Humpday
Humpday (Estados Unidos, 2009)
Lynn Shelton
Hace tiempo que tenía ganas de hablar de esta película, uno de esos ejemplos de mumblecore (término de esos que a los críticos de cine les apetece inventarse de vez en cuando para ahorrarse explicaciones): en el fondo, una especie de neorrealismo digital para la generación youtube, de escaso presupuesto (¿la llegada de la democracia al cine? Me temo que no: el talento no es democrático), planos largos y actores que mascullan más que hablan. Tenemos también que aclarar que Humpday lo que haría más bien sería certificar la muerte del mumblecore, o al menos su deriva hacia terrenos del cine independiente de los noventa disfrazado de siglo XXI, casi un Sexo, mentiras y cintas de video veinte años después.
Lo importante de Humpday es que es una buena película, en la que se habla de muchas cosas (de muchísimas incluso) y se dejan en el aire una enorme cantidad de preguntas que quedan sin respuesta en la mente del espectador durante horas. El argumento, por disparatado que pueda parecer, entra dentro de una aplastante lógica contextual, como si no hubiera forma de escapar de la situación que se propone: dos amigos de la infancia se reencuentran en la cuarentena. Ben se ha casado y vive con su mujer en la típica casita americana una vida convencional. Andrew se presenta de repente recién llegado de México: es el típico viajero soltero con una vida aparentemente libre e interesantísima.
Tras una fiesta de drogas y alcohol en la casa de una pareja de lesbianas, Ben y Andrew se encuentran embarcados en un proyecto para un festival de cine: una obra de arte del porno casero en el que dos hombres heterosexuales tendrán sexo el uno con el otro (no es algo nuevo de todas formas, que se lo digan a los fanáticos de Sean Cody).
“No sé por qué hago esto. Sé que es importante para mí. Y no veo la razón para que nos pongamos nerviosos”
“Hacemos esto porque realmente es lo que más nos asusta en el mundo”
Andrew quiere demostrarse a sí mismo que es mucho más libre y abierto de lo que es en realidad, pese a su apariencia. Ben quiere escapar por un momento de una vida que parece acotada, quiere desarrollar una de sus múltiples “facetas” ahogadas por la vida conyugal. Las reacciones de Anna, la amante esposa, mucho menos inocente de lo que parece, son tremendamente divertidas. Pero no es una película de risa: como digo, se plantean una serie de cuestiones sobre identidad, categorías, etiquetas, libertad, poliamor… una película sobre lo que significa renunciar, limitarse, sobre lo que significa decidir, sobre la monogamia, la fidelidad, el miedo a sacar los fantasmas que aúllan por el interior de nuestro cerebro.
La última media hora transcurre en una habitación de hotel que los dos amigos han alquilado para rodar su película porno con una cámara de video casera. Y probablemente sea una de las más intrigantes y curiosas escenas de ¿amor? ¿sexo? ¿amistad? que se hayan rodado nunca.
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Presentación del nuevo poemario, Poliamora, de la autora chileno-australiana Silvia Cuevas-Morales
La cita será el jueves 23 de septiembre, a las 19:30 horas, en la Librería Berkana de Madrid, Calle Hortaleza 64 (Chueca), con la presencia de Mili Hernández, Carmen Sarmiento, Elvira Siurana, Rafaela G. Notario y la autora. Para que sepas un poco de qué versa este nuevo libro, te dejamos un extracto de la contraportada:
“Poliamora es una colección de versos sencillos y sentidos. Compila experiencias y memorias lésbicas como rutas del conocimiento de la otra, como huellas del tiempo y del cuerpo. Silvia Cuevas-Morales se arriesga, se desvela y se rebela contra silencios añejos. En cada sección se visita el amor que es uno y muchos al mismo tiempo. Cada epígrafe provoca y prepara una lectura que sorprende por su prestidigitación de amores cotidianos de una mujer que se atreve a contarlos.” Si quieres leer un poema del mismo puedes visitar el blog de Silvia.
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yo soy una lesbiana convencida, si en una noche de borrachera, propongo, acostarme con mi amigo de la infancia ,es un acto transgresor o una memez ?
Yo ,de toda la vida ,se que no me gustan los hombres o puede que ultimamente me surga alguna duda, y las identidades no sean tan fijas como pensamos y sean fluidas , como dice los queers.
a mí, desde que tuve una erección viendo con una escena de sexo entre chicas de L word, se me han caído unos cuantos mitos 🙂
Película apuntada. Esta no se me escapa.
¿Recordáis aquel episodio de los teletubbies, la homosexualidad y los cristotalibanes polacos?.
Pues aquí de eso también hay. Adivinad de quienes ha partido la petición:
http://www.publico.es/espana/337100/pp/pide/analizar/gays/programa/infantil