ya los conocéis, pero vamos a hacer un breve repaso de su catálogo y pronto comentaremos más despacio alguno de sus libros (o todos, porque no hay uno sólo que no lo merezca). Uno de los autores por los que apuestan es Agustín Gómez Arcos (1933-1998), del que publican una novela cada año y de cuya trayectoria hablaremos más detenidamente en esta web. Pero el volumen que eligieron para inaugurar su editorial fue de Jean Cocteu (Thomas el impostor) del que van a publicar próximamente el famosísimo Libro Blanco (y prometen editar toda su obra narrativa). También andan por ahí Klaus Mann o André Gide y algún autor joven como Abdelá Taia. Recientemente han recuperado El Templo, la espléndida novela de Stephen Spender, y los Diarios de Joe Orton (también hablaremos de él), o El Sirviente de Robin Maugham, que dio pie a una de las más inquietantes y morbosas películas que recuerdo.
Pero hay más: Zola (están editando una serie del autor sobre ciudades: Roma, París, Lourdes), Flaubert, Stendhal, Marguerite Duras…Coherencia, calidad, exquisitez: los libros de Cabaret Voltaire se convierten en objeto de adoración para los bibliófilos. En el fondo, no son más que libros para lectores de esos que leen. Y para muestra un botón:
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Mi Marruecos
Abdelá Taia
“Si fuera posible, tráeme de Marruecos un poquito de sol, de Rabat una piedra de las kasba de los Udayas y del río Bu Regreg su olor”
Abdelá Taia nos acerca al Marruecos de su infancia con un estilo puro y bellísimo, casi infantil, sencillo y mágico, en el que supongo que tiene que ver que el francés no es su lengua materna. Un viaje (lejano a todo exotismo, si eso es posible hablando de Marruecos) a su casa familiar, a los parientes que les visitaban continuamente, a sus primeros enamoramientos (de una chica, de un chico), al hammam… En Mi Marruecos huele a cuscús y a henna, a agua de azahar. A las tardes pasadas delante del brasero oyendo historias de genios, ogros y demonios o leyendo en la terraza y descubriendo sus diferencias con lo que le rodea, sus ansias, sus apetitos. El deseo que su feminidad despierta en los demás. A las tardes pasadas viendo cine: de Bruce Lee al principio, luego melodramas de La India, hasta llegar a Spielberg o Truffaut. O recorriendo las calles lluviosas de Tánger buscando a Paul Bowles o conociendo la amargura y la soledad del exilio en París. La novela viene además acompañada por un texto de la traductora (Lydia Vázquez Jiménez), tan fascinada por el autor como el que suscribe, que narra un encuentro con el escritor en su casa de París.
Abdelá Taia (Salé, 1973) es un joven escritor marroquí abiertamente homosexual, que desde 1998 vive en París en un autoexilio. Ha publicado hasta el momento cuatro novelas: Mi Marruecos, Le rouge du tarbouche, El Ejército de Salvación y Una melancolía árabe.
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Mil gracias por las recomendaciones. Yo leí Mi Marruecos hace un tiempo y lo disfruté como pocos. Comparto la desconfianza de los aparatos de libro electrónico. Puede que sea carroza en esto, pero creo que, aunque me lo compre, lo reservaré para los libros que me importen poco o para llevármelos de viaje. Para mí, la «ceremonia del tacto» con un buen libro es insustituible. Pero igual es que en estos tiempos acelerados ya soy un viejo con 30 años (bueno, quitemos el quizás, ya somos viejos para los tiempos tecnológicos).
Me gusta mucho la edición sobre todo por sus precios 🙂
Me gustó mucho los diarios de Joe Orton. Frío y automático. Os recomiendo la pelicula «Abrete de orejas» para los que quieran aproximarse a su historia.
próximamente hablaremos de los diarios de Orton en dosmanzanas. gracias por tus comentarios