La comunidad LGTB de Mongolia, en el punto de mira de la extrema derecha nacionalista
La comunidad LGTB siempre ha sido una de las «cabezas de turco» que la demagogia populista utiliza para canalizar el descontento de las masas y manipularlo a su favor. Un ejemplo es lo que sucede en Mongolia, donde, como recoge un artículo de la BBC, la extrema derecha nacionalista ha convertido a homosexuales y transexuales, entre otras minorías, en objeto de su ira.
Mongolia, tras un largo periodo de aislamiento favorecido por su vinculación a la Unión Soviética, vive una fase de apertura al exterior y crecimiento de la inversión extranjera, que está llevando a un aumento, en particular, de la influencia económica de China. No en vano el gigantesco vecino está realizando inversiones multimillonarias en el país. Un proceso que muchos en Mongolia ven con gran recelo, del cual la extrema derecha intenta aprovecharse.
Un ejemplo es el caso de «Dayar Mogol», un grupo que no oculta sus simpatías hacia el nazismo, que utiliza la esvástica como símbolo y que defiende “la pureza” de la raza mogola. Mujeres, extranjeros, homosexuales y transexuales están en su punto de mira. Niegan promover la violencia, pero defienden, por ejemplo, el rapado de la cabeza de aquellas mujeres que tengan relaciones con hombres chinos. «Si se les pregunta, la mayoría de la gente en Mongolia lo apoyaría”, defiende uno de sus miembros.
Robyn Garner, activista LGTB en Ulan Bator, lo confirma. «Mucha gente ve como los recursos pasan a manos de los extranjeros, y buscan cabezas de turco, ideologías que canalicen su preocupación”, explica. El también activista Otgonbaatar Tsedendemberel cuenta como la situación ha provocado que las personas LGTB estén constantemente en guardia cuando caminan por la calle ante la posibilidad de ser agredidas. “Vivo bajo un miedo constante”, reconoce, “y a menos que hagamos algo esto va a ir a peor”. Lo cierto es que al menos dos mujeres transgénero habrían decidido dejar el país tras ser atacadas. Un chico gay de 19 años recibió recientemente una paliza tras salir de una fiesta gay en los suburbios de la capital.
El analista Luvsandendev Sumati explica a la BBC que en las elecciones de 2008 los grupos de extrema derecha no llegaron al 1% de los votos, pero cree que pueden ir a más. “Las pequeñas culturas están desapareciendo. Es una amenaza real, y la sociedad mogola debe reaccionar. La pregunta es si lo hará de una forma civilizada o extrema”, explica.
La amenazas de la extrema derecha se producen en un contexto ya de por sí complicado para los LGTB mogoles. La primera organización LGTB del país no fue autorizada hasta hace pocos meses, después de años de esfuerzo. Como ya contamos en dosmanzanas, las autoridades se habían negado a registrarla argumentando que atentaba contra “las costumbres y tradiciones de Mongolia” y podría convertirse en “un mal ejemplo para jóvenes y adolescentes”.
De hecho, se sabe que ultimamente, sobre todo en India y Mongolia, ha aparecido mucha influencia neonazi. Mientras que el «Mein Kampf» de Hitler en occidente ya no se ve más en circulación, en la India por ejemplo se ha convertido en uno de los libros más leídos. En Mongolia el resurgimiento de la ideología nazi y grupitos afines a la misma es una situación relativamente nueva (creo, quizá me equivoque, también pudieron permanecer en latencia hasta ahora; se dice que los nazis fueron ayudados a escapar por el vaticano a Sudamérica, y que otros han huido a Asia). Siempre han tenido sus sistemas de «divisiones de castas», y la ideología neonazi es más que siniestra para su (des)causa; con la consecuente aparación de otros episodios ligados al resurgimiento del nazismo: xenofobia, homofobia, misoginia…
Lo cierto es que, en su elogio por las esvásticas precristianas que con tanto orgullo pintarrajean, se les olvida que ellos mismos no caen en el ideal del genocida Hitler ni de la extrema derecha neonazi sobre el «superhombre». Es gracioso, pero es siniestro; como dice Garner y el analista de la BBC, esto debe ser parado, antes de que ocurran desgracias mayores.
y como propones que sea parado?
Tenemos una DUDDH que aplicar, Colombiano. Solo hace falta hacerla efectiva, transformarla en leyes antidiscriminación, de sanción de delitos de odio. Los homófobos a la cárcel.
También lo que propone Rita Levi Montalcini; el aprecio por la diversidad debe ser fomentado desde niños, dado que el odio hacia «la diferencia» se establece entre los dos y cuatro años según la neurocientífica. Con una buena educación basada en hechos y no en prejuicios, cosas como está sencillamente serían cuestiones del pasado.
Bueno, debemos entender que tras el sometimiento de los dos gigantes, Rusia y China, los mongoles quieran volver a sus orígenes y reafirmar su identidad. Ellos tienen un dicho: si no puedes demostrar tus orígenes mongoles retrocediendo a 3000 años, entonces no mereces ser llamado ser humano.
El gobierno mongol, tras la caída del comunismo, recuperó el pasado glorioso del país, Genghis Khan volvió a representar el orgullo mongol.
Cualquier simbología nazi me parece deleznable y es lógico temer estas situaciones, pero no me sorprenden. El país de Mongolia ha estado muy solo y occidente continua sin tenerlo en cuenta.