Polémica por la publicación de opiniones homófobas en The Washington Post
Al prestigioso diario estadounidense The Washington Post no se le ocurrió mejor forma de celebrar el «Día Nacional de la Salida del Armario» este 11 de octubre que publicando un artículo de opinión del virulentamente homófobo Tony Perkins, presidente de la organización fundamentalista cristiana Family Research Council. En dicho artículo Perkins responsabiliza de los suicidios de jóvenes LGTB ni más ni menos que a los movimientos que luchan por sus derechos. El diario ha intentado justificar su actuación en aras de un debate «equilibrado» sobre el suicidio adolescente, lo que le ha atraido aún más críticas.
El escrito de Perkins, titulado «La compasión cristiana requiere la verdad sobre los daños de la homosexualidad» y publicado en el suplemento ‘On Faith’ (‘Sobre la Fe’) del periódico, no tiene desperdicio. A través de datos falsos, falacias lógicas y referencias sacadas de contexto, Perkins intenta culpar a los activistas por los derechos LGTB de las muertes de tantos adolescentes LGTB, acusándolos además de querer aprovechar dichas muertes para imponer sus oscuros designios… En concreto, Perkins sostiene que la homosexualidad conlleva de forma inherente un mayor riesgo de problemas mentales, y que la búsqueda de mayor visibilidad LGTB e igualdad de derechos por parte de grupos como la Red Educativa Gay, Lésbica y Heterosexual (GLSEN) no hace más que exacerbar el riesgo de suicidio. Así, en palabras de Perkins:
«Algunos homosexuales se dan cuenta de forma intuitiva de que su atracción hacia personas de su mismo sexo es algo anormal – pero han recibido el mensaje del movimiento homosexual, y de sus aliados en los medios y en el sector de la educación, de que han nacido homosexuales, y que nunca podrán cambiar. Esto -y no el rechazo de la sociedad- puede crear un sentimiento de desesperación que puede inducir al suicidio.»
La difusión de semejantes despropósitos le ha supuesto una lluvia de críticas -empezando por los comentarios de los lectores- al Washington Post, una publicación considerada seria aunque de orientación ideológica difícil de definir. El periódico se ha justificado aduciendo la necesidad de mostrar los dos puntos de vista de un supuesto debate sobre el suicidio de adolescentes LGTB. Así, el siguiente intercambio en la red social Twitter entre la Alianza Gay y Lésbica contra la Difamación (GLAAD) y el Washington Post es muy revelador:
tweet inicial de GLAAD:
El @WashingtonPost da espacio a activista anti-gay http://bit.ly/crX6q5 #LGBT #gay
respuesta del Washington Post:
Hola @glaad, intentamos cubrir ambos lados. Anteriormente hemos tenido a Dan Savage de It Gets Better en un chat con los lectores. http://wapo.st/aA8SXX
respuesta de GLAAD:
@WashingtonPost No hay «ambos lados» en este tema. El suicidio de adolescentes no es un debate – es una tragedia. http://bit.ly/crX6q5 #LGBT
En efecto, el activista y columnista Dan Savage (promotor del Proyecto It Gets Better) había mantenido con anterioridad un encuentro digital con los lectores del periódico, pero el propio Savage ha manifestado –de forma bastante gráfica– que de haber sabido que su participación iba a ser usada como excusa para dar pábulo a las «odiosas, retrógradas mentiras» de Perkins, no se habría prestado a ello. Además, Savage se ha mostrado decepcionado de que a pesar de muertes tan terribles como la de Tyler Clementi, la sociedad de su país aún no haya alcanzado el punto de inflexión a partir del cual los derechos de la minoría LGTB dejasen de ser objeto de debate entre defensores y retrógrados, un punto similar a los alcanzados cuando el racismo y el machismo dejaron de ser posturas respetables en público.
Es verdad, el suicidio de adolescentes lgbt no es algo que deba ser sometido a debate, eso es una tragedia. Las palabras de ese maníaco solo vienen a reforzar (y a confirmar) el mensaje necrófilo del cristianismo para los homosexuales, y de que parte (en realidad gran parte) de la responsabilidad de los suicidios recaen en la doctrina cristiana difundida («nosotros no tenemos la culpa, los activistas gay sí»). No hay vuelta de hoja.
Sinvergüenza y aparte con tendencias homicidas homófobas el cristianucho ese.
jajajaja me he estado ocmo media hora riendome….el WASHINGTON POST UN PERIODICO PRESTIGIOSO??? x favor si tiene mas prestigio un periodico de mi pueblo…
y lo de los comentarios de este personaje…en fin espero que el dios que tanto dice defender un dia le perdone por profesar tanto odio.
¿Dos puntos de vista?. ¿Es que es ético y logico mostrar dos puntos de vista cuando uno de ellos es un verdadero despropósito?.
Es como lo del «enseña la controversia» del creacionismo, y demás basura.
No hay ni puede haber debate en esto, porque sencillamente solo un punto de vista es el correcto.
La homofobia mata. Y punto pelota. Lo demás son distracciones de hipócritas que no están dispuestos a considerar iguales a los que ya lo somos, muy a su pesar.
Saludos
Las declaraciones de uno de los personeros de Enfoque en la Familia son… criminales, por decir lo menos. A gente como Perkins, Peter LaBarbera, James Dobson, los hermanos LaHaye, y demás calaña de la derecha cristiana no les importa en lo más mínimo que sus cantaletas homofóbicas provoquen el suicidio ya no de adolescentes o adultos, sino de NIÑOS gays o que son percibidos como gays, debido a su retórica homofóbica. Las iglesias cristianas domingo a domingo difaman, agreden, dañan y hieren desde el púlpito a la comunidad gay, pero estos mensajes de odio no terminan ahí, son absorbidos y reciclados por niños y menores heterosexuales, los cuales se convierten en agresores y discriminadores de otros menores gays, a los que en los hechos golpean, insultan, acosan, hasta provocarles el suicidio, cuando no los asesinan.
La derecha religiosa ha llegado demasiado lejos, al punto de provocar la muerte de niños gays. Y todavía hay directores de medios de comunicación que dicen que darles un espacio para despotricar sus ansias asesinas es «tener un «debate equilibrado»… Más que tontos, los medios son muy perversos y cómplices de la oleada homofóbica que padecemos.
Mire usted, cruce de rata con diablo de tasmania. Su odio, ira y desprecio no tienen fin. Se las arregla para arrojar la culpa (que expande como una plaga) al colectivo homosexual. ¿Cómo se puede ser tan corto? Bueno, por ignorante. Que es la madre de todos los males. Si no fuesen tan peligrosos darían hasta lástima.
De vómito.