Eleccciones primarias en Estados Unidos: algunos resultados en clave LGTB
Ayer tuvieron lugar en Estados Unidos algunas de las elecciones primarias que quedaban por celebrar cara a los comicios de noviembre, en los que se renuevan Cámara de Representantes, un tercio del Senado, una treintena de Gobernadores y numerosas legislaturas estatales. Uno de los resultados más significativos fue la derrota de William Stachowski -uno de los miembros demócratas del Senado de Nueva York que votaron contra el matrimonio homosexual– frente a Tim Kennedy, apoyado por los movimientos LGTB.
En los otros dos casos en los que los movimientos LGTB de Nueva York apostaban por un candidato alternativo al senador que actualmente ocupa escaño no pudo alcanzarse la victoria. Shirley L. Huntley y Rubén Díaz, opuestos al matrimonio homosexual, repetirán por tanto como candidatos demócratas en sus respectivos distritos.
En cualquier caso, la derrota de Stachowski frente a Kennedy representa un triunfo para la causa LGTB, dado que el matrimonio homosexual se había convertido en uno de los principales puntos de divergencia entre ambos. Kennedy lo tendrá de todas formas complicado para conseguir el escaño: deberá derrotar al candidato republicano en noviembre, en unas elecciones que los demócratas encaran con dificultades.
Otros destacados resultados de las primarias
Destacamos, además, otros resultados significativos de las primarias celebradas ayer. Dos de ellos reflejan la creciente influencia que el movimiento ultraconservador Tea Party ejerce sobre el Partido Republicano. Dos candidatos “ultras” han derrotado a los candidatos moderados que contaban, en principio, con el apoyo del aparato del partido. Se trata de Christine O’Donnell, que se ha impuesto como candidata al Senado de Estados Unidos por Delaware, y de Carl Paladino, que será el candidato republicano a Gobernador de Nueva York. Tanto O’Donnell como Paladino se oponen rotundamente al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Otro resultado interesante, aunque en sentido contrario, es el que ha tenido lugar en Rhode Island, donde David Cicilline, alcalde de Providence y abiertamente gay, ha ganado las primarias demócratas y será candidato a un escaño en la Cámara de Representantes. En caso de ganar, Cicilline se convertiría en el cuarto representante abiertamente homosexual en el Congreso.
Florida: Charlie Crist «pasa» del Tea Party
Otro ejemplo de la capacidad del Tea Party para alterar el mapa político es lo sucedido en Florida, donde el actual Gobernador, el hasta hace poco republicano Charlie Crist, opta a convertirse en senador en Washington. Lo que posiblemente habría sido una carrera triunfal se complicó cuando hace unos meses el Tea Party decidió apostar por Marco Rubio, al considerar a Crist demasiado moderado. Como respuesta, Crist, al que las encuestas daban como perdedor en las primarias frente a Rubio, abandonó la carrera por la nominación y anunció que se presentaría como independiente. Una candidatura, la de Crist, que podría poner en peligro la victoria de Rubio en una circunscripción senatorial que a priori los republicanos parecen tener asegurada.
Crist, por cierto, ha querido escenificar esta semana un acercamiento al electorado LGTB al anunciar su apoyo al reconocimiento de diversos derechos para las parejas del mismo sexo, incluyendo la adopción, así como su rechazo a la política de «Don’t ask, don’t tell». Toda una novedad en Florida, un estado que pese a contar con una importante comunidad LGTB se encuentra entre los más rezagados a la hora de reconocer sus derechos.
Marco Rubio en las últimas encuestas ya supera los 10 puntos de ventaja. No me extrañaría que Crist acabara abandonando. Rubio no tiene nada que ver con la de Delaware, aunque cierta prensa los meta en el mismo saco.
Delaware, un estado muy demócrata de Nueva Inglaterra, era un escaño seguro para los republicanos con Castle. Christine O’Donnell ya está 16 puntos abajo en la primera encuesta y probablemente perderá por 25 o 30. Qué envidia da la flexibilidad del votante americano.
Por cierto, el partido pidió que no se la votara. Pero algunos están más preocupados por castigar a políticos en activo que por los resultados de noviembre. En las primarias este año se han cargado a 7 representantes y senadores. Un par de ellos llevaban 30 años.
perdón, Delaware no es Nueva Inglaterra