«Fábula del feo casado a la fuerza y de los homosexuales casados porque quieren y pueden…»
Había una vez un país maravilloso para vivir, donde había gente que se decía ser muy tolerante, pero en el fondo envidiaba a aquellos que intentaban vivir de acuerdo con su forma de amar y querer; como viven su vida los homosexuales… por ejemplo.
Con lo difícil que es ya de por sí que dos personas lleguen a vivir en pareja en los tiempos que corren. El amor en tiempos de internet…
En este país dividido entre dos formas de entender este país, poco a poco los derechos de los hombres y las mujeres homosexuales habían avanzado.
No sin trabas de aquellos que se decían muy tolerantes, seguidores de no sé que vetusta religión, una que les permitía practicar una doble moral y que eran votantes de un partido cuyo emblema eran dos gaviotas que parecían volar libres, pero que no volaban a ningún lado.
Llegó un momento histórico, en el cual ese país soñado se hizo real, después de un cambio de gobierno; las fuerzas de izquierda mayoritarias aprobaron una reforma del Código civil, por la cual ya se podían casar las personas del mismo sexo… se había aprobado el MATRIMONIO HOMOSEXUAL!!
Fue por verano del año 2005: ese país era por una vez, moderno y avanzado en derechos civiles; se había convertido en el tercero en legalizar tales bodas en Europa.
Las voces de esa gente que se decía tolerante, bien pensante, que se escandalizaba por casi todo; menos por casos de corrupción que implicaron de lleno a ese partido de las dos gaviotas; seguidores de esa vetusta religión con casos de pederastia que ya no se pudieron ocultar. Profetizaban cual iluminados sobre el fin de una institución llamada «familia», y basados no sé en qué principios, se apropiaban del matrimonio posible sólo entre un hombre y una mujer.
Todo muy anticuado… pues la «familia» siempre «ha estado en crisis» y siempre ha sabido adaptarse a los tiempos que le tocaba vivir.
Las cosas mas sencillas son las mas factibles: familia puede ser una madre sola, dos madres, dos padres; que por decisión quieren serlo.
Y luego están las «familias clásicas», donde habrían nacido la mayoría de los homosexuales y heterosexuales, desde que el principio de los tiempos: integrada por un papá y una mamá.
Como siempre, el líder feo casado a la fuerza, de ese partido de las dos gaviotas no estaba de acuerdo, en éste caso con que se llamase matrimonio a aquellas bodas civiles e interpuso un recurso con su partido en el Tribunal Constitucional de ese país.
Han pasado de aquellos acontecimientos cinco años…
Unos 18.000 enlaces entre personas del mismo sexo se han producido sólo entre los años 2005 y 2009.
Quien escribe fue una de esa primeras parejas casadas civilmente, a un mes está a un mes de celebrar su quinto aniversario de casado. Con su libro de familia y todo, ahí guardadito como oro en paño… sí tenemos libro de familia!!!
Así las cosas, ahora el feo casado a la fuerza, va y se confiesa en un medio de prensa escrita: «amenazando» con suprimir el nombre de tales bodas… qué disparate, querido!!!
En este país real llamado España, por ejemplo; que ya es el mío por derecho, después de haber vivido nada más y nada menos que casi veintiocho añitos; que sepa el único matrimonio legítimo es el civil.
Desde el año 1981 (salvo breves períodos históricos anteriores a la Guerra Civil) se acabó con la supremacía del matrimonio religioso católico y el único matrimonio que tiene validez pasa a ser el civil.
Luego cada persona puede lógicamente casarse por el rito que desee… recordando que en este país real, existen otras religiones, no sólo una.
No sé como habrá sentado a los homosexuales de derechas que haberlos los hay, yo conozco a muchos por cierto; esa «amenaza velada» del feo casado a la fuerza.
Pero sí creo saber más o menos como ha sentado a los homosexuales de izquierdas, entre los que me encuentro: no nos ha sorprendido nada.
Quizás los homosexuales de derecha que se han casado deberían decir algo al respecto, ¿no?.
Ahh es que nos lo había dicho antes: hay homosexuales de derechas casados civilmente porque quieren y pueden desde la aprobación de la reforma del Código civíl.
Defensor como soy de una cierta coherencia entre la vida privada y pública, veo cada día más que hay que decir alto y claro que con los derechos civiles no se juega…!!!
«Santa Rita, Rita lo que se da no se quita», porque al feo casado a la fuerza y a los suyos, no le guste el nombrecito, no se va a cambiar el nombre.
Así se nos lo dio y así nos hemos casado miles de parejas del mismo sexo en este país real.
Muchos de mis amigos homosexuales con parejas estables desde hace años, aún están pensando si de casan o no, o cuándo lo hacen: cosa impensable hace sólo cinco años atrás. Cada cual es libre para hacerlo o no.
Emocionado como estoy con la boda de mi mejor amigo con su novio, en julio de 2011; a mí (y creo que a los miles de homosexuales casados ya) no me va a amargar un feo casado a la fuerza.
Sí me alegra saber que dos homosexuales se han casado porque quieren y pueden…
Walter Vaz Paz, homosexual «felizmente casado».
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Aunque el fondo de la carta me gusta… ¡Qué poco me gusta la palabra homosexual! Lo siento, tenía que decirlo. Con lo bonito que es hablar de gays, lesbianas y bisexuales (sí, la bisexualidad existe).
Podrá parecer una frivolidad, y seguramente lo sea, pero es que cada vez que oigo la palabra «homosexualidad» lo asocio automáticamente a homofobia interiorizada. Ya sé, puede ser simplemente una cuestión de gustos de sonoridad en las palabras, pero es que es una palabra tan.. tan… de médicos…
Pero bueno, como decía al principio, totalmente de acuerdo con la idea. Si alguien pretende quitarnos el matrimonio, nos haremos oír.